tag:blogger.com,1999:blog-19709149281267603782024-02-07T17:12:54.070-08:00El Pelotudo MedioY SUS CIRCUNSTANCIAS / Por Juan RezzanoUnknownnoreply@blogger.comBlogger31125tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-50305000968656230682014-05-12T12:49:00.002-07:002014-05-12T13:05:47.097-07:00VOL 2/3 - Cap. 11/7 - El Pelotudo Medio recargado - Lunes otra vez<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-5YFRjqChuAzXNtbAIKrCLWnUPJMK69hmYF05ZTVY0fEJ2aJWnYaHnAi3j-t3iCFq-sZlHIKHIBlJsOHSedMnzpltfUjBBeKBA3rWHNlhxTAUpugka0iqc3-k0ZFykAAGE0PY81laBBOi/s1600/grogui.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-5YFRjqChuAzXNtbAIKrCLWnUPJMK69hmYF05ZTVY0fEJ2aJWnYaHnAi3j-t3iCFq-sZlHIKHIBlJsOHSedMnzpltfUjBBeKBA3rWHNlhxTAUpugka0iqc3-k0ZFykAAGE0PY81laBBOi/s1600/grogui.jpg" height="242" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En los pliegues húmedos del acervo popular suelen estar los
caminos que nos pueden conducir a la sabiduría, pensó el pelotudo. Ahí adentro –siguió pensando- están los escondrijos,
las madrigueras donde se crían, crecen y se refugian las altas verdades y las respuestas
más esclarecedoras a las preguntas más reviradas. Las revelaciones, digamos. “Hay
que trabajar, no queda otra”, dijo el locutor por la radio esta mañana con la ligereza con la que se dicen las frases hechas, los dichos, los refranes, esas sentencias asumidas como verdades irreversibles a tal punto que ni se las cuestiona ni se las analiza ni se las interpela y entonces no tienen el impacto que sus densitudes filosóficas podrían tener si se les prestara alguna atención. Y el
pelotudo cayó –varias horas después- en que en esas seis palabras está la clave
de la angustia humana. Que no está en la finitú –en que tarde o temprano te
cagás muriendo- sino en eso, en que “hay que” trabajar porque “no queda otra”
que trabajar. O sea: no hay chance de no trabajar, no hay escapatoria a su destino de pelotudo medio. Esto, se acordó el pelotudo, ya lo había pensado. Y
había dado vueltas y vueltas sobre lo mismo como laucha en un fuentón. Pero hoy
se le reafirmó la idea. La verdad se le consolidó. El locutor le dio un golpe
de realidad. Seco, certero como piña de Mayweather, el golpe que le dio. Y cayó grogui
otra vez, el pelotudo, con las bolitas
de lo’ojo como sueltas en el blanco de los mismos.</span></div>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-73021274172420561242013-07-31T15:50:00.003-07:002013-07-31T15:50:58.199-07:00VOL 2/3 - Cap. 10/6 - El Pelotudo Medio recargado - Comunidad autoparlante<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC-brApDywhuiEiSloigvmEF69WdL9mRZosbjTCP-lL18ygYnx272IwOSuDfS53lleMMk2e8eoX8PGQeMVcSu8NAoLi_UK4ceFLL-fOXg0DUzsdChPbVw3QORoevMqfwBdU3C5JDpnyzjG/s1600/jack.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC-brApDywhuiEiSloigvmEF69WdL9mRZosbjTCP-lL18ygYnx272IwOSuDfS53lleMMk2e8eoX8PGQeMVcSu8NAoLi_UK4ceFLL-fOXg0DUzsdChPbVw3QORoevMqfwBdU3C5JDpnyzjG/s640/jack.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
El pelotudo leyó en una de esas páginas flojas de papeles que te saltan en el guguel una definición de la locura que le cayó como anillo al dedo en función del resultado nada riguroso de un relevamiento no voluntario que ha hecho en su andar por las callecitas de Buenos Aires, que tienen ese qué sé yo según el tango y, según cualquier pelotudo que las camine, una cadena interminable de obstáculos de todo calibre —andamios, montañas de escombros, pozos ciegos, alambrados, volquetes, retorexcavadoras, indigentes corridos por agentes municipales, jipis que venden chucherías artesanales, chucherías artesanales puestas a la venta por jipis, etcéteras— que, a su lado, convierten a una expedición por el impenetrable chaqueño en un paseo por las praderas que trajinaba la muy zorra de Heidi, ruborizada por los calores de la pubertá, mientras el bobo de Pedro se las arreglaba con las ovejitas. La única diferencia —decía la página ésa— que existe entre las personas que están dentro de las instituciones mentales y las que están afuera es que estas últimas son la mayoría. Aparentemente el tipo que escribió eso había leído al tal Foucault, porque después lo citaba al decir que lo que planteaba el franchute es —palabras más, palabras menos, diría Ernesto— que el loco es el que hace lo que no es normal, entendido lo normal como lo que se ajusta a una norma y entendiendo a una norma como lo que hace la mayoría o, más bien, lo impuesto por el poder, que le impone ciertas pautas de conducta a la mayoría de los pelotudos so promesa de que si se comportan de tal o cual manera nadie los va a encerrar en un loquero. (Hojaldre: el poder dificílmente es ejercido por las mayorías sino que, en general, está concentrado en unos pocos tipos o minas que se imponen con ardides sobre la masa de pelotudos que forman el ejército del pelotudo medio. En los casos excepcionales en que las mayorías ejercen el poder, al menos a través de unos representantes, se configura lo que se conoce como dictaduras de las mayorías, como pasa con el gobierno kirchnerista tal cual nos ha enseñado la doctora Elisa de los Apocalipsis Carrió)</div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
A partir de estos fundamentos teóricos, el pelotudo ha podido concluir que pronto —le cuesta estimar cuán pronto, pero pronto, dice—, al paso que vamos —se acordó de su tía la Mary, el pelotudo, que decía siempre eso, al paso que vamos, cada faquin vez que anunciaba la crónica decadencia de la raza humana— lo normal va a ser andar por la calle hablando solo. O sea, lo normal no va a ser ir hablando con otro o andar callado cuando se va sin compañía. No: lo normal, lo lógico, lo esperable de una persona en sus cabales va a ser hablar solo, que vendría a ser el genérico de conversaciones que pueden tener más de una versión, porque no es lo mismo hablar solo con uno mismo que hablar solo con un interlocutor imaginario —un pelotudo amigo imaginario, como tienen los pibes que se tuercen de chiquitos.</div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
Útimamente, las callecitas de Buenos Aires tienen, además del qué sé yo del tango y una caterva de obstáculos de todo calibre, una creciente cantidad de loquitos que van por ahí hablando solos. Y nada de susurros, ha podido advertir el pelotudo: andan por ahí hablando solos a los gritos, estos colifas. Alienados, habitando simultáneamente el mundo de los normales y el de ellos, que es otro, uno insondable para el ejército de pelotudos que se ajustan a las normas de la sanidad mental oficial. Hay una mina que habla sola varias horas por día todas las mañanas frente a una sede bancaria de la calle Reconquista al 200 y pico, ahí a un par de cuadras de la Plaza de Mayo. Putea contra el banco, se ve, pero no es que putea al banco o a un gerente que la cagó o algo así. No enfrenta al banco y lo caga a puteadas porque la cagó con algo. La mina habla pestes del banco pero mirando el piso o algún punto fijo en el aire. Habla sin parar, fuerte, y el pelotudo no termina de descular si se habla a sí misma o a alguien que no está ahí, pero está casi seguro de que no les habla a los que pasan, como en una protesta, porque a los que le pasan por el lado ni los registra, jamás mira a los ojos a nadie. <i>Es por el corralito</i>, le ensayó una explicación uno que labura con él. <i>El corralito dejó turula a mucha gente porque viste cómo se pone la gente cuando le tocan los ahorros, ¿no? Mucha gente está así de turula desde el 2001, por lo del corralito</i>, le dijo el pelotudo compañero de trabajo —y al pelotudo le sonó convicente.</div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
Lo primero que hace cuando lo encara uno hablando solo es buscarle el cable. Porque, se sabe: muchos parece que van hablando solos pero en realidad andan cableados y van hablando por teléfono con algún otro pelotudo y te hacen comer unos amagues que te dan ganas de ponerlos con un cortito a la pasada. Pero cada vez más —las estadísticas del pelotudo tienen ese nivel de precisión: cada vez más, dice, usando una fórmula que tomó de los diarios, y con eso le alcanza para rayarse con una cosa y armar un tango y una hipótesis— le pasa que no le encuentra el cable al autoparlante. Y ahí se sobresalta. <i>Este pelotudo venía hablando solo</i>, se dice a sí mismo, y a veces se sorprende diciéndoselo en voz alta —hablando solo, o sea.</div>
<div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Hizo trabajo de campo, el pelotudo. Quiso probar en qué medida esto de andar por la calle hablando solo está dejando de ser anormal y en qué medida se va convirtiendo en algo por ahí no normal del todo, pero no tan raro. A las seis de la tarde, cuando el pelotudo medio sale en tropel de las oficinas a las que va obligado al menos cinco de siete días a la semana, agarró una cuadra del centro bien poblada: Florida de Corrientes a Sarmiento. Y la recorrió completa hablando solo bien fuerte. </span><i style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Las callecitas de Buenos Aires, que tienen ese qué sé yo según el tango
y, según cualquier pelotudo que las camine, una cadena interminable de
obstáculos de todo calibre —andamios, montañas de escombros, pozos
ciegos, alambrados, volquetes, retorexcavadoras, indigentes corridos por
agentes municipales, jipis que venden chucherías artesanales,
chucherías artesanales puestas a la venta por jipis, etcéteras— que, a
su lado, convierten a una expedición por el impenetrable chaqueño en un
paseo por las praderas que trajinaba la muy zorra de Heidi, ruborizada
por los calores de la pubertá, mientras el bobo de Pedro se las
arreglaba con las ovejitas... </i><span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;">Caminó diciendo eso y una sarta de pelotudeces más mirando más bien para el piso pero relojeando para los costados —revoleando las bolitas de los ojos de derecha a izquierda y al revés— para ver las caras de los pelotudos que se iba cruzando mientras recitaba en tono casi como diciendo un texto de García Lorca. Nada. Atravesó el mar de gente —versión acuática del jardín del Flaco— como un pelotudo invisible, inaudible. Ni cara de miedo ponían los pelotudos que lo cruzaban. Hablaba él y pasaba un carro, pensó, conmovido por la euforia de la comprobación científica de que el futuro ya llegó y que ya puede andar por ahí lo más choto hablando tranquilo sin que nadie lo contradiga ni lo refute, porque si algo odia el pelotudo, si algo no puede soportar, es el muy puto y sobreestimado disenso.</span><i><br /></i></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-79394875483279175362013-06-27T14:15:00.001-07:002013-06-27T14:52:22.358-07:00VOL 2/3 - Cap. 9/5 - El Pelotudo Medio recargado - Ella y Él<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTjjlZ9xSjQpnmceO7uqfzRoJjIEUlhborST7B7HYsr1hje_9xIx109ASUKs-dd2_cCL9TBAfgBf1nXYJUD-RmI9IcZxXKVgfJEanZrMLMxF2oZz433Z9t_bRd7wtVcYiFILZ2r0QDPXa/s600/piqueteros2001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="434" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihTjjlZ9xSjQpnmceO7uqfzRoJjIEUlhborST7B7HYsr1hje_9xIx109ASUKs-dd2_cCL9TBAfgBf1nXYJUD-RmI9IcZxXKVgfJEanZrMLMxF2oZz433Z9t_bRd7wtVcYiFILZ2r0QDPXa/s640/piqueteros2001.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Lo bueno de viajar a Buenos Aires a las cinco
de la mañana es que vas como trompada por la autopista porque son poquitos los
pelotudos que viajan a Buenos Aires a las cinco de la mañana, pero lo malo es
que dos por tres no llueve pero hay niebla y entonces no podés ir como trompada
porque no se ve un cura en la nieve. El pelotudo hacía este razonamiento
mientras achinaba lo’ojo para ver si veía algo en medio de un espeso banco de
niebla –nunca puede recordar cuándo es niebla y cuándo, neblina, y eso que una
vez consultó a un meteorólogo para sacarse esa duda, una de las tantas dudas
pelotudísimas que cada tanto lo asaltan y lo ponen piñón fijo, lo ponen- que
reducía la visibilidá en el tramo La Plata – Hudson de la autopista por la que
al menos cinco de siete días a la semana viaja para cumplir con su rutina de
pelotudo medio recargado que tiene no uno, sino dos trabajos que le dejan el
libre albedrío hecho apenas una sombra de lo que nunca fue.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La niebla finalmente se disipó cuando pasó el
primer peaje y el pelotudo pensó que entonces podría acelerar pero no… ¡Zas!
Tuvo que detener completamente la marcha porque delante suyo se extendía un río
de lata que se perdía más allá del alcance de su mirada, todavía achinada
después de hacer fuerza para ver en la niebla. O sea, un puñetero embotellamiento de la santísima concha. Pasaron dos
minutos y la galleta no movía. Pasaron cinco minutos y nada. Diez y nada.
Pasaron quince minutos y nada y el pelotudo se hinchó las pelotas y se bajó y
se puso a caminar entre los autos preguntando a cada pelotudo embotellado qué
era lo que estaba faquin pasando allá adelante, más allá de su mirada ahora
achinada por la bronca.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">—Hay un piquete, mostro- le dijo uno con cara
de <i>hay que matarlos a todos</i>. —Otra vez esos negros de mierda, otra vez— completó el ñato.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Al pelotudo se le dibujó en la cara una mueca
de resignación que vino acompañada de un leve encogimiento de hombros. Giró
sobre sus talones y volvió sobre sus pasos hasta el coche —volvió sobre el recuerdo de sus pasos, en realidad, porque los pasos no quedan en el lugar donde los damos, se dio cuenta el pelotudo. Pasaron 20 minutos
más y el pelotudo seguía ahí, como un pelotudo, y entonces de pronto manoteó el <i>Página</i> del asiento
del acompañante en un gesto mecánico de hastío y aburrimiento. Zapeó títulos,
el pelotudo, espantado por la tapa copada por el quilombo del día anterior en
el Puente:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">La cacería policial terminó con dos
muertos a balazos.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Lo mataron mientras auxiliaba a otro.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Veremos a policías tirar y tirar.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Los obispos, muy preocupados por la
violencia pero muy cautelosos.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">El Fiorito, espejo del dolor por la
represión.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Una noche de repudio.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Mucho silencio y caza de brujas.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">La masacre anunciada.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Koehler y su mala onda con la
Argentina.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">La cuenta de la fuga de divisas.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">—Este diario todo mal—, pensó el pelotudo en voz más o menos alta. Y
entonces manoteó el <i>Clarín</i>, que andaba bien con Duhalde y estaría más
livianito, supuso. Pasó la tapa sin mirar y zapeó títulos:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">La crisis causó dos nuevas muertes. <o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Cuatro historias de un día trágico.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Una escalada de violencia que vuelve
más frágil a la democracia.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Escenas de violencia y muerte en
Avellaneda, al borde del Riachuelo.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Intentan marchar a Plaza de Mayo.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Fuerte advertencia de la Iglesia.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">El Fondo Monetario va de la
irritación a la decepción.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Los bancos dicen que no se van.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX; mso-bidi-font-family: Calibri;">-<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;">
</span></span><!--[endif]--><b><i><span lang="ES-MX" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-MX;">Emitirán hasta 7.000 millones de
pesos para asistir a los bancos.<o:p></o:p></span></i></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">—Ta madre, che— pensó el pelotudo en voz bastante alta y
tiró el diario para el asiento de atrás y reclinó el asiento para tratar de
apolillar un rato, cosa que logró rápido, cree, porque no hay pelotudo capaz de
determinar con precisión cuánto tarda en dormirse y, como éste es un pelotudo medio,
tampoco él ha desarrollado esa habilidad. Tampoco podría precisar cuánto tiempo
durmió, pero le pareció que habían pasado apenas unos minutos cuando se
despertó sobresaltado por los golpes en la ventanilla. Enfocó en el agente del
orden utilizando solo el ojo izquierdo, porque el derecho lo tenía cerrado
sobre el earbag, que evidentemente había usado a modo de almohada durante esos
minutos durante los que se había torrado. Se incorporó con dificultá y con más
dificultá enfocó —ahora sumando el ojo derecho apenas entreabierto— primero en
el humo que salía del motor, segundo en la trompa convertida en un bollo de
lata, tercero en la columna que se le metía casi hasta el parabrisas
y cuarto, haciendo un esfuerzo para mirar bien para arriba, en el cartel colorado
que le planteaba una opción: Ella o Vos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">—Andá a la puta que te parió— pensó el pelotudo
en voz baja.</span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-56711247021485335392013-06-25T14:26:00.001-07:002013-06-25T14:35:05.779-07:00VOL 2/3 - Cap. 8/4 - El Pelotudo Medio recargado - De película<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifIXktFW_2glNzK5xccdUiYmAjYNv3F4lCaIRYNE9O9MMpbs3GnGX9p33mYnQqu7WtjCgLAogRgDHwbb8WBCUmM3yjx4Fyq9wqi6cY33iw2iXY-Bn5eNG_oJfLhMjOFcirsfH7Swcn_BH4/s1600/cine.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="326" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifIXktFW_2glNzK5xccdUiYmAjYNv3F4lCaIRYNE9O9MMpbs3GnGX9p33mYnQqu7WtjCgLAogRgDHwbb8WBCUmM3yjx4Fyq9wqi6cY33iw2iXY-Bn5eNG_oJfLhMjOFcirsfH7Swcn_BH4/s640/cine.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo fue al cine a ver una de zombis y pensó
que no iba a haber mucha gente en el cine porque el pelotudo medio adulto no
debería ser tan pelotudo como para ir a ver una de zombis. Las de zombis son
ahora refugios de nuevos nerds. Antes los nerds eran los pelotudos que se
mataban con la tecnología, o más bien con las computadoras, porque no había
antes, en la época en que los nerds eran los que se mataban con la tecnología, todo
lo que hay ahora para matarse con la tecnología –la plei la ui la equisbox la
decé la tablet la notbuc la netbuc el aifon el aipod el esmartiví y la chota de jara.com.
En cambio, ahora el pelotudo medio es medio nerd en el sentido ése; en el
sentido de que todos los pelotudos se matan con la tecnología. Ergo: al nerd le
coparon el rancho, lo corrieron por el lado que corría, digamos; le robaron la
franquicia y lo sumieron en la marea informe de pelotudos ultra tecnologizados –le
robaron el alma, casi que. Pero el nerd resiste, da pelea, presenta batalla. No
se rinde así nomás. No está dispuesto a dejar de ser señalado con el dedo. No
quiere que dejen de discriminarlo por nerd. Entonces muta. El nerd muta. Busca
otras ropas, otros rostros, otros campos de acción. El pelotudo
creía que el fanatismo por los zombis era uno de los escondrijos del nuevo
nerd. Creía, el pelotudo, que el nerd estaba ahí, agazapado en esa madriguera,
nerdeando entre videojuegos, libros y películas de zombis. Y pensó: para llenar
los cines no alcanzan los nerds. Pero… ¡zas! Otra vez el mismo error, de nuevo suponiendo
–mal- que era capaz de pensar con originalidad, de razonar distinto al pelotudo
medio, y pensó que como el protagonista de esta película de zombis era Brad
Pitt capaz que no era tan bizarra y no era sólo para nerds camuflados en fanáticos
de los zombis. Claro, todos los pelotudos pensaron lo mismo y el cine se llenó
de pelotudos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Igual la ida al cine fue productiva –y eso puso contento al pelotudo porque, al fin, lo que busca el pelotudo medio es que lo que hace
sea productivo: la misión del pelotudo en la sociedad es producir algo y no ser
un parásito, un pelotudo inútil. El tema es que en el cine se dio
cuenta de algo. No, mentira: fue al cine y después de ver la
película de zombis y de comerse un balde de pochoclo –el pelotudo va al cine y se
compra un balde de pochoclo, para no ser menos pelotudo que la media- y después
de irse del cine y después de llegar a su casa de vuelta y después de pasar un
par de horas pelotudeando, el pelotudo se dio cuenta de algo –recuérdese que tarda
en darse cuenta-: se dio cuenta de que le gustaría vivir en el cine. O sea: vivir
como en el cine. Es decir: vivir en situación de haber ido al cine. Digo: no
vivir en el cine haciendo todo lo que un pelotudo medio hace cuando vive,
porque trabajar en la oscuridad le rompería los ojos y dormir en las butacas
sería por demás incómodo y freír una milanesa en el cine sería harto molesto
para los demás y jamás podría, un suponer, tirarse un pedo con ruido porque –a menos
que se cagara justo cuando en la película explota una bomba, otro suponer- todos
se darían cuenta y el pelotudo sería blanco de un repudio colectivo y de una
condena social que lo marginaría –se imagina a todo el cine abucheándolo y se
imagina arrancado del confortable anonimato que su pertenencia al club del
pelotudo medio le garantiza. Al pelotudo le gustaría vivir como cuando va al
cine, repitiendo esa experiencia una y otra vez, en continuado, sin que nada nunca
alterase la paz y la tranquilidad que tiene cuando está viendo una película
en el cine.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo fue enumerando los beneficios que
tendría vivir en el cine. Y anotó:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span lang="ES-MX">1)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Nunca
tendría mucho frío ni mucho calor porque en el cine la brecha térmica no es muy
amplia, con lo cual una remera un buzo y una campera liviana constituirían un
equipo capaz de ajustar la temperatura corporal al ideal según se fueran dando esas leves
variaciones.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX">2)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span lang="ES-MX">No
tendría hambre y le alcanzaría un menú básico de pochoclo confites sugus y coca
cola para atender placenteramente alguna ansiedad oral nacida de la tensión de
la trama de la película, un tercer suponer.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX">3)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span lang="ES-MX">Nunca
nadie le hablaría y él no debería hablarle nunca a nadie.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX">4)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span lang="ES-MX">Podría
vivir sacándose las zapatillas y podría entonces vivir en patas, con lo que le
gusta al pelotudo vivir en patas y arrancarse cueritos mientras mira películas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX">5)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span><span lang="ES-MX">Viviría
con música de fondo, con lo cual su vida sería mucho más colorida y emocionante
–el pelotudo está convencido de que la vida de los protagonistas de las
películas es más emocionante que la del pelotudo medio de la vida real porque
tiene música de fondo que enfatiza los momentos de alegría tristeza desesperación
miedo euforia angustia placer sexual etcétera.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-MX">6)<span style="font-size: 7pt;"> </span></span></span><span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Como
el pelotudo se cree las películas –se cree todo lo que pasa en las películas-,
viviría una vida mucho más divertida y variada que la realidad que vive a
diario, que le resulta aburrida porque su condición de pelotudo medio no le
deja grieta por donde escaparle a la certeza de que todos los días –o al menos
cinco de siete días a la semana- deberá levantarse para ir a trabajar y no
tendrá opción de torcer ese destino de pelotudo medio que no puede elegir
levantarse y decidir no ir a trabajar y quedarse rascándose la guinda hasta
desangrarse. Viviendo en el cine casi que viviría tantas vidas como historias
contaran las películas y viviría aventuras romances proezas revoluciones
epopeyas viajes espaciales guerras interestelares apocalipsis epidemias y grandes logros deportivos; sería
ladrón policía gangster presidente líder guerrillero superhéroe indio convicto conquistador
faraón dios semidios famoso poderoso mafioso estrella de rock y poeta; sería
hombre y mujer y todo lo que hay en el medio y viviría el presente el pasado y
el futuro o las tres cosas en un lapso de dos horas cuando dieran Volver al
futuro.</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span lang="ES-MX"></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-MX"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se dio cuenta, el pelotudo, que
viviendo en el cine podría suplantar su vida de pelotudo medio por otras vidas.
Y supuso, el muy pelotudo, que ya no querría lo que no tiene, esa aspiración
tan de pelotudo medio que suele torturarlo. </span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-72349917216243739952013-06-13T15:56:00.001-07:002013-06-14T13:53:44.523-07:00VOL 2/3 - Cap. 7/3 - El Pelotudo Medio recargado - El Súper Pelotudo<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSbQ8oxE1XZDW49hJU3w5yuYG1b9__PqsdhAIdmOs1l7yd0zX2tW4ZnkxkPq3sJlFgzgX8VLNld2sp0lDsNg_s7WL42MFPM0hwe9oG39cWoDoytjxwXsvijWGYHSUwoFgjbr1IXDtJwmWH/s1600/mengano.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSbQ8oxE1XZDW49hJU3w5yuYG1b9__PqsdhAIdmOs1l7yd0zX2tW4ZnkxkPq3sJlFgzgX8VLNld2sp0lDsNg_s7WL42MFPM0hwe9oG39cWoDoytjxwXsvijWGYHSUwoFgjbr1IXDtJwmWH/s640/mengano.jpg" width="640" /></a></div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El tema es el sueño. Este año, claramente el problema del pelotudo es el sueño. Tiene mucho sueño. Anda con sueño </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">todo el día</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">-y toda la noche también, incluso cuando duerme, porque, deduce, si mientras duerme no tuviera sueño se despertaría. Medio dormido, anda el pelotudo. Medio dormido come, medio dormido hace la digestión, medio dormido se baña, medio dormido mea, medio dormido maneja, medio dormido trabaja, medio dormido viaja en subte, medio dormido se viste, medio dormido se embotella, medio dormido piensa duda sueña ama odia bosteza parpadea ve oye huele... Cabeceando más que Palermo, el pelotudo anda entrando y saliendo de la realidá, o capaz que fundiendo -y confundiendo- la realidá con la inconsciencia. Anda todo el tiempo al filo, por el borde, haciendo equilibrio entre los abrires y los cerrares de ojos. Medio boleao, por ahí abre lo'ojo y está acá, y por ahí los cierra y chau: se fue para allá, pero cerca, a un paso de acá. La frontera es delgada. Y es difusa. ¿Dónde es acá y dónde allá? A veces, el pelotudo no sabe, no logra distinguir, se aturde. Si lo apuran, capaz que no puede contestar. </span></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">—¿Estás acá, pelotudo?— le suelen preguntar cuando lo ven medio ido, metiendo un frentazo tras otro. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">— ¿Eh? ¿Lo qué? Ah, sí sí. Bah, no, o sí, ¿qué sé yo? ¿Acá dónde?— suele balbucear sin que se le entienda una goma, un poco desde acá y otro poco desde a allá.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero el problema no es, en rigor, el sueño. Este año, el problema del pelotudo es la incertidumbre que le provoca esto de andar saltando de un lado al otro, porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Miedo a cuando se torra, tiene. Miedo a lo que pueda hacer cuando se le apaga la tele. Porque allá es más libre. Allá es él: el pelotudo en toda su dimensión; el pelotudo liberado de las ataduras de la faquin cultura represora de sus instintos, de sus pulsiones, del puto Súper Yo, diría Sigmund; de ese pelotudo castrador que lo reprime para que no sea un total inadaptado social, para que sublime y, siguiendo a Sigmund, convierta la libido mala en libido buena —la libido es bipolar, como el colesterol— y mantenga a raya al pelotudo peligroso y lo convierta en un pelotudo útil y utilitario que cinco de siete días a la semana se levanta a las cuatro y cuarto de la plena madrugada para cumplir sus deberes de pelotudo medio —un pelotudo manso y tranquilo. </span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo le tiene miedo, entonces, al pelotudo mismo: a lo que pueda hacer el pelotudo recargado del más allá en alguna vuelta que se confunda y saque todo el pelotudo que tiene adentro, pero en el más acá. O sea, que haga lo que se anima a hacer en sueños -algún cagadón penado por la moral pública- pero en la realidad, sin distinguir una cosa de otra.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Este año, entonces, el problema del pelotudo es el sueño y es el miedo, porque el sueño lo enfrenta al miedo -al terror- que le produce un monstruo impredecible: el Súper Pelotudo.</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Es que imagina que el Súper Pelotudo, en ese estado fronterizo de semi inconsciencia, medio como soñando despierto, vendría a ser, sería capaz de darse todos los gustos que el pelotudo despierto se reprime, sublimando sus pulsiones más pelotudas para transformarlas en un río torrentoso de pelotudez utilitaria, políticamente correcta, más o menos productiva, moralmente intachable. Sí, el pelotudo no tiene dudas: el Súper Pelotudo sería un zarpado capaz -un suponer- de entrar a un baño público y m</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">anotearle fuerte el picaporte al pelotudo que estuviese cagando y, después de sobresaltarlo por ese miedo razonable a que te abran la puerta en el que acaso sea el momento más íntimo de la persona humana, abandonar el recinto sanitario apagando las luces a la pasada; de d</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">ejar en el bar la servillera de papel usada de nuevo en el
servilletero, pero bien usada para que fuese muy dificil sacarla para usar las que están limpias; de hacer como que no anda el lector de tiquets de la barrera del estacionamiento del yopin justo la noche de ofertas del Día del Padre y </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">poner la marcha atrás como pidiendo permiso para pasarse a la barrera de al lado; de ir con un amigo al banco y en la cola </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">fruncir la nariz
como que hay muy mal olor y preguntarle al amigo en voz muy bajita pero lo suficientemente alta como para que se escuche: ¿Fuiste vos, hijo de puta?, y ante la respuesta negativa del otro empezar a
mirar para todos lados como buscando al responsable y clavarle la mirada a la minita de atrás con clara actitud acusadora; de pedir que le abran una camisa que está toda doblada y llena de alfileres y plastiquitos y cartones y, después de probársela, dejarla con el argumento de que no, que no hay caso, que a él las camisas no le van; </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">de llamar </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">a una radio y decir pija al aire, de decirle a su mujer </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">que las milanesas le salen como el orto, de ir </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">al restó más caca de Recoleta, comer como un cerdo,
clavarle un chorro de soda a un Rutini y rajarse sin pagar; de decirle </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">al forro de su jefe que la secretaria les contó a
todos que no se le para, de de</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">cirle a su jefe que tiene cara de forro, de hacerle </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">15 preguntas a la cajera de McDonalds, de pedirse </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">una soda, hacerse un fondo blanco y volarle la peluca
de un eructo a una vieja cheta en La París; de asfixiar </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">con una milanesa de soja al hijo de puta que ronca
como un puerco y babea al lado suyo en el bondi y de tantas otras locuras que el pelotudo prefiere ni imaginarse porque entra en pánico y porque, además, tiene mucho sueño como para seguir pensando tanto.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-49558060777491245222013-06-10T14:29:00.000-07:002013-06-11T18:42:01.808-07:00VOL 2/3 - Cap. 6/2 - El Pelotudo Medio recargado - La galleta final<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihFQhnteqdhOPuYzbDC-nLgSh_rNkMlLax2btGzq2rNbo6wcXNLvF_FL14Fj61F3_7T_rRkAj75TmrfZG2MRlj0I75KBD88UXDpV1bfrL-VUjbeSbER7rqdu-Mfx391_kmqUKlV9S6arKF/s1600/embotellamiento.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihFQhnteqdhOPuYzbDC-nLgSh_rNkMlLax2btGzq2rNbo6wcXNLvF_FL14Fj61F3_7T_rRkAj75TmrfZG2MRlj0I75KBD88UXDpV1bfrL-VUjbeSbER7rqdu-Mfx391_kmqUKlV9S6arKF/s400/embotellamiento.jpg" width="341" /></a></div>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo se despertó por dos cosas:</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">1) Los cartones con propaganda de Aceite Marolio que había puesto para tapar el sol se habían caído y entonces ya nada tapaba el sol, que a las siete y media de la mañana pegaba justo en el parabrisas porque tan mala leche tenía el pelotudo que el día del bloqueo final el coche justo le había quedado como a Subiela le había quedado el protagonista de la peli: mirando al sudeste.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">2) Otra vez ese picor -un picor insoportable en la ingle derecha, ya casi en carne viva de tanto rascarse y rascarse las pelotas. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Encandilado, con lo'ojo finito como puñalada en la lata, el pelotudo levantó el abdomen separando el culo de la butaca como para poner su cuerpo recto como una tabla -o una tablet, para más modernidá- y deslizó su mano derecha por adentro de su pantalón y de su calzoncillo y se rascó y sus uñas volvieron a teñirse de rojo -rojo sangre. Se olió los dedos y tuvo arcadas. Se miró las uñas larguísimas y vio que tenía allí abajo mucha piel acumulada. Se llevó los dedos a la boca y con los dientes rasqueteó la parte de abajo de las uñas y fue escupiendo esos residuos epiteliales hasta que uno se le fue por el caminito viejo y se atoró. Se atoró, el pelotudo, y una tos seca lo encorvó, lo sacudió, lo hizo saltar como montado en un potro salvaje. Varias veces se dio la cabeza contra el techo del auto, el pelotudo, hasta que el cuerpo extraño salió eyectado de sus fauces envuelto en una baba gelatinosa que, después de varias vueltas tipo boleadora, se estrelló contra el parabrisas -allí quedó unos segundos hasta que comenzó a desprenderse y, tras unos instantes balanceándose en movimientos pendulares, terminó descansando sobre el tablero de comando. Se rascó también la cabeza pero le costaba cada vez más hacerlo: tenía el pelo tan enredado que los dedos se le quedaban atrapados en el enjambre. Y se rascó también la cara, tapada por una barba tupida -el picor solía empezar en la ingle derecha y después se le viralizaba a todos los rincones del cuerpo, especialmente a los pliegues más oscuros y húmedos y debajo del pelo, donde acumulaba grasa tierra bichos y otras yerbas.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se incorporó con dificultá y se desperezó estirando sus dos brazos por encima del respaldo de la butaca y casi en el final del estiramiento se tiró un pedo que enrareció aún más el clima en ese habitáculo que había pasado la noche completamente hermético por miedo a los afanos. Frunciendo la cara por el olorazo, puso las llaves en contacto para habilitar el mecanismo eléctrico de apertura de las ventanillas. Bajó la de su lado conteniendo la respiración y, asomando el marote, llenó sus pulmones de aire más o menos limpio y sintió en su rostro una brisa fresca agradable que lo invitó a bajar y abandonar la atmósfera densa, ácida, rancia del interior del auto.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todavía entumecido, el pelotudo volvió a estirarse. Despidió otra flatulencia, pero la brisa se la llevó y entonces fue inofensiva. El paisaje era el mismo. Todo estaba igual. Igual que los últimos dos meses trece días y 16 horas, cuando Buenos Aires terminó de colapsar porque las calles no tuvieron más lugar para que los autos pudieran moverse y las calles quedaron así, completamente embotelladas, atascadas sin solución, y los pelotudos que antes las recorrían a diario y venían sospechando que un día iban a quedar definitivamente embotellados quedaron definitivamente embotellados y se quedaron a vivir ahí, cada uno donde había quedado, esperando el momento en que se cumpliera la promesa de las autoridades de lograr destrabar la galleta más grande del mundo. Al pelotudo lo había agarrado en Retiro, tratando de llegar al centro por la calle que pasa por Buquebús. Ahí estaba, el pelotudo, hacía dos meses trece días y 16 horas, embotellado al vacío como un pelotudo.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Así que decidió circular un poco entre los autos que rodeaban al suyo y saludar a los vecinos, con la esperanza de que alguno se hubiera decidido a correr hasta el chino a comprar yerba -arriesgándose a que justo en ese interín se restableciera la circulación- y tuviera unos mates para convidarle -unos mates y unos bizcochos, porque los de la última entrega del Gobierno de la Ciudad se le habían terminado. Pero antes que nada tenía que vaciar el florero, que le desbordaba. Pensó en mear ahí, en la rueda izquierda del auto, como se le había hecho costumbre porque para los baños químicos habitualmente había que hacer colas de cuadra y media, pero esta vez no: no había nadies. Así que ahí fue, con el ímpetu de la mañana en sus pantalones, y se metió presuroso en una de esas cabinas hostiles, hediondas, infestadas de materias orgánicas anónimas, nacionales y populares.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En eso estaba -meando- cuando empezaron los golpes y los gritos. Violentos golpes en la puerta y gritos prepotentes y desesperados que lo instaban a apurar el trámite y salir del cubículo.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">- ¡Dale, pelotudo...! ¡Dale, pelotudo...! ¿Sos pelotudo, sos? </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¡Dale, pelotudo...!</span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No alcanzó a subirse los pantalones que la puerta cedió y se abrió. Pero ya no estaba en el baño, el pelotudo, sino en su auto, impecable en su traje de pelotudo. El escenario era el mismo -la calle de Retiro ésa que llega a Buquebús-, pero el paisaje ya no. Miró para adelante: nadie a menos de una cuadra. Miró para atrás: una fila interminable de autos que, al parecer, esperaban que él moviera el suyo. En su ventanilla izquierda, un sacado golpeando el vidrio y gritándole, desencajado: </span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">- ¡Dale, pelotudo, despertate y mové ese auto de mierda de una vez! ¿O querés quedarte a vivir acá, querés?</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-41521606556487879372013-06-04T14:53:00.001-07:002013-06-04T16:02:37.116-07:00VOL 2/3 - Capítulo 5/1 - El Pelotudo recargado - Doble cepo <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQeELzk26JXJwIAk2RaCVyY-3A0ASWI0cBJjimvBMy2I0ZhkRWAIOeIX9fw3aCfRRhDdZBTTKgEhcvs7nfwkfM9F4DJwU4lQDZTfYHjOw-np-Y5tE7DHFEnnbLpwDJ5B0cYt3UqrqPredn/s1600/atado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="424" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQeELzk26JXJwIAk2RaCVyY-3A0ASWI0cBJjimvBMy2I0ZhkRWAIOeIX9fw3aCfRRhDdZBTTKgEhcvs7nfwkfM9F4DJwU4lQDZTfYHjOw-np-Y5tE7DHFEnnbLpwDJ5B0cYt3UqrqPredn/s640/atado.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se despertó así, como en un susto, como atravesado por un rayo, con lo'ojo que le pasaron de cerrados a dos de oro sin escalas ni pegotes de lagañas. Se despertó como se despiertan en las películas cuando algo los sobresalta. Como eyectado por un resorte, pasó de modo acostado a modo sentado. Sudoroso, se despertó con un suspiro amariconado. Temblando como una hoja buscó en sus bolsillos el arma reglamentaria pero ni bolsillos tenía: el pelotudo estaba casi en pelotas, apenas cubiertas sus partes por un calzoncillo viejo, su elástico estirado —con esas ondas que se les hacen a los elásticos estirados de los calzoncillos—, el blanco original convertido en amarillo creciendo al ocre y una descosedura justo entre el culo y las bolas —no literalmente justo entre su culo y sus bolas porque estaría gritando como un marrano del dolor sino en el lugar de la tela del calzoncillo que va justo entre el culo y las bolas de cualquier pelotudo que usa ese tipo de prenda. Se hundió otra vez en las mantas —que permanecían prolijamente tendidas a pesar del sofocón porque el pelotudo tiene la manía de la simetría y otras varias obsesiones— y miró para acá y para allá pero solamente moviendo las bolitas de lo'ojo —las bolitas para acá, las bolitas para allá— haciendo fuerza para llegar con su visión lo más a la derecha y lo más a la izquierda posible —para ser un pelotudo amplio, pensó. También hizo fuerza con las bolitas (con las de lo'ojo) para arriba, para relojear el techo. De algo estaba seguro: no era esa habitación el vestuario tenebroso del abandonado Centro Fomento Los Hornos. El perro sarnoso no estaba junto a él y no estaba tirado en el piso frío y húmedo —no tenía un cartón abajo del culo para que la humedá no lo matara. El pelotudo tardó en caer, como buen pelotudo que es. Tardó en darse cuenta de que no era el año 2019 ni el mundo había caído en manos de sanguinarios regímenes neonazis ni vivía él en una fortaleza blindada ni había en la calle una guerra por la supervivencia entre hordas de ex ciudadanos despojados de sus derechos de ciudadanía y librados a su suerte y a sus fuerzas para ganarse el pan el refugio y la satisfacción de sus apetitos ni trabajaba él inventando noticias para suplantar con relatos de ficción la realidad que no ocurría en el mundo real ni tenía un chip en el marote que le hablaba le daba órdenes y le medía el nivel de azúcar en la sangre ni había sido secuestrado por policías de la una tal Policía Militar ni había sido interrogado por un gordo de tiradores con cara de Lanata ni nada de todo eso. Tardó unos minutos, el pelotudo, en darse cuenta de que había tenido una pesadilla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">(<b>IMPORTANTE:</b> El que escribe parece que también es un pelotudo que no inventa pólvoras y apenas atina a usar recursos gastados de novelas vespertinas en las que las pesadillas están siempre a mano para salvar un barquinazo argumental y volver a poner el relato en sus rieles)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Boleado, a mitad de camino entre ese mundo devastado de 2019 y éste de vaya a saber qué año de más acá, ahora el pelotudo intentaba sin éxito enfocar en el celular en busca de una referencia horaria. Es que el sudor de la frente (la sudoración por la pesadilla) se le había metido en lo'ojo, que le ardían como el demonio, y se le nublaba la vista. Se frotaba y parpadeaba fuerte —apretaba los párpados húmedos y salados y los abría hasta que le tiraban. Un haz de optimismo le penetró el temperamento y el pelotudo pensó que sería la sobrehumectación ocular que le devolvía una imagen distorsionada del reloj del teléfono: que no podía ser de ninguna manera que la alarma hubiera sonado a las cuatro y cuarto de la plena madrugada. ¿Por qué reputísima razón debería despertarse a las cuatro y cuarto de la plena madrugada? ¿Ahora era tan pelotudo que se programaba los viajes al baño para mear? ¿Había errado en la programación? ¿¡Qué carajo hacía despertándose a las cuatro y cuarto de la plena madrugada, el reverendo pelotudo!? La respuesta tardó en aparecérsele, todavía turbado por la amenaza del gordo con cara de Lanata (<i>Nos volveremos a ver</i>, le habia advertido el interrogador de tiradores mientras le soltaba el humo del pucho en la jeta). Pero al fin llegó, como llegan las revelaciones de verdades reveladas: como una flecha, como un navajazo, y se le clavó en el corazón mismo de la existencia y le incrustó un frío atroz que le subió desde el culo, porque por ahí le había entrado la muy sádica revelación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo se levanta a esa hora para ir a laburar. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">—¿Perdón?— se preguntó a él mismo, ya sabiendo la respuesta: acá, en el mundo real, el pelotudo se levanta cinco de siete días a la semana a las cuatro y cuarto de la plena madrugada para poder llegar a las seis al primero de sus dos trabajos. Porque ahora el pelotudo no tiene un trabajo: tiene dos. Dos puñeteros trabajos tiene. Dos. Y casi no le caben en el día.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se sabe: el pelotudo no pertenece a la elit de hombres libres, ésos que un día se lavantan y pueden decidir que no, que ese día no van a trabajar y mandan todo a la concha su lora. En cambio, integra el dramáticamente mayoritario club de pelotudos que al menos cinco de siete días a la semana tienen que levantarse para ir a laburar y no pueden contra esa condena. Más: es parte de un grupete de pelotudos presumidos que suponen que trabajar en Buenos Aires les da como un lustre, una alcurnia, y entonces se pasan de tres a cuatro horas por día viajando para ir y volver del trabajo. Es, en definitiva, uno de los pelotudos que viven en una ciudad y trabajan en otra —una soberana pelotudez. Pero no le alcanzaba con todo eso y entonces, sin entender bien por qué —nunca entiende muy bien por qué hace lo que hace ni por qué le pasa lo que le pasa ni por qué pasa lo pasa en su cuadra en su barrio en su ciudad en su provincia en su país en su mundo en sus otros mundos— se consiguió otro empleo —otro en Buenos Aires, obvio— y lo trató de encajar con un calzador en la primera parte del día pero como no le entraba agarró el día de la mañana y lo estiró tres horas hasta que por fin le entró el segundo empleo, que quedó apretado como pedo de visita ahí, en los fiordos de la mañana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">O sea, digamos: el pelotudo —capaz que fantaseando en los arrabales de su conciencia desquiciada con ser un pelotudo importante— ahora es un doble pelotudo porque tiene doble razón para no poder levantarse y decidir que ese día no va a ir a laburar y se va a quedar en la casa amasándose la plastilina con fervor militante. No no no. Lejos de eso, el pelotudo es ahora un pelotudo con doble cepo a su libertá —que se le ha achicado hasta convertírsele en un residuo casi irreconocible, la pobrecita.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Notificado por él mismo —el pelotudo cree darse cuenta de que sufre cierto desorden de desdoblamiento de su Yo, con lo cual a veces al Yo se le sale un Tú o un Él, aunque hasta ahora nunca un Nosotros ni un ustedes ni un Ellos, por suerte— de su nueva condición de pelotudo doble recargado potenciado aumentado reforzado full full, el pelotudo se levantó y salió de la cama y arrancó para el baño pero ni dos pasos había dado que se frenó en seco. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">— ¡Esa decisión!— se acordó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Tenía que tomar esa decisión que tomaba a diario, en la penumbra de la plena madrugada, que marcaría a fuego su jornada que ya del horno sale marcada por interminables odiosos estresantes desquiciantes enajenantes enfermantes travesías de unas puntas a las otras del mapa (porque tiene un trabajo en una punta y el otro en la otra), atrapado en mares de estresados desquiciados enajenados enfermados pelotudos que parecen todos distintos pero que son, en definitiva, soldados del mal que mal homogéneo compacto macizo ejército del pelotudo medio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">— ¿En auto o en bondi?— se interpeló el pelotudo, y ya se sintió cansado y entonces reculó sobre sus casi dos pasos —reculó en chancletas, con la dificultad máxima que eso supone— para sentarse en la cama a pensar. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">— </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿En auto o en bondi? </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿En auto o en bondi?</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La puta madre, che, me pregunto por qué me la hacen siempre tan difícl... </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-80665383252009888362012-10-29T16:05:00.000-07:002012-10-30T10:09:46.997-07:00VOL 2 Volver al futuro CAP 4 Encerrado afuera<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNNQOGiXZ_IjttU5DP-BAFtnvPlJn4Pl5iH6TqLom1X1jq5mNrLQGBg5Fwc7Hw41ODOcJDRvQZXzwEhRPUF2qr7uSJ8kdvg2DcmTaJgK1raIAcauyYnB5gkd7f_LQAb-FBM2Hq_OXV1-gC/s1600/TWD.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="357" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNNQOGiXZ_IjttU5DP-BAFtnvPlJn4Pl5iH6TqLom1X1jq5mNrLQGBg5Fwc7Hw41ODOcJDRvQZXzwEhRPUF2qr7uSJ8kdvg2DcmTaJgK1raIAcauyYnB5gkd7f_LQAb-FBM2Hq_OXV1-gC/s400/TWD.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El pelotudo
todavía temblaba cuando comprobó que los agentes de la Policía Militar se habían
alejado en el blindado. A su alrededor, lo que queda de algún barrio periférico:
casas abandonadas y derruidas –seguramente intrusadas, con sus paredes agujereadas
a balazos y sus jardines convertidos en baldíos infestados de vaya a saber qué
variedad de alimañas hostiles-, lo que alguna vez había sido una estación de
servicios, ahora devenida cementerio de autos quemados o reducidos a chatarra,
y un viejo complejo de canchas de fútbol cinco transformado en campamento por
ex ciudadanos desesperados y atrincherados en alguna forma precaria y frágil de
organización comunitaria. Creyó reconocer, en el cruce de las dos avenidas que partían
en cuatro aquel paisaje desolador, los restos del Monumento a la Madre. El
alivio que había sentido por haber sobrevivido al secuestro y al interrogatorio
se le escurrió como arena entre los dedos ante la sospecha de estar en 60 y
137, esquina que había sido un hervidero en épocas de esplendor de la populosa
localidad de Los Hornos pero que hoy, en el año 2019, no es otra cosa que un
páramo polvoriento y peligroso, dominado por nadie y por todos; una de las
tantas zonas liberadas a las hordas de cancelados que pelean por la
supervivencia y que, como había visto el pelotudo antes de ser arrestado,
estaban desarrollando la capacidad de comer carne humana, lo que lo convertía a
él en una cena potencial. Encima, el Comando Central le había reseteado el DIM,
que inició una descarga frenética de informes y recordatorios de tareas y
deberes vencidos intercalados con mensajes furiosos de sus jefes del diario,
que lo amenazaban con el despido si no enviaba con urgencia las crónicas
adeudadas. Muerto de hambre y de sed, aterrado por el desamparo a cuarenta
cuadras de la fortaleza de cemento y acero de su casa y aturdido por la ráfaga frenética
del DIM y por la repetición imparable de la pregunta sin respuesta </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">¿Por qué puta razón me está pasando esto a
mí, un pelotudo inofensivo?</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">, el pelotudo sintió una irrefrenable necesidad
de correr –en ese torbellino emocional, su memoria recogió del pasado la amenaza
de Terry Benedict, el personaje de Andy García en </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">La gran estafa</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">, a Rusty Ryan, el ladrón encarnado por Brad Pitt,
cuando éste le comunica por teléfono que se le han metido en la bóveda de
seguridad de sus casinos y están a punto de chorearle 180 palos verdes. </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ok, felicitaciones, eres hombre muerto; así
que éste es mi consejo: corre y escóndete,</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;"> le había advertido el malo al dandi. Y corrió, el pelotudo. Corrió como Forrest Gump. Como
Lola, corrió el pelotudo. Corrió sin saber a dónde ir, empujado por el motor
más poderoso: el miedo. Corrió unas cuantas cuadras. ¿Seis, siete, ocho cuadras?
No las contó. Estaba fuera de sí. Se detuvo exhausto, sin aliento, frente a una
cancha de fútbol abandonada que todavía conservaba el cartel de la entrada: en
forma de escudo, el pelotudo adivinó que alguna vez había sido blanco con una
banda cruzada celeste. La sigla CFLH era inequívoca: estaba frente a la
cancha del Centro Fomento Los Hornos, en 58 y 132, la misma en la que, durante una
calurosa mañana del año 2009, acorraló contra la línea lateral izquierda al
corpulento Gonzalo Santos y el joven cronista del rodete lo enfrentó con pelota
dominada y, tras clavar la mirada en la separación imprudente de sus piernas,
hizo lo que el pelotudo adivinó que haría: le tiró un caño que, pese a su capacidad
de adivinación, el pelotudo se comió como un pelotudo y, herido en su orgullo
de marcador experimentado, sólo atinó a taclear al grandote para, al menos,
honrar el dicho futbolero que establecía —cuando todavía se jugaba al fútbol—
que </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">pasa la pelota pero no el jugador</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">
—Santos caería desplomado pesadamente sobre el pecho del pelotudo y, en
represalia adicional y artera, se levantaría pisando sin querer queriendo el
muslo derecho del zaguero, que durante los siguientes 30 días sufriría cada una
de sus carcajadas como puñaladas en su pecho que lo hacían maldecir aquel maldito
caño, aquel faquin tacle, aquel malvado cronista del rodete, aquella puñetera decisión
de jugar contra los pinches pendejos de la redacción y, por qué no, al Pelado Buffarini,
que había facilitado la realización del muy puto cotejo aportando la chingada cancha
del Fomento que ahora, diez años y una catástrofe global después, elegía como
refugio para pasar la noche que ya caía sobre la ciudad, territorio
impredecible de los cancelados, de los excluidos, de los expulsados, de los negados
que luchan cada día por extender un día más su agonía de muertos vivos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">No era para
menos el pánico del pelotudo. En 2019, salir de casa, salir a la calle, no es salir:
es entrar. Salir a la calle es entrar a un laberinto que puede encerrar al
desprevenido en el afuera mismo. Así se sintió el pelotudo: encerrado afuera,
en un afuera sin salida, (des)gobernado por hordas anárquicas de salvajes que llevaron
a la Humanidad de regreso a su estado más primitivo, con hombres y mujeres despojados de todo vestigio de sentimiento de culpa o remordimiento frente a la falta o el crimen, del sentido del bien y del mal que la cultura se
había encargado de inocularles a lo largo de siglos de sistemática represión institucional.
Hoy, en 2019, en la calle los hombres y las mujeres viven en estado de naturaleza,
entregados al dominio de sus pulsiones: en la calle comen, cagan y cogen donde quieren
o donde pueden, lo que quieren o lo que pueden, con quien quieren o con quien
pueden. Toman lo que necesitan –el alimento, una pareja- cuando lo necesitan,
sin pedir permiso, y pelean con quien sea para tener lo que sus cuerpos les reclaman.
Pelean hasta matar o hasta morir. Y el que no mata, muere.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
chequeó la carga de su arma reglamentaria y la empuñó con dos manos, como le
habían enseñado durante la instrucción obligatoria en la Escuela para Civiles
de la Policía Militar. Sin poder controlar el jadeo seco, sintiendo que el
corazón se le salía por la boca y los huevos lo asfixiaban alojados en su
garganta, avanzó por el pastizal de dos metros de altura hasta la puerta desvencijada
de lo que podría haber sido un vestuario. La empujó apenas y se zafó de la
bisagra y cayó al piso y provocó un estruendo que hubiese sido fatal si el
vestuario hubiese estado ocupado por algún grupo de cancelados. Milagrosamente,
por esas cosas del destino que el pelotudo no estaba en condiciones de
descifrar, el lugar estaba vacío, apenas habitado por un perro sarnoso que miró
al pelotudo casi como disculpándose de no atacarlo, casi como invitándolo a
hacerle compañía, a compartir la miseria, el abandono, el hambre, la soledad,
el desamparo… esa vida de perros, de pobres diablos condenados a una muerte
prematura. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ya desde
adentro, el pelotudo volvió a poner la puerta en su lugar y fue al rincón donde
lo esperaba el perro y acomodó unos cartones sobre el piso húmedo y se sentó y
el perro se le acurrucó y le apoyó la cabeza sobre sus muslos contracturados.
El pelotudo lo acarició con su mano izquierda –en la derecha, el arma cargada,
lista para tirar a matar- y lo sintió temblar. Y los dos temblaron juntos, como
dos pelotudos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En esa noche
que se anticipaba interminable al pelotudo se le dio por pensar pelotudeces. Intentó
establecer con alguna claridad por qué el mundo se había descajetado del todo y
pensó que, en líneas generales, el cine y la literatura de ciencia ficción se
habían equivocado poniendo por fuera de la raza humana la responsabilidad de la
devastación. Pensó, por ejemplo, que, aunque no era exagerado asumir que los esmartfouns
habían terminado siendo más esmart que muchos pelotudos como él, no habían sido
las máquinas las que, como en la saga <i>Matrix</i>,
se habían emancipado y se le habían vuelto en contra al Hombre y le habían
arrebatado el control del mundo y lo habían sojuzgado bajo un gobierno sin alma.
Pensó, también, que tampoco habían sido alienígenas más inteligentes y con
tecnologías más sofisticadas los que, como en <i>La guerra de los mundos</i>, la novela de Orson Wells, habían venido a
aniquilar a la raza humana para quedarse con los recursos naturales que habían
depredado en sus planetas de origen. Y pensó que tampoco había sido una
catástrofe sanitaria la que había terminado con la civilización tal como la
habíamos conocido —no fue una epidemia que convirtió a los sobrevivientes en vampiros
despiadados, como en <i>Soy leyenda</i>, la
película de Will Smith, ni en zombis insaciables, como en <i>Resident Evil</i>, la de la<i> </i>gélida
Mila Jovovich— ni una glaciación como la que había terminado con los
dinosaurios ni un diluvio como el del viejo Noé ni un meteorito como en <i>El día después de mañana</i>, la de Dennis
Quaid, ni un planeta desorbitado como en la extrañísima y exquisita <i>Melacholia</i>, la de Kirsten Dunst y Kiefer
Sutherland, ni un extraño fenómeno como el de <i>2012</i>, donde la Tierra deja de girar y la inercia hace que todo se
vaya al carajo —o algo así. El pelotudo cayó en la cuenta, entonces, de que la
serpiente había crecido desde adentro; que la Humanidad había cavado su propia
tumba a paladas de miseria, egoísmo, estupidez, maldad y avaricia; que, cegados
por la angurria, los que habían concentrado el poder y las riquezas del planeta
no habían sido capaces de advertir la inviabilidad del mundo salvajemente
injusto que estaban modelando ni de entender que los que estaban quedando
afuera no tardarían en voltearles los pórticos de sus mansiones para tomar lo
que les correspondía y cobrarse la venganza que venían cocinando en frío.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">En el
silencio inestable de la noche, estremecido por detonaciones y gritos desgarrados
de dolor que golpeaban como latigazos en el fondo de la oscuridad, el pelotudo
pensó –se preguntó, digamos- si la Humanidad, así como se había sumido a sí
misma en las sombras del apocalipsis, sería capaz de encontrar una luz que la
guiara en el camino a un nuevo mundo. Se preguntó eso, el pelotudo, y se sintió
un pelotudo romántico soñador delirante.</span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-1693181204672757372012-10-19T12:10:00.001-07:002012-10-22T12:28:41.879-07:00VOL 2 Volver al futuro CAP 3 Casi cuatro horas y fracción (parte II)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeXSSX2aHx8udcf8ubbrnEz4VummNM6A7qjE_ohFbdQ4XI2X9PALmV4q-WdWT8nUtoe875Lt25OEaRRbLSnTGqSKoP1jwnQxZgfpWZ2UCfBxG5evMr17dR3qLe51NEh9n1nt5XZRiAk9bI/s1600/adicto-television-tv.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeXSSX2aHx8udcf8ubbrnEz4VummNM6A7qjE_ohFbdQ4XI2X9PALmV4q-WdWT8nUtoe875Lt25OEaRRbLSnTGqSKoP1jwnQxZgfpWZ2UCfBxG5evMr17dR3qLe51NEh9n1nt5XZRiAk9bI/s400/adicto-television-tv.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;">El pelotudo
preguntó si podían darle algo caliente para saciar el hambre y sacarse algo del
frío –mezclado con el miedo que imponía el grandote con cara de Lanata- que lo
hacía temblar como un flan Ravana (la comparación que le salió en ese momento
de zozobra le produjo al pelotudo un yoc de angustia por el contraste con su
tierna infancia en el barrio platense de La Loma, siempre sobre ruedas en su
bici naranja con falsos amortiguadores y asiento banana, y el viaje se le
presentó con la cortina musical del yingle que fue un clásico: </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;">si se mueve, uaua, si se mueve…</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;">). Pero
el grandote con cara de Lanata le dijo que ni en pedo, que si se portaba bien
terminarían rápido.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Dale,
gordo, una sopa <i>Knorr</i> no se le niega
a nadie— lo increpó el pelotudo, envalentonado por el zezeo del grandote.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Voy
a hacer como que no dijiste nada, pelotudo. Y Ahora me vas a decir dónde
encuentro a Bonfatti— lo apuró el gigantón apoyándose con las dos manos en el
pupitre mínimo, inclinando su cuerpote hacia adelante y casi quemándole la
nariz –que no es como para que le digan Poroto- con el pucho que le colgaba de
la comisura izquierda y se balanceaba de arriba para abajo y viceversa con el
movimiento de los labios, mientras dos tipitos de mameluco instalaban una
pantalla de 42 pulgadas frente a él.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
quedó estupefacto. ¿Por qué reputísima razón el energúmeno éste de tiradores y
sombrerito suponía que él, un pelotudo normal, estándar, un pelotudo más, sin
relieve, podría llegar a tener alguna faquin idea de dónde se escondía
Bonfatti?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El ex
gobernador de Santa Fe, segundo dirigente socialista que había gobernado una
provincia argentina, está prófugo desde diciembre de 2012, cuando el entonces
diputado nacional Agustín “Chivo” Rossi lo sindicó como capo del cártel de
Arroyo Seco y contacto local del cártel mejicano de Acapulco, que lideraba la
mítica pareja de criminales conocidos con los alias <i>tía Berta</i> y <i>tío Acner</i>. La punta del aisberg había sido el jefe de la policía santafesina, al que habían pillado hablando con chicos malos. Bonfatti se quejó de que no le habían avisado que estaban investigando a su subordinado, y mandó al Congreso un proyecto de ley para obligar a los espías a tocar timbre, pero resulta que lo peor que no le habían avisado era que al que estaban buscando en realidad era a él. Con careta del Lole Reutemann y traje antiflamas, el mandatario abandonó en moto la
casa de gobierno provincial a las 12 PM en punto del 31 de diciembre, aprovechando
los estruendos de la pirotecnia de Año Nuevo. Y nunca más se lo vio en los
lugares que solía frecuentar. La gobernación quedaría en manos del vicegobernador
Henn, que era radical, dato que nunca había tenido en cuenta el denunciante,
sobre quien recayó una unánime condena social –Rossi sufrió violentos escraches
en la puerta de su domicilio por parte de multitudes enardecidas que portaron
pancartas con el lema <i>PEOR EL REMEDIO QUE
LA ENFERMADAD</i>. (El sucesor natural de Bonfatti duró unos poquitos meses en
el poder y también tuvo que escapar subrepticiamente de la casa de gobierno,
pero en su caso, siguiendo otra tradición partidaria –la primera que respetó
fue la de no terminar el mandato-, se rajó por los techos en helicóptero).
Meses después circularía en la interné un video casero que fue reproducido por
las principales cadenas de televisión: vestido con una camisa jauaiana de
colores vivísimos y con un puro cubano entre los dedos, Bonfatti se reía a
carcajadas echando su cuerpo hacia atrás y dejando ver su abdomen inflamado,
coronaba la risotada con un nariguetazo largo, profundo, y con sus bigotes a estrenar blanqueados y sus ojos inyectados en sangre hacía como que miraba al espectador
y, ofreciendo el plato a la cámara, volvía a soltar una carcajada desafiante.
Hoy se dice que en estos siete años el ex militante socialista, pionero del
llamado <i>socialismo narco</i>, en el que
militan en la clandestinidad decenas de dirigentes que aseguran haberse
hinchado las pelotas de tanta corrección política, construyó un imperio
criminal con ramificaciones en toda Latinoamérica: el Régimen lo acusa de
quemarle la cabeza a los jóvenes con la cocaína y con su otro gran negocio: la
distribución ilegal de libros de pensar.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">(El Régimen
ejerce un férreo control de todo lo que se publica y aplica un tamiz
apretadísimo –como pedo de visita- que reduce a un puñado los escritores autorizados,
todos inscriptos en el género de la autoyuda y la espiritualidad –el catálogo
oficial incluye títulos de Ari Paluch, Claudio María Domínguez, Sergio Lapegüe,
Luis Majul, Elisa Carrió, Andrés Calamaro, Daniel Amoroso, Luis Ventura, Caruso
Lombardi y Orlando Barone. El filtro está a cargo del ministro de Control
Editorial, el ex animador, actor y pistolero Baby Echecopar)<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El grandote
de cabeza chiquita ametralló al pelotudo con un interrogatorio en el que lo
amenazó reiteradas veces con borrarle el rígido de su súper computadora
personal –a lo que el pelotudo se animó a preguntarle si todavía seguía calenchu- y lo sometió a salvajes tormentos sicológicos: le pasó, una tras otra,
las rutinas de estandap que Jorge Lanata ensayaba en el show televisivo
revisteril de los domingos a la noche en el trece, mechadas con las
conclusiones que exponía el médico y periodista Nelson Castro en su programa <i>El Juego Limpio</i> hablándole y
reclamándole cosas a la Presidenta y las agarradas del abogado y periodista
Eduardo Feinmann con alumnos tomadores de escuelas porteñas. Pero no consiguió nada.
Aunque turbado por tanta TV basura, el pelotudo dijo una y otra vez lo mismo: <i>¡Sólo soy un pelotudo!</i> <i>¡Sólo soy un pelotudo! ¡Sólo soy un pelotudo!</i><o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><br /></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Habían
pasado casi cuatro horas y fracción cuando el grandote tiró la toalla.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;">Ok,
evidentemente sos un pelotudo, pero no uno cualquiera: un pelotudo importante,
porque sabemos que sabés y te hacés el pelotudo y sabés que no es gratis saber
y hacerse el pelotudo— le dijo el ropero al pelotudo sacándose el sombrero y
rascándose la cabecita.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El gordo dio
media vuelta y se fue yendo, su mano izquierda en el bolsillo de los pinzados y la
derecha llevando el trigésimo cuarto cigarrillo a su boca, pero antes de cerrar
la puerta metálica asomó apenas su cabecita y le advirtió al pelotudo: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;">No
te relajes, eh: nos volveremos a ver. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Enseguida
dos guardias volvieron a encapucharlo y lo arrastraron otra vez por los
pasillos angostos y ásperos hasta el blindado. Anduvieron un tiempo
indescifrable hasta que el camión frenó y la puerta se abrió. El pelotudo
sintió otra vez que lo agarraban del cuello del gabán, lo bajaban bruscamente y
le sacaban la capucha. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Tomá,
pelotudo, cuidate, que la calle está dura— le aconsejó uno de los guardias
mientras le devolvía la pistola reglamentaria. </span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-68605861909407309212012-10-15T20:28:00.000-07:002012-10-22T12:30:58.784-07:00VOL 2 Volver al futuro CAP 2 Casi cuatro horas y fracción (parte I)<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihrBQqDdPX4qRf198bCCszXqqr1BycHZPu0NSauKVSqnilhBZz4QpIbMNrkABMObZWjBrUW7B80j92GAxPVnygNszv1XGjoQFWjVRr-Bk7sLuTOc60t0_djYy8u41JM_la5hycURbT43Qa/s1600/break+down+THE+WALL.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihrBQqDdPX4qRf198bCCszXqqr1BycHZPu0NSauKVSqnilhBZz4QpIbMNrkABMObZWjBrUW7B80j92GAxPVnygNszv1XGjoQFWjVRr-Bk7sLuTOc60t0_djYy8u41JM_la5hycURbT43Qa/s400/break+down+THE+WALL.jpeg" width="400" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
dobló la esquina de 8 y 51 por la vereda de enfrente de las ruinas de la
Legislatura y se sintió apenas conmovido por un sentimiento que podría
reconocer como <i>melancolía republicana</i>,
pero lo curó enseguida el rostro mofletudo y eternamente bronceado de Osvaldo
Mércuri, que se le apareció de pronto y lo arrastró en un viaje relámpago al
pasado: en el tórrido verano de 1995, el pelotudo cubría la temporada veraniega
en Pinamar para el diario <i>El Día</i> de La Plata, que, a sabiendas de que la
frivolidad y el lujo de esas costas irritaba las fibras filo marxistas del
cronista, le había alquilado un cuchitril inhabitable de tres por dos que
parecía una celda de Guantánamo incrustada como una espina en el corazón de la
abundancia (el departamento era tan chiquito que tenía media cocina, o una
cocina de dos hornallas, digamos, y un horno tan angosto que una tartera de
tamaño regular entraba a 45 grados, con lo cual el pelotudo se pasó un mes
juntando del piso el queso de la pizza). En esa década insólita, el diputado
había salido a robar por los caminos de la provincia de Buenos Aires con el
verso del medio ambiente y unas máquinas que aplastaban latas de aluminio
reciclable –o algo así. El pelotudo recordó particularmente la tarde en que,
vestido con bermuditas blancas, mocasines y chomba rosa, el legislador montó en la playa el espectáculo del aplaste latero acompañado por un
ejército de gatos en calzas blancas y final a toda orquesta con hectolitros de
champán que el líder de Lomas de Zamora descorchó con pericia de campeón de
Fórmula 1 y sirvió bien frapé, a las cuatro PM, a señoras copetudas y a
distinguidos borrachines de alcurnia convertidos al peronismo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
creía haberlo visto todo, pero en la vereda de lo que supo ser, durante
décadas, Bastons Deportes, quedó yoqueado como Viviana Canosa cuando en octubre
de 2012 se enteró de que estaba embarazada -la ex conductora de televisión y
actual primera dama terminó haciéndole
juicio y arruinando de por vida al padre de la criatura, Alejandro Borenstein,
a quien demandó por daños y perjuicios insanables al ver que sus caderas
volvían a ensancharse de manera ya irreversible (la pobrecita ya nunca dejó de
estar gruesa). Hincados sobre sus rodillas desnudas, tres ex ciudadanos
saciaban su hambre atroz comiendo de las entrañas del cuerpo inerte de un
pelotudo que, a juzgar por la frescura de su sangre, había sido boleta apenas
un rato antes. Pero el sacudón lo sacó violentamente del trance: desde atrás,
un agente de la policía militar había tomado al pelotudo del cuello de su gabán
y lo había tirado al piso, de espaldas, y antes de poder decir pío otro cana le
metió la rodilla en la traquea y lo sofocó. En un movimiento lo dieron vuelta,
le esposaron las manos sobre la espalda y le leyeron sus derechos: <i>tenés
derecho a quedarte piola, gato, a menos que quieras que te desfigure la cara de
pelotudo ésa que tenés</i>, le dijo uno, y el otro se cagó de risa.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">El
pelotudo, que nunca se caracterizó por desafiar al sistema, se quedó piola
nomás. Y los uniformados lo llevaron con las patitas en el aire hasta el
blindado, abrieron la caja y lo lanzaron al interior como una bolsa de papas.
Al piso del camión llegó después de rebotar en la pared del fondo –del fondo
visto desde atrás, pero en realidad la de adelante, la que da a la cabina, o
sea. Uno de los guardias entró con él y le puso una capucha en la sabiola. <i>No
te hagás el pelotudo no te hagás</i>, le advirtió, y el pelotudo quiso aclararle que él no se
hacía, pero una sílaba alcanzó para que lo acomodaran de un mamporro en una
oreja que lo dejó turulato, con el Dispositivo Inteligente Multifunción (DIM) bailándole
en el tálamo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El viaje
fue accidentado. En la calle se ve que había más cadáveres que de costumbre y
el camión pisó varios y el pelotudo anduvo de acá para allá como chorizo en
fuente’e losa. Encima, atravesó dos balaceras y los disparos que impactaron en
el vehículo retumbaron en el marote aturdido del prisionero, que no entendía
por qué carajo se lo llevaban a él, un pelotudo obediente, regular, estándar,
sin rasgos particulares que lo distinguieran del malón de pelotudos que vivían
encerrados en sus casas blindadas haciendo los deberes del buen ciudadano
–ganándose cada día el derecho a la ciudadanía, digamos. Todavía no habían
desarrollado con éxito el DIM con lector de mentes, con lo cual no era posible
que supieran las pelotudeces que cada tanto se ponía a pensar y que no
compartía con nadie por vergüenza casi. Desde un asilo clandestino, Jorge
Altamira, otrora combativo dirigente del Partido Obrero, sigue repitiendo que
todavía no hay conciencia de clase en las clases populares argentinas, y Pino Solanas está como
quiere desde que ocupa un asiento en el directorio de <i>Clarín</i> -dice que le prometieron una buena jubilación-, adonde se llevó como secretaria a la ex diputada Victoria Donda, que en los últimos años perdió tetas pero no las mañas. ¿A quién, entonces, podría
interesarle ahora una revolución?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">También en
el aire lo sacaron del camión y lo llevaron escaleras abajo y por pasillos de
no más de medio metro de ancho, según pudo adivinar por los constantes choques
de sus codos contra superficies rugosas, ásperas, que lo enfrutillaron mal. Después
escuchó el sonido de lo que sería una puerta metálica pesada que se cerró
inmediata, violentamente detrás de él. Cuando le sacaron la capucha la luz
enceguecedoramente blanca lo encandiló, y tardó unos minutos en ajustar sus
pupilas para ver que estaba en un cuarto vacío, húmedo
y frío como el Monumental durante la última campaña de River con el Pelado Almeyda como DT, cuando se salvó del descenso porque los bombardeos dirigidos por el comandante revolucionario Mauricio Macri y ejecutados por los pilotos Chori Domínguez y Torito Cavenaghi dejaron el viejo estadio de Núñez reducido a escombros y ultimaron a todo el plantel profesional millonario -el mellizo Ramiro Funes Mori ensayó unas patadas voladoras en un intento desesperado de voltear los aviones agresores, y aseguran que les erró por un tantito así nada más.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Horas
interminables de frío, hambre y miedo pasó el pelotudo, con sus músculos
abarrotados por la tensión de esperar lo peor y de saber que ocurriría tarde o temprano, en un instante o en el siguiente o en el que vendría después. Caminó en redondo durante un lapso imposible de determinar. Se recostó
un par de veces y trató de calmarse. Le ardían los codos pelados –un reguero de
gotas de sangre habían manchado el piso impoluto pero ya estaban secas- y el espanto le secaba la garganta. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">De repente,
ruido de metales pesados. La puerta se abrió por fin y entró un tipo con
tiradores y sombrerito, enorme, obeso, pero de cabeza curiosamente chica. Lo
rodeó sin sacarle lo’ojo de encima y fumando sin parar. <i>¿Te molesta que fume? Me chupa un huevo, ¿sabés? Yo fumé en la mesa de Mirtha, papá, mirá si no voy a fumar acá</i>, le dijo el
grandote con un zezeo que le arruinaba la pose de guacho pija. Y soltando una
carcajada lo interpeló:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;">¿Qué?
¿Vos también vas a decirme que soy igualito a Lanata? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Se refería
a Jorge, periodista/empresario de meteórica carrera que terminó en un confuso
episodio cuando se lo dio por muerto producto de lesiones internas provocadas
por una netbook que se habría tragado involuntariamente forcejeando con
policías venezolanos en el verano de 2013. La presunta comprobación de la
muerte por ingesta de computadora fue espectacular: sobre una mesa de
operaciones, el cadáver del periodista fue sometido a una ecografía de laringe
que fue transmitida en vivo y en directo en el programa del animador Chiche Gelblung.
No obstante, al cuerpo nunca se le vio el rostro, lo que sembró dudas que aún
hoy persisten.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El tipo se
le acercó al pelotudo, pitó profundamente su cigarrillo por enésima vez, le
tiró redondelitos de humo en la cara y le advirtió, con insoportable aliento a
faso:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Calibri;">—<span style="font-size: 7pt; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Me
vas a contar en qué andás, pelotudo, o no te vas a olvidar de esta carita en tu
puta vida.</span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-67999038778780379712012-10-12T14:29:00.000-07:002012-11-20T13:11:14.295-08:00VOLUMEN 2 Volver al futuro - CAPÍTULO 1 La calle está dura<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-HnWs4XsOP106mdh1gZe1MhmZiZYqpLWvE2WLXBm3aCTsa_YiEd5WaOEntlm6kxSukcyc6Y9iKaieQvIz-ibHdGdQGWloZ1bM93BDQIUKetdCuE6cw3rOvA-GnYGG_HhibnQ3tCMR6FY/s1600/la+proxima+guerra+arrestos+protestas+estudiantiles+chile+gases+lacrimogenos+(2).jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ-HnWs4XsOP106mdh1gZe1MhmZiZYqpLWvE2WLXBm3aCTsa_YiEd5WaOEntlm6kxSukcyc6Y9iKaieQvIz-ibHdGdQGWloZ1bM93BDQIUKetdCuE6cw3rOvA-GnYGG_HhibnQ3tCMR6FY/s400/la+proxima+guerra+arrestos+protestas+estudiantiles+chile+gases+lacrimogenos+(2).jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">(SIETE AÑOS
DESPUÉS…)</span></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><i><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></i></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
se despertó –se sobresaltó y se le sacudió el cuerpo como si le hubieran metido
un cable pelado por el orto y se dio el marote, otra vez, contra el cabezal de
la cama- con el chirrido ése de mierda que cada mañana, a las seis ocloc, le
horada el cerebro desde adentro –literalmente desde adentro. Hace ya cuatro
años que le implantaron el Dispositivo Inteligente Multifunción (DIM) en el
tálamo, pero el pelotudo –que, se sabe, tarda en absorber las novedades porque
es un pelotudo con tecno dilei- no se acostumbra a que le suene el despertador
adentro del marulo y se estremece y putea en arameo cada puta mañana de su
vida. De hecho, le queda el tic de tirar el manotazo sobre la mesa de luz con la
esperanza de acertarle al viejo despertador con campanita.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todavía
medio tololo, mientras escucha la voz de trola que desde adentro de la cabeza
le da un informe detallado y monocorde de las tareas que tiene agendadas para la
jornada, de sus signos vitales y de sus necesidades alimentarias y fisiológicas y le avisa que
su colesterol malo experimentó una leve suba en las últimas 72 horas, se estira para
desperezarse y comprueba que lo sigue matando la cintura y sospecha –hace años
que sospecha y nunca termina de convencerse, o sea que vive en constante estado
de conjetura, el pelotudo- que es el sedentarismo que lo atrofia, lo
des-tonifica, lo encorva y lo entumece. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El pelotudo
se estira un poco más, corre la mirilla de la ventana metálica y achina lo’ojo
para fisgonear cómo está el día, al tiempo que le pide al DIM el informe del
clima y del tránsito. Abrir la mirilla para ver cómo está el día e interesarse
por el clima y el tránsito son también reflejos residuales de cuando el
pelotudo salía al menos cinco de siete días a la semana para tomar el bondi que
lo llevaba a su trabajo en Buenos Aires, en un diario digital que desmontó la
redacción en 2014 –inmediatamente después de que el Gobierno estableciera el
estado de sitio- y mandó a sus periodistas a trabajar en sus casas.
En su momento le pareció una bendición porque ya no tendría que soportar ese pinche
viaje cotidiano que lo condenaba a dedicarle de tres a cuatro horas diarias más
al trabajo que los pelotudos que vivían en La Plata y trabajaban en La Plata.
Después sufrió algunos desórdenes sicológicos producto del encierro y ahora,
que ya lleva casi cinco años prácticamente sin salir a la calle, es como que se
acostumbró, igual que la mayoría de la minoría trabajadora que adoptó la
modalidad del teletrabajo a la fuerza y mudó definitivamente su vida social a
la interné, que provee de todo y satisface la mayoría de las necesidades
espirituales, culturales, sentimentales y de esparcimiento y hasta románticas y
sexuales -el sexo es definitivamente virtual y onanista, con la ayuda de las
súper computadoras, que reproducen texturas y olores humanos y permiten
recrear, aunque todavía bastante rústicamente, la experiencia del cuerpo a
cuerpo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Por la
mirilla el pelotudo confirmó que la guardia de la policía militar, que es ambulante durante la noche y la madrugada, ya estaba en posición. Entonces destrabó
y levantó las cortinas metálicas que cubren los cristales blindados, pero
inmediatamente bajó el blacaut para impedir que la luz natural -aunque tenue
por la gruesa capa de gases que bloquea el paso franco del sol- le nublara la
vista, desacostumbrada a la claridad. No pasaron dos minutos hasta los estruendos del primer
cruce de disparos. Es que afuera hay una guerra -una guerra de todos contra
todos por la supervivencia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El mundo
empezó a desquiciarse del todo a fines de 2012. El entonces presidente de
Estados Unidos, Baracka Obama, perdió las elecciones de noviembre de ese año a
manos del republicano cara de republicano Mitt Romney, un presunto moderado
que el mismísimo día en que ocupó el Salón Oval se rebeló fanático de derecha y
se erigió, en el mismo acto, en un pelotudo importantísimo. En su primer
mensaje al mundo desde el atril montado, como era tradicional, en las puertas
del Capitolio, el zarpado anunció la misión que –dijo- Dios le había
encomendado: terminar con la crisis financiera en su país a como diera lugar, y
se declaró protegido por la fe para soportar la angustia moral que le
provocaran los costos de un plan de ajuste sin precedentes, estructurado,
fundamentalmente, a partir de un feroz recorte de la inversión pública en
programas de fomento al empleo e incentivo a la producción, además de un
severísimo achicamiento de los recursos destinados a la educación y a la salud
públicas –la reforma del sistema de salud que había implementado Obama,
advirtió el nuevo, iría inmediatamente para atrás.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Desde ese
atril/púlpito, Romney convocó a los líderes de las potencias en crisis a “hacer
lo que tengan que hacer”, y advirtió, con su dedo índice derecho apuntando al
cielo, que Dios vomitaría a los tibios.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Era lo que
necesitaban otros pelotudos con cetro del mundo civilizado para pudrir el
queso. La alemana Merkel, que ya tenía los colmillos afilados; el británico Jaimito
Cameron, el socialista francés con apellido de país bajo que en el fondo era un monigote de su compatriota jefa del Fondo, madam Lagarque; el cara de
cebolla cruda Rajoy –el presidente más pelotudo parido por la Madre Patria que
la parió- y otros energúmenos se prendieron con entusiasmo criminal y aplicaron
planes de ajuste tan pelotudos que no sólo no arreglaron nada, sino que la cagaron
del todo. Para mediados de 2013, Estados Unidos y Europa occidental estaban
prendidos fuego, con millones de pelotudos sin trabajo ni cobertura social pero
con muchas piedras y bombas molotov en sus mochilas de neoagitadores indignados
que fueron cayendo como moscas bajo la represión discrecional y salvaje de
fuerzas del orden puestas al servicio del aniquilamiento de la protesta social,
anárquica y descontrolada.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Acorralados
por una malaria sin fondo, los pelotudos de la OTAN pensaron que era hora de ir
definitivamente por el petróleo y aumentaron la presión sobre los gobiernos enemigos
del mundo árabe, y lanzaron operaciones militares que intentaron voltear los
regímenes hostiles y despertaron la reacción de las organizaciones radicales,
que hicieron escalar la violencia como jamás antes se había visto, con una
secuencia de atentados que hicieron blanco en las principales ciudades de las
potencias de occidente en decadencia.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El combo de
desempleo, pobreza y violencia provocó una estampida en Estados Unidos y
Europa: millones y millones de excluidos buscaron refugio en los rincones menos
golpeados y más ricos del mundo en términos de recursos naturales y alimentos.
Como un siglo antes, con la primera Gran Guerra, una oleada inmigratoria cubrió las
economías emergentes que mejor se habían protegido de la crisis a partir de 2008:
Rusia, India, China, Sudáfrica y Latinoamérica.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La
diferencia con el fenómeno de principios de la centuria pasada radicó en que aquella
fue una ola de desplazados que ofrecieron sus manos laboriosas en
países con poblaciones escasas y todo por hacer, mientras que los nuevos
inmigrantes constituyeron hordas de desesperados que vinieron a reclamar trabajo en mercados insuficientes para albergarlos a todos. Las poblaciones
receptoras entraron en pánico y se protegieron pasando a la ofensiva: un brote de xenofobia agitó a los sectores de ultra derecha, que ganaron cierto
favor popular proponiendo repeler a los <i>invasores </i></span></span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 16px; line-height: 18px;">a sangre y fuego</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">. Los gobiernos populares de Cristina Fernández, Dilma Rousseff, Evo Morales, Pepe Mujica, Hugo Chávez, Rafael Correa
y Raúl Castro resistieron con la militancia en las calles, pero los sindicatos exigieron determinación para evitar la usurpación de las fuentes de trabajo por parte de mano de obra que se ofrecía por monedas. Las fuerzas
armadas se sublevaron y sobrevino entonces un dominó golpista que dejó a la región
en manos de un movimiento insurreccional cívico-militar-clerical financiado por las más poderosas corporaciones económicas. Para 2014, los
sacaditos neonazis ya habían cancelado todas las democracias latinoamericanas y
habían instaurado regímenes represivos largamente más siniestros que los del
Plan Cóndor.</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span style="line-height: 18px;">(La izquierda marxista argentina habría hecho la vista gorda y habría apostado secretamente al golpe porque al parecer un pelotudo dijo una noche tarde, después de una charla de Vilma Ripoll en el local del MST de Long Champs: <i>¡Uh, boludo, mirá, las condiciones objetivas para la revolución! </i>Y todos habrían brindado por la inexorabilidad de la dictadura del proletariado y por la aparición con vida del faquin sepulturero de la maldita burguesía)</span></span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Hoy, en
2019, el pelotudo integra el 38 por ciento de los que por ahora zafan. Tiene
trabajo y derechos de ciudadanía. Un nombre y un documento de identidad, tiene
el pelotudo. Los demás, el otro 62%, no tienen nada ni son nada. El Régimen los
borró. Los desechó. Los canceló. No existen y entonces si los matan no hay
delito porque no hay objeto del delito. Cada cancelado que muere (de hambre, en
una gresca con otro borrado o a manos de la policía militar en un intento de
asalto o asesinado de onda nomás) es apenas un problema menos. La calle es de
ellos. Por eso el pelotudo casi no sale a la calle. Porque la calle es una
guerra. Si tiene que salir, tiene que pedir autorización a la guardia de su
cuadra, que comprueba que lleve su arma reglamentaria y chequea que esté
cargada. Todos los ciudadanos están obligados a portar armas y tienen permiso
para tirar a matar y el Estado les provee ayuda sicológica o espiritual para
sosegar eventuales estertores de culpa que puedan distraerlos de sus deberes comunitarios. Y todos los ciudadanos son
monitoreados a través del GPS de sus DIMs. Hay organizaciones rebeldes que
ofrecen extirpar los aparatitos de los cerebros de los ciudadanos que
pretenden zafar del control, pero guarda: el que se saca el chip se convierte
automáticamente en un clandestino al que se le expropia la casa, se le cancela
la ciudadanía –o sea, se lo desaparece- y se lo arroja al desamparo -a la guerra
de la calle.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Por eso
nadie sale si no es por motivos de fuerza mayor. Por eso casi nadie
se relaciona físicamente con casi nadie. Por eso casi nadie se enamora de
personas reales. Por eso casi nadie coge de verdad y por eso nacen cada vez menos bebés y por eso la población
envejece y se achica vertiginosamente –por eso y por la guerra de la calle. Por
eso no pasa nada afuera. Y por eso el trabajo del pelotudo consiste en escribir
noticias falsas. No son noticias que distorsionan, tergiversan o manipulan la
realidad, como las que redactaba Winston Smith, el protagonista de <i>1984</i>, que alteraba datos para acomodar la realidad a los intereses
del Partido. El pelotudo escribe noticias falsas para inventar una realidad
virtual que ocurre en la interné y reemplaza a la que no sucede en la calle,
donde solamente hay una guerra. El pelotudo escribe crónicas de partidos de
fútbol que nunca se jugaron, críticas de obras de teatro que jamás fueron exhibidas, manifestaciones de protesta que –más bien- nunca se realizaron porque de haberse
realizado los manifestantes hubieran sido masacrados por la policía militar. El
pelotudo y otros periodistas escriben, y expertos en animación crean las fotos
y las imágenes de video. Ojo: es un trabajo riguroso el que hace el pelotudo,
porque sus crónicas tienen que dar cuenta de hechos coherentes para no quebrar
la armonía de la realidad que progresa, paralela y ficcional, en el mundo sustituto. Y es un trabajo de alta
consideración social, porque todos los
pelotudos dependen de pelotudos como él para tener una vida.<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; text-align: center;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; text-align: center;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">*
* *<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-left: 36.0pt; text-align: center;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Extrañamente
animado por la resolana que hoy perfora el colchón tóxico que le pone techo al cielo,
el pelotudo pidió autorización a la guardia de la policía militar para salir.
Se asomó y un cobani lo cacheó de arriba a abajo y le pidió el arma y chequeó
la carga. Le dijo que no fuera pelotudo, que volviera rápido, que la calle está
dura. Y le hizo la venia. El pelotudo caminó apurado, las manos en los
bolsillos de su gabán y el dedo índice derecho en el gatillo. Antes de doblar
la esquina, un par de veces se dio vuelta y miró al gorra que lo había revisado.
El cana creyó verle algo raro en la mirada, al pelotudo.</span><o:p></o:p></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-10641486046780894082012-06-22T08:00:00.002-07:002012-06-22T08:09:45.226-07:00CAPÍTULO 20 Se perdió, el pelotudo<span style="font-family: "Courier New", Courier, monospace;"></span><br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqlc8m-CFfSJVyfOMVnYl5rP4LhUwJdCBUo5p6GcUKKE6SdYMeCbthcvV_SsFeUQ8FndM0a6XBvBjz5TOH_X_QcRKxY7TZYXxS1OGMZ5brugmJuFka4eK04YaY-O0iigArLaBYdy78sZ9p/s1600/naufrago.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="344" rca="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqlc8m-CFfSJVyfOMVnYl5rP4LhUwJdCBUo5p6GcUKKE6SdYMeCbthcvV_SsFeUQ8FndM0a6XBvBjz5TOH_X_QcRKxY7TZYXxS1OGMZ5brugmJuFka4eK04YaY-O0iigArLaBYdy78sZ9p/s640/naufrago.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">El pelotudo solía perder el auto. Para tomarse el micro a Buenos Aires, a veces lo dejaba en la Terminal y a la vuelta se bajaba en la rotonda, convencido de que estaba ahí y no estaba, porque lo había dejado en la Terminal. Y creía que se lo habían robado. O que lo había dejado en otro lado pero no sabía dónde. O a veces le pasaba que lo dejaba en la rotonda para tomar el bondi ahí pero por alguna razón/motivo/circunstancia el micro no estaba pasando o no le paraba ninguno entonces se iba a la Terminal y dejaba el auto ahí pero no registraba el cambio y a la vuelta se bajaba en la rotonda, convencido de que lo había dejado en esa cortadita que otros muchos pelotudos que viven en La Plata y trabajan en Buenos Aires usan para dejar los coches. Y no. Decía <i style="mso-bidi-font-style: normal;">la puta madre, qué pelotudo </i>cuando<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>se acordaba y entonces tenía que tomarse un taxi a la Terminal. Y otras veces ni siquiera lo sacaba de la casa –lo dejaba en el garaje- pero a la vuelta no se acordaba y, seguro de que lo había dejado en la rotonda, se bajaba del micro ahí y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡zas!</i>, diría Miguel Mateos…</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">En una época tenía una moto. Y la usaba para ir a trabajar. Como no la podía entrar al laburo y en esa época choreaban motos de la calle todos los días, se había alquilado una cochera a la vuelta y la guardaba ahí. Pero a veces no iba en la moto porque a la hora de arrancar para el trabajo ponele que llovía. Y se tomaba el micro. Entonces cuando salía del laburo el pelotudo iba a buscar la moto a la cochera y quedaba como un pelotudo con el sereno, porque iba a buscar una moto que nunca ese día había estado ahí. Aunque lo peor era cuando le pasaba al revés: iba al laburo en la moto como todos los días pero después, en algún momento, se desataba una fuerte tormenta y al pelotudo se le instalaba la idea de que llovía desde temprano, con lo cual descartaba la posibilidad de haber ido en la moto. El pelotudo salía del laburo, se tomaba el bondi, llegaba a su casa y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡zas!</i>, otra vez Miguel Mateos que le avisaba que la moto dormiría en la cochera de a la vuelta del laburo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">O sea: el pelotudo cada tanto perdía la moto y ahora solía perder el auto. Y se perdía –quedaba perdido por un rato, como boleado. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">En rigor, el pelotudo era de perder cosas todo el tiempo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Perdía los documentos, perdía ropa, perdía el micro, perdía el trabajo, perdía el tren –el de las vías y el del progreso también, con ese dilei tan de pelotudo con el que accedía a los avances tecnológicos. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Perdía oportunidades de ser menos pelotudo, perdía plata porque lo cagaban como de arriba de un sauce muy seguido, perdía peso si no comía como un animal -y entonces andaba de atracón en atracón y de cagadera en cagadera. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Perdía siempre en el casino pero nunca mucho porque era medio miserable y jugaba poca plata, y después nada porque ya no iba porque había notado que perdía siempre y el juego entonces perdía sentido. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">De pibe perdía siempre a la bolita. Sus amigos se quedaron con fortunas suyas en bolitas, porque el pelotudo era horrible -lejos el peor del barrio y de la escuela.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">En los deportes no era malo pero perdía más de lo que ganaba y una vez se perdió un viaje por quedarse a jugar un partido importante de una instancia a la que su equipo no había llegado nunca precisamente por perder más de lo que ganaba, y perdió no sólo ese partido por el que se perdió el viaje sino los cuatro meses siguientes de su vida recuperándose de un desgarro machazo que le hizo también perder peso porque tuvo que hacer una dieta estricta que lo hizo perderse el placer de comer carne, quesos y fiambres –o sea que se perdió el viaje y perdió como en la guerra, el muy pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Perdía mucho el tiempo. Lo perdía en la parada del bondi y lo perdía en pelotudeces -el pelotudo pasaba la mayor parte del tiempo perdiéndolo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Perdía sistemáticamente toda batalla doméstica que se atrevía a librar. Ejemplo: que el perro no durmiera en el sofá. Le molestaba que en el sillón donde él se echaba a mirar la tele el perro se revolcase, se rascase, estornudase y se lamiese las bolas, pero el pelotudo perdía esa batalla contra el perro –un ser supuestamente inferior en términos de desarrollo neurológico-, que se cagaba en las pretensiones del pelotudo de su amo, que de amo, según quedaba claro, no tenía nada. Cuando el pelotudo estaba pululando por la casa, el perro no se subía al sillón, porque si se subía el pelotudo lo bajaba a boleos en el culo. Pero apenas el pelotudo dejaba de circular y –un suponer- se iba a acostar, el muy guachito –el perro- ponía su mejor hocico de pelotudo y sigilosamente se acercaba al sofá, pegaba el saltito y ahí se acomodaba y ahí dormía todo despatarrado, haciendo ostentación de su impunidad. En definitiva, el pelotudo no quería que el perro durmiese en el sofá y el perro… dormía en el sofá, lo más choto.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Últimamente el pelotudo había perdido también la iniciativa y algo del tono vital de otros tiempos. También el buen gusto y el miedo al ridículo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Había perdido el sentido común, el sentido de justicia, la ecuanimidad y el equilibrio emocional, con lo cual a menudo perdía la cordura, perdía la línea, perdía la paciencia y, al final, perdía la cabeza.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Estaba perdiendo amigos, también, por eliminarlos del chat de la blacberri en su intento por desandar la autopista de la híper conexión, ésa que es de un solo sentido porque bla bla bla... </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Y estaba perdiendo el color original de su pelo, que se estaba volviendo gris, y el pelo propiamente dicho. Lo único que, lejos de perder, ganaba, eran manías –ya las coleccionaba. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">O sea: el pelotudo era un tipo que había vivido perdiendo. Era, sin más, un perdedor. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Hasta la esperanza de no ser tan pelotudo había perdido y, como la esperanza es lo último que se pierde, ya no le quedaba más que perder. Y se perdió. Se perdió él. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Esa mañana, como todas las mañanas –al menos cinco de siete mañanas a la semana- el pelotudo había ido a tomar el micro a la rotonda. Había ido en el auto y lo había dejado ahí, para tenerlo a la vuelta. Pero resulta que la subida a la autopista estaba cortada por un grupo de pelotudos postergados que peticionaban a las autoridades. Con lo cual el micro no estaba pasando. Otros pelotudos que se habían clavado como él habían decidido irse a la Terminal, y el pelotudo los había llevado a todos. Y había dejado el auto en la Terminal. Pero a la vuelta <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡zas! </i>Otra vez. Se había olvidado de esa movida y se había bajado en la rotonda. Obvio: no había encontrado el auto. Y se había boleado. Se había alunado, el pelotudo. Y así, medio boleado/alunado, se había largado a caminar. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Nadie sabe nada del pelotudo. Dejaron de verlo en los lugares que solía frecuentar. Se perdió. Se perdió a él mismo. Y se ve que no se puede encontrar. O no quiere encontrarse. O se fue. Simplemente se fue. Porque están quienes creen que el pelotudo perdió definitivamente la razón y anda por ahí, vagando, errante, sin norte ni sur ni este ni oeste. Y están los otros, los que aseguran que se hinchó definitivamente las pelotas y se fue, se rajó, fugó –como tanto pelotudo medio que termina plantando rabanitos en San Marco Sierra, cómodamente adormecido en una nube de pedos- en busca del borde, de la frontera más allá de la cual pueda apropiarse de su vida y hacer, como quien dice, de su pito un culo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por ahí el pelotudo tiene la ilusión de que hay una puerta de salida y un afuera- le dijo un pelotudo amigo del pelotudo a otro.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; mso-pagination: none; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">¡Qué pelotudez! ¡Hombre grande…!- condenó ese otro.</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-25585533853384468652012-06-19T15:23:00.000-07:002012-07-04T13:15:05.800-07:00CAPÍTULO 19 Huellas y despelotudizadores<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Calibri;"></span></span></i></b></div>
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjozbK2AissICLbbzAHmAHH1aA_Fc6okQIOK4SQowVeIbuZIkpqO9ycm6KUCS-b7w-dJ0VlME2S-0R4ftyMEUmrBBA86n8c3dvmCLnAR7Y9UET7x99bgVw4JkG4-cplN0BEKqDl84SM3V4U/s1600/claudio+mar%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="177" rca="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjozbK2AissICLbbzAHmAHH1aA_Fc6okQIOK4SQowVeIbuZIkpqO9ycm6KUCS-b7w-dJ0VlME2S-0R4ftyMEUmrBBA86n8c3dvmCLnAR7Y9UET7x99bgVw4JkG4-cplN0BEKqDl84SM3V4U/s320/claudio+mar%C3%ADa.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La condición de pelotudo con conciencia de clase –un pelotudo asumido, que reconoce un pelotudo en la imagen que le devuelve el espejo cada mañana- lo somete a un tormento insoportable: la certeza de su intrascendencia, de su finitud. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Está dicho: el pelotudo trasciende poco y nada y la muerte, para él, es una fecha de vencimiento insalvable. Su paso por la vida es, entonces, eso: un paso, fugaz y efímero. El pelotudo es, en el mundo terrenal –el único conocido hasta ahora, en la medida en que es el único que el hombre ha podido relatar sin que lo tomen por loco o endrogado-, un pasajero en tránsito. Pasa y listo, a la mierda, fue. No se queda. Casi no deja nada, más allá de recuerdos mejores o peores, más o menos perecederos, en un puñado de pelotudos que irán, de a poco, guardando esos recuerdos en rincones cada vez más recónditos de la memoria –son rastros, los recuerdos que deja el pelotudo medio, que se van borrando y van siendo tapados, reemplazados de generación en generación por huellas de los pelotudos que los recordaban vagamente pero también mueren. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Del polvo venimos y al polvo vamos</i>, pensó el pelotudo y confundió todo, como siempre confunde todo porque es un pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La conciencia de su finitud, de su intrascendencia, somete también al pelotudo al sentimiento corrosivo y corruptor de la envidia –no a padecerlo como víctima, sino como victimario. El pelotudo siente una envidia profunda y malsana por los que tienen algún don, alguna habilidad, cierta gracia que los recorta por encima del pelotón de pelotudos y les permite trascender, burlar su fecha de vencimiento, como estirarse más allá de la muerte y reducir la muerte, entonces, a un evento físico poco determinante, nada definitorio. Hay tipos y minas que, aunque los alojen seis pies bajo tierra y los conviertan en banquete de la gusanada, aunque los reduzcan a cenizas que se pierden en la inmensidad de un mar turbulento o de un río torrentoso o devengan abono de una de las áreas chicas de –un suponer- la cancha de Lanús, dejan marcas indelebles, una obra que los inmortaliza y los convierte en leyendas, estatuas, calles, escuelas, salas de lectura de bibliotecas de centro de fomento, canchas de padel y, lo mejor, en parte de la cultura de un pueblo equis.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo tuvo un pico de envidia mientras caminaba como un pelotudo por la calle Sarmiento y recordaba, al cruzar Esmeralda, que en esa esquina Pipo Cipolatti se había bajado de un taxi una noche calurosa de sábado y se había comprado un paquete de pastillas Renomé para llevarse al cine a ver una de terror. En ese momento, una frase se recortó nítida de una conversación borrosa que mantenían dos chicas de menos de 20 –¡dos nenaaaaas!- que lo cruzaron como sin verlo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Si la hacemos, la hacemos bien- dijo una de ellas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo hubiera apostado cualquier cosa: la chica no sabía de dónde carajo había salido esa expresión. Acaso nunca haya visto la repetición de un programa del Negro Olmedo, que había muerto antes de que ella naciera, pero tenía esa frase incorporada, porque la frase estaba en el diccionario, en el idioma, en el acervo popular, en la cultura callejera, en el rígido de la memoria emotiva de los argentinos. Y eso, al pelotudo, lo mata bien muerto de la envidia. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';"><b>BUENOS DESPELOTUDIZADORES</b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">Por eso -por la conciencia de su finitud y de su intrascendencia que lo angustian y lo cargan de envidia por los que dejan una huella indeleble en la humanidad y bla bla bla- el pelotudo ha probado todas las porquerías que hoy en día le ofrece al pelotudo medio el polirubro de la espiritualidad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">Se ha entregado a la romería de pelotudos menos pelotudos que él que se venden como buenos despelotudizadores y ganan fama y dinero tratándolo de pelotudo y tratando de concenverlo de que puede salir de pelotudo simplemente convenciéndose de que no es ningún pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">El pelotudo se masacra con el perversamente desopilante Claudio María Domínguez. <i>¿Tenés una vida chotita, chotonga?</i>, le pregunta con una sonrisa pelotudísima de oreja a oreja, el muy sádico hijo de puta. Y el pelotudo va y se compra todos los libros y las revistas y se fuma los micros de la tele que pasan a la madrugada y los programas de radio que pasan en horarios chinos y no logra creerse <i>un genio de la vida</i> porque no logra entender qué carajo quiere decir Claudio María el despelotudizador cuando le dice que tiene que dejar de vivir la vida de otro y encontrarse a sí mismo para vivir la propia, porque en realidad piensa que estaría buenísimo vivir la vida de otro y no vivir la de él, que es la vida de un pelotudo que cinco de siete días a la semana tiene que levantarse como un pelotudo para ir a laburar, o sea a hacer lo que no tiene ganas de hacer porque tiene que ir a hacer lo que a otro pelotudo se le canta el quinto forro del culo que haga cuando se le viene en sus reputísimas ganas y encima tiene que viajar promedio tres horas por día para ir y venir de hacer eso que le rompe soberanamente las pelotas hacer cinco de siete días a la semana y no los cinco que él elige sino los que le elige el pelotudo con cargo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">Además se compró el libro de Confianza Total (<a href="http://www.confianza-total.com/">www.confianza-total.com</a>), que viene con unas alitas en la tapa y una leyenda irresistible que dice que <i>muy de vez en cuando aparece un libro que realmente puede cambiar tu vida </i>y dos minas con caras de exitosas. El combo, pergeñado por el gran despelotudizador Jack Canfield (<i>Uno de los principales maestros de</i> El Secreto <i>y coautor de</i> Los principios del éxito <i>y</i> Chocolate caliente para el alma, según la presentación que se hace el muy turro, que tituló un libro <i>Chocolate caliente para el alma</i>, como si el alma necesitara chocolate caliente... ¿El alma toma la leche con los amiguitos como los pelotudos de Carozo y Narizota? ¿El pelotudo de Ari Paluch se inspiró en el genio de Jack para sus combustibles espirituales? ¿Tan hijos de puta son que ni siquiera pueden inventar sus propias pelotudeces y se chorean entre ellos?) viene DVD, película (<i>este apasionante film te dará la confianza necesaria para poder vivir tus sueños</i>, aseguran, pero el pelotudo dice que él no quiere vivir sus sueños porque sería un pelotudo que viviría durmiendo y, se sabe, cocodrilo que se duerme es cartera, sino que lo que él quisiera vivir es una vida no tan de pelotudo, una de verdad, digamos) y cursos presenciales en teatros a los que el pelotudo, por supuesto, ya fue -y sigue siendo un pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">Se compró también los dos volúmenes de <i>El combustible espiritual</i> porque vio al pelotudo de Paluch una vez en el programa de tele de Gerardo Rozín diciendo que a él, que leyó a Osho y a otro montón de despelotudizadores transnacionales, la inspiración le baja, le baja, le baja, como el torrente sanguinoliento de una regla de primer día, pero al pelotudo lo único que le baja, le baja y no para de bajarle es la autoestima.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">El pelotudo está endemoniado. Tiene el Diablo en el cuerpo y compra porquerías compulsivamente. El otro día estaba en la librería y no pudo resistir la tentación de comprarse <i>Prende el optimismo</i>, de Sergio Lapegüe, un libro esencial en el que el autor, famoso por conducir un programa de tele que ninguna democracia madura debería privarse de censurar, asegura tener la receta para una buena onda y un optimismo rozagantes: <i>predisposición para recibir la buena noticia, la felicitación, la sonrisa amiga</i>. Con eso, leyó el pelotudo, alcanzaría <i>para atraer la felicidad</i>, y se lo contó a un pelotudo amigo y el pelotudo amigo le contó las últimas noticias que recibió: la mujer se fue con un escultor indigente y le pide para la manutención del escultor (y para los pañales de la suegra incontinente, que se la dejó viviendo con él), el hijo menor se fue a estudiar biología marina al sur y le pide para la manutención de las ballenas francas de Península Valdez, la mayor se fue con un pibe a recorrer la América del Sur y le pide para la manutención de todos los pueblos originarios del subcontinente (y para el pibe que se la llevó a encontarse con sus orígenes y sus almas y la Pachamama y la reconcha de su lora), el jefe le cambió los francos (se los pasó al martes y al miércoles, salteado semana por medio) y unos chorros le entraron a la casa/le comieron la pizza fría que guardaba para el desayuno/le contaron el final de Dr.House/le garcharon al Boby. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">El pelotudo también se dejó llevar por consejos más imperativos: basta de miedos, de la Vivi Canosa, y ¡Pare de sufrir!, de ese pastor brasileño que, a la hora de las brujas, te ordena a los gritos que pares de sufrir enfrentando la cámara con la misma cara efedrínica de Maradona gritando el gol a Grecia en el fatídico mundial de Estados Unidos 94.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">El pelotudo no falta nunca a las misas que <i>ministra</i> el Obispo Romulado (se pronuncia Gomualdo, con una G carrasposa, casi una J sería), un despelotudizador que todos los domingos mete tres lucas de pelotudos en una especie de templo/yopin del barrio porteño de Almagro y te garantiza la gracia de Dios, cura tullidos varios y te libera de los espíritus malignos que te atan a tu vida de pelotudo medio. Si no podés ir, Gomualdo tiene página en la interné (<a href="http://www.arcauniversal.com.ar/">www.arcauniversal.com.ar</a>), programa de tele, canal en iutub, feisbuc, tuiter y radio propia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS';">Igual no hay caso. El pelotudo no logra sacarse de adentro esa sensación de angustia que es como una acidez que le quema el esófago, como al pelotudo de Panigazzi. Y está empezando a desconfiar de las buenas artes de todos estos buenos despelotudizadores. Cada tanto, cuando tiene un ratito y revisa todo el material que amontona en la casa (los libros, los DVD, las revistas, el chocolate caliente y el combustible que chorrean en la alfombra), cuando alcanza a mirarse para sus adentros y en el espejo implacable del antebaño, llega a la misma, demoledora conclusión: ya vendrán tiempos peores. </span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-43973978476840331872012-06-13T13:54:00.001-07:002012-06-14T10:25:11.339-07:00Capítulo 18 ½ (No tan) sordos ruidos<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEu8RmcNlao9_Ffc6eJKzEBx17V8vnjdg-7klTGDSU9zaRk2WsqCEiulC-ehndT9-hd8pU2QmaPt0tmqZzN421VUykgQOJf6ekrJiW11-WMc0FOK6G8ISQKFBOPzCbpuhyqNXO7Gy2WU3O/s1600/hombres-meando.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" pca="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEu8RmcNlao9_Ffc6eJKzEBx17V8vnjdg-7klTGDSU9zaRk2WsqCEiulC-ehndT9-hd8pU2QmaPt0tmqZzN421VUykgQOJf6ekrJiW11-WMc0FOK6G8ISQKFBOPzCbpuhyqNXO7Gy2WU3O/s400/hombres-meando.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Cuando se enteró de la muy interesante iniciativa de la Facultad de Periodismo de La Plata de unificar los baños y, de esa manera, derribar las tradicionales barreras sanitarias de género (barreras físicas pero sobre todo culturales, porque muchos pelotudos, acaso con el altruista interés de mantener la sensualidad de un sector de la población y la libido propia a resguardo de la acción corrosiva de los costados más escatológicos de las personas, siguen sosteniendo el mito de que las chicas no hacen caca o, en todo caso, si lo hicieran, que sus deposiciones olerían a delicadas fragancias –rosas, jazmines o praderas, ponele), el pelotudo, que le ve siempre el pelo al huevo porque es un pelotudo con dedicación exclusiva, pensó que el problema son los ruidos. Incluso se lo comentó a su madre: le dijo a su madre, que no se sorprende de sus pelotudeces porque lo conoce como que lo parió, que el problema de los baños mixtos son los ruidos. Y le explicó: </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; line-height: normal; margin: 0cm 0cm 6pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">1)<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 12pt;">El pelotudo medio es sensible –su pudor se eriza- a la trascendencia de sus actividades fisiológicas más allá de los límites de su privacidad, sean estos márgenes los que sean, porque no necesariamente la privacidad siempre es de uno, porque uno puede hacer cosas privadas de a dos, de a tres o con la cantidad de gente que más le plazca. O sea: a nadie le gusta que terceros que están fuera de su privacidad le escuchen sus vientos. De hecho, no hay situación más límite, más embarazosa, más dramática que la del novio que va a cenar por primera vez a casa de los padres de la novia y, acorralado por inclemencias gastrointestinales impostergables, advierte que el servicio está tan cerca de la mesa del comedor que la puerta no alcanzará para evitar la publicidad de sus actos si es que sus vísceras deciden ignorar las expectativas de su ser social y ponerle sonido a sus procedimientos. De ahí la metáfora popular: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">apretado como pedo de visita</i>.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 6pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-size: 12pt;"></span><span style="font-size: 12pt;"></span><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; mso-bidi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">2)<span style="font-family: "Times New Roman";"> </span></span></span><span style="font-size: 12pt;">Enfrentado al mingitorio, al pelotudo medio le gusta sentir en sus manos el peso de su virilidad -lo mensura con sutiles movimientos descendentes y ascendentes- y suele compartir el orgullo de macho con el amigo que, cómplice en ese ritual tan masculino, le dice <i style="mso-bidi-font-style: normal;">faaaaa, loco, ahí tenés medio kilito de peceto, ¿no?</i> Pero lo que más le gusta, lo que lleva al éxtasis al pelotudo medio varón es soltar -rajarse es la palabra adecuada, porque es una acción esmerada- un pedo bien sonoro -de esos que provocan la risotada adolescente incluso en la barra de amigotes cincuentones reunidos frente a la tele para ver Ferro-Brown de Madryn- mientras se echa una meada de ésas en las que se libera de la mitad de su peso en líquido. Sin ir más lejos, el pelotudo atendía hoy severas urgencias encerrado en uno de los cubículos del baño de la oficina cuando dos pelotudos entraron y -según pudo adivinar- se entregaron juntos al placer de esa meada reparadora frente a los mingitorios. Promediaba el trámite cuando un flato (del latín <em>flatus</em>: viento) largo y para nada discreto (un vetarrón, digamos), imprevisto como el estruendo de un pantalón que se rasga en una agachada imprudente, cortó el leve sonido de los chorros sobre la porcelana blanca y las bolitas igual de blancas de naftalina y conmovió los azulejos del recinto como un trueno en el sosiego de una noche calma de verano. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Gracias</i>, dijo uno y enseguida <i style="mso-bidi-font-style: normal;">prrrrrrrrrrrr,</i> la respuesta proporcional y el remate: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Faltaba más</i>, mandó el otro y los dos echaron a reír a carcajadas, felices, plenos y livianitos como boleadora de rhodesias.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 6pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><em>- </em>Sí: el problema de los baños mixtos son los ruidos- insistió el pelotudo y explicó: -Por el pudor de los pudorosos, porque quizá las chicas no estén dispuestas a tolerar las tradiciones de los pelotudos varones y porque ellos, ante la falta de mingitorios y con tal de no resignar esas ceremonias atávicas, ancestrales, van a terminar meando en los árboles de los jardines, como a todo pelotudo que se precie le gusta echarse una buena meada.</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-62419614154257707562012-06-11T14:53:00.001-07:002012-07-16T14:01:37.082-07:00CAPÍTULO 18 Ya no da<div align="center" class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: center;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: Calibri;"></span></span></i></b></div>
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKPaEtBoCuVlp23qiDBwm__hHikT5hW3E_k2MY4MV2txhlSzkbce7ARUJe_vuKykzgl1mEEyMeQB9CNH9RLs5ctbefQbBMqcEOVzt2Gm6aPSm49B_i25wMprI2d0AAgLELMbsuZ2wE0F6v/s1600/cuarenton.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fba="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKPaEtBoCuVlp23qiDBwm__hHikT5hW3E_k2MY4MV2txhlSzkbce7ARUJe_vuKykzgl1mEEyMeQB9CNH9RLs5ctbefQbBMqcEOVzt2Gm6aPSm49B_i25wMprI2d0AAgLELMbsuZ2wE0F6v/s1600/cuarenton.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo está casado hace una punta de años –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">punta de años</i> decía uno de sus abuelos, cree. Con lo cual, el pelotudo es un bicho raro, un anacronismo con patas. Porque hoy, el pelotudo medio se separa. Se casa o se junta y se separa. Más temprano que tarde se separa. Rápido, sin darle muchas vueltas al asunto. Se separa y a la mierda. La mina le rompe las pelotas más de lo que creyó que se las iba a romper y se separa. Se hincha las bolas y se separa. Se va. Con lo puesto. Entrega todo –casa, auto, piano, discos, la ropa y el perro- con tal de que no le rompan más las pelotas. O ve que ya no tiene ganas de clavarla todas las noches como al principio y se separa. No va más. Se acabó la pasión. No da para más. Y chau. Se separa. Pasa mucho después de que llegan los hijos. La mina no le da más bola y el pelotudo no se la banca y se va. Listo. O lo echan. Se da mucho últimamente. La mina se cansa del pelotudo y lo saca a la calle, como la bolsa de basura. Antes le dice que hace siete años que están en crisis y desencaja al pelotudo, que no se había dado cuenta y le reprocha: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Y por qué mierda no me avisaste que estábamos en crisis, así por ahí la remaba un poco? ¡Porque me acabo de enterar de esta crisis de siete años, yegua hija de puta!</i> Después el tipo recapitula y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">sí, ponele que estaba medio pajero</i>, reconoce, pero sigue puteando porque la perra no le avisó de la crisis <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¡¡en siete putos años!!</i> Como sea, el tipo se va. Entrega todo y arma otra casa y duplica los gastos y después se calienta con otra mina que capaz tiene hijos que se le adosan y se junta –al pedo se junta, porque se junta con la yegua nueva y con sus tres críos y por ahí tiene un par más propios y entonces se compra docenas de quilombos cuando lo que se había propuesto era vivir solo para que nadie le rompiera las pelotas- y al tiempo vuelve a separarse y vuelve a juntarse y cuando se da cuenta tiene que bancar tres casas, las puteadas de tres locas de mierda y una prole que parece un pac de fouars de los pumas –por la cantidad y por lo que lastran, las criaturitas de Dios.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Con sus amigotes del colegio, el pelotudo tenía un plan: todos al mismo tiempo se separaban a eso de los 35, cuando más o menos estarían presentables y con algún mango en el bolsillo como para pasarse un par de años de joda. Pero no quemaban los puentes, cosa de poder volver con el caballo cansado buscando refugio para la segunda mitad de la vida. O sea, el tema era no irse mal. Tenían que abrir apenas un paréntesis con alguna mariconada muy del pelotudo posmoderno tipo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">gorda, estoy confundido/necesito un tiempo para mí/no sos vos, soy yo</i> o alguna gansada del estilo. Bueno, el plan fracasó estrepitosamente. El pelotudo nunca se separó y se convirtió en un caso de estudio. Otro se separó a tiempo pero al mes se encajetó de nuevo y ahí está, encajetado –hay pelotudos que es como que se apunan si los sueltan más de 24 horas. Y otros dos se separaron pero a los tiros –los echaron, digamos- y surfean la soltería con suerte dispar. A saber:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Uno se enfermó. Se le afiebró el pito. Y mantiene –acaso movido por el pánico a quedarse sin nada para comer- seis o siete relaciones paralelas a fuerza de un trabajo de inteligencia que a cualquier otro mortal lo alienaría con sólo imaginarse en ese entrevero.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Al otro cada relación le dura lo que la mina tarda en reclamarle subir apenas, casi imperceptiblemente el piso de compromiso por encima del cero. O sea, nada. Cada relación le dura nada porque las chicas no tardan nada en pedir un mínimo gesto: una cena a más de dos metros de la cama, un mensaje de texto que supere los 23 caracteres necesarios para coordinar un polvo, algo parecido a una palabra después de acabar –<i style="mso-bidi-font-style: normal;">no entienden el efecto apocalíptico que tiene el orgasmo sobre el macho</i>, se queja el pelotudo amigo del pelotudo, y abunda: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no entienden que la eyaculación nos vacía por completo el cuerpo y el alma y nos marca el fin del mundo, al menos por un rato, que es variable pero nunca, jamás menor a diez minutos</i>. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">(En estos años pos-posmodernos de principios de siglo, las mujeres cacarean su emancipación económica/cultural/social pero lidian todavía algo torpemente con sus flamantes libertades/autonomías. Son como adolescentes en pleno estirón, cuando el cuerpo se les viene ajeno, inmanejable por momentos. Medio que están como agorafóbicas, digamos, y padecen cuadros intermitentes de hiperventilación)</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Ahora el pelotudo tiene otro amigo, también cuarentón, que analiza seriamente la posibilidad de separarse. Y está convencido de que está comprando un boleto directo a la lujuria, al desenfreno, a la vida loca. Error. La otra noche, el pelotudo lo sentó y encadenó un argumento con otro en el intento de abrirle los ojos con la convicción de que a los 40 ya no da. Le dijo:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Es una fantasía eso de separarse a los 40 y creer que vas a salir como un campeón a revolear la garcha y que las pendejas de 25 te van a abrir las piernitas en efecto dominó como al insaciable Nico Cabré.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">A los 40 ya estás grande y te ves como hombre grande. Así te ven las pendejas de 25. Te ven venir y dicen <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ahí viene un señor grande</i>. Se te nota en la panza, en el pelo -en la ausencia de pelo en la cabeza y en los pelos que te asoman de la nariz y de las orejas-, en los bostezos de medianoche y en el blíster de pastillas azules que asoma de tu bolsillo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Olvidate: las pendejas de 25 no te dan bola. A menos que tengas mucha guita o mucho poder, que son cosas que van de la mano –el poder da guita y la guita da poder-, pero los tipos con mucha guita y mucho poder no cuentan porque viven en un mundo distinto al nuestro.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Por ahí te dan bola las minas de treinta y pico, y a esa edad se pueden encontrar piezas en admirable estado de conservación. Pero las que no tienen hijos quieren tenerlos con vos… ¡¡ya!! Y terminás cambiando pañales y haciendo mamaderas a las 4 de la mañana como un pelotudo. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ayer me encontré con un amigo de 42 que tenía las bolsas de los ojos como dos bolsas de consorcio que le llegaban al piso, igual que las bolas. Había llorado toda la noche el angelito -y él también. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y las que ya tienen pibes quieren formar una nueva familia… ¡¡con vos!! Tengo un compañero de laburo que estaba contento porque había empezado a salir con una mina de 33, como Cristo. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un modelo 78 no está mal</i>, pensó el pibe, porque bajaba siete modelos respecto de su ex. Pero la chica pretendió convertir la tercera salida (¡¡la tercera!!) en un fin de semana de tres. Pero no en una partusa: ¡¡¡En una escapada en familia con su hija de tres años!!!!</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo2; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Y bueno… las de más de 40… tienen más de 40. O sea, un canje mano a mano. 13V por 13V. No da.</span></span><br />
<span style="background-color: white; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span><br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Esa misma noche, el pelotudo repitió toda esa argumentación en la sobremesa. La mujer, que miraba la enésima escena de casi chupón entre Carina Zampini y el madera Estevanez en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dulce Amor</i>, le preguntó, sin sacar los ojos de la pantalla:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l1 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">¿Y por qué me decís todas estas pelotudeces a mí?</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l1 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">No sé, gorda, por ahí para que te quedes tranquila- ensayó el pelotudo, con poquísima convicción.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l1 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Ah no. Vos sos un pelotudo- lo liquidó ella, lamentándose por otro chupón frustrado de la dupla Zampini-Estevanez y dejándole una pregunta retórica mientras se alejaba sin dejar margen para la apelación: -Vos lavás todo esto, ¿no?</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-50727902823202007852012-06-08T15:24:00.000-07:002012-06-08T17:24:17.639-07:00CAPÍTULO 17 Ollas y sartenes<br />
<div class="separator" style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none; clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfzA0EyDA3q_WiXxd0Llmtv-xpQc7529iapagQBc9lcoZ5H-ao5tezZ2b7j5bH4es5ZHBTMhHa_TeUMT9suaUZgesArNJ3mfNoBxKYr5eVV9ckK59PlCnK5j3AaMIGeMoeGxaOdqhbAFT7/s1600/B05.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" fba="true" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfzA0EyDA3q_WiXxd0Llmtv-xpQc7529iapagQBc9lcoZ5H-ao5tezZ2b7j5bH4es5ZHBTMhHa_TeUMT9suaUZgesArNJ3mfNoBxKYr5eVV9ckK59PlCnK5j3AaMIGeMoeGxaOdqhbAFT7/s400/B05.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Tipo nueve de la noche el pelotudo venía caminando por Corrientes lo más choto, disfrutando el olor a moscato, pizza y fainá y los efectos de la glaciación –el pelotudo dice que, a diferencia del calor, que le empasta la cabeza, el frío extremo le agita los pensamientos, aunque siempre termina pensando pelotudeces porque, claro, es un pelotudo-, cuando lo para una mina con un bombo de –ponele- siete meses y le pide que le compre algo de comer. El pelotudo le da unos mangos y sigue camino rumiando la frase tan de pelotudo medio que el Beto Brandoni le dijo a Juan Manuel Tenuta en aquella memorable escena de “Esperando la carroza”: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Dios mío, qué poco se puede hacer por la gente… lo único que se puede hacer es no pensar</i> (</span><a href="http://www.youtube.com/watch?v=MX24bb1-ncg"><span style="color: purple; font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">http://www.youtube.com/watch?v=MX24bb1-ncg</span></a><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">). No va que llega a 9 de Julio y se choca con un montón de pelotudos y pelotudas que venían caminando por la avenida más ancha del mundo (es muy de pelotudo medio argentino destacar las proezas criollas, como la de tener la avenida más ancha y la más larga, el río más ancho y esas pelotudeces) con caras de enojados y enojadas (todos y todas) y batiendo con furia el parche de teflón de cacerolas y otros enseres.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Cuánta pobreza…- le dice el pelotudo a un pelotudo que tiene al lado y lo mira con cara de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿vos sos pelotudo o te hacés?</i> Pero el pelotudo no se amilana y abunda:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Mirá qué cosa que es la ignorancia, la falta de educación: se gastan lo poco que tienen en tintura platiné y chalinas ánimal print para parecerse a Susana… </span><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero después se da cuenta –después de un buen rato, porque es un pelotudo- de que no son pobres ni desocupados ni desamparados ni excluidos los que venían cortando la avenida principal del centro porteño dándole y dándole a la cacerola, que no venían de la villa 31 sino desde Recoleta y que no pedían trabajo sino que los dejen comprar dólares, y alcanza a identificarlos con el mismo sector social (ahora garpa decir colectivo) que en 2001/2002/2003, con el país prendido fuego mal, quería pasarles por encima con sus autos de alta gama -comprados en la Argentina año verde verde verde todo verde del bendito uno a uno carlista- a los piqueteros/negros de mierda/vagos que no quieren laburar que cortaban calles pidiendo un hueso para cumplir un objetivo tan módico como sobrevivir. Recuerda entonces, el pelotudo, que la 9 de Julio es la misma avenida sobre la que solían acampar otros piqueteros/negros de mierda/vagos que no quieren laburar provocando pavor y pavura en el pelotudo medio civilizado y la reacción engolada del periodismo guardián de los más altos valores de la República. Y entonces piensa que seguro seguro seguro llegará a su casa y escuchará en la tele un coro engolado de periodistas guardianes de los más altos valores de la República pidiendo respeto por el derecho a la libre circulación del pueblo arrrrrrrgentino y reclamando que algún fiscal comprometido con la vigencia plena del Estado de Derecho empuñe cual Jiman el poder del artículo 194 del Código Penal para mandar al calabozo a los desacatados de la tintura platiné y las chalinas ánimal print. Y piensa que seguro seguro seguro saldrá esa misma noche el jefe de Gobierno porteño Mauricio que es Macri con la yugular como una morcilla exigiendo la intervención enérrrrrrgica de las fuerzas federales de seguridad para poner orden en las calles de su ciudad porque no hay democracia sin orden y cuestionando severamente a las autoridades nacionales por tolerar y –por omisión- alentar el caos y la anarquía. (Después no verá ni escuchará nada de eso y entonces pensará que capaz que nadie dice nada porque los que le daban a la marmita y al jarrito para la leche del gato de angora eran gente decente, como llamaban hace dos siglos a las elites porteñas ilustradas y lustradas, y que, justamente por su condición de gente decente, no sale a hacer bardo porque sí sino que debía tener razones buenas para abandonar su tradicional afecto por el orden que trae progreso y zafarse de esa manera tan… tan… tan poco de ellos, viste). </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Yo estoy medio en contra pero también medio a favor- le dijo después en la parada del bondi el pelotudo que corta los boletos (un pelotudo que no puede elegir un día no ir a cortar boletos porque sí o sí tiene que cortar boletos cinco de siete días a la semana, y no los cinco que él elige sino los cinco que elige por él un pelotudo que se cree menos pelotudo). Y se explayó:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt 36pt; mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">-<span style="font-family: 'Times New Roman';"> </span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Tengo una casa que heredé de mis viejos y yo solo no la puedo mantener y entonces la quiero vender, pero nadie me la compra porque nadie puede comprar dólares para pagármela.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo entendió después –entendió casi llegando a La Plata, porque tarda en entender- que la cuestión de fondo está en determinar qué intereses mueven a los pelotudos y las pelotudas a protestar. Dejándoles a otros pelotudos más informados la tarea de determinar si detrás de esos aceros inoxidables se esconden, agazapados, poderosos lobis del poder económico, y asumiendo que la manifestación era genuina y espontánea, el punto es si los caceroleadores creen que dolarizar la economía es bueno para el conjunto de la sociedad (para todos y todas), o sea que se trata de la confrontación de dos proyectos colectivos que pretenden lo mismo haciendo cosas diferentes, o es bueno para ellos y malo para todos y todas pero no importa y, en ese caso, si no da relegar un poco el interés personal (que no es re urgente, digamos, porque se trata de preservar ahorros, no de opciones dramáticas como comer o no comer, como era la de los piqueteros/negros de mierda/vagos que no quieren laburar) en función del bien general de una comunidad que podría verse beneficiada, acaso no a corto pero sí a mediano/largo plazo, con la consolidación de un modelo económico soberano estructurado a partir de una moneda nacional fuerte que pueda llegar a ser, de una vez por todas, una buena reserva de valor y una garantía de certidumbre para los ahorristas. En última instancia, pensó el pelotudo, la batalla cultural excede la discusión sobre pensar en verde o no: la onda parecería ser que empecemos a pensar en plural, mirando más allá de nuestros ombligos. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-72645863250264858272012-06-04T15:45:00.002-07:002012-06-04T15:56:35.945-07:00CAPÍTULO 16 Coger o no coger (cuando la duda no es la podonga)<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi-Lbqh1EmGcrBvCb-uxbadxQH4JK2mTuo975_32KrszMTcdAw1Jlfl4giHJBlgHNlFRe_xJhHc0ecTpFqBxh-qYvUK9tYzuWq88EqLcpte2boy2zdPz-qWG2on-Pr6I6M040z9bf_YObN/s1600/mujer+no+atendida.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi-Lbqh1EmGcrBvCb-uxbadxQH4JK2mTuo975_32KrszMTcdAw1Jlfl4giHJBlgHNlFRe_xJhHc0ecTpFqBxh-qYvUK9tYzuWq88EqLcpte2boy2zdPz-qWG2on-Pr6I6M040z9bf_YObN/s320/mujer+no+atendida.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo
no sabe si cree en las casualidades. Cree, más bien, que creer en las
casualidades es una pelotudez. Que es una pelotudez creer siempre en las
casualidades –en hechos fatales, fortuitos, atados a ningún otro que los
preceda y los provoque-, porque a veces hay casualidades y a veces hay
causalidades. O sea que no siempre las cosas pasan por casualidad, pero a veces
sí. Pongámoslo así: el pelotudo, en realidad, cree en las casualidades, porque
no cree que las cosas nunca pasen por casualidad y entonces admite la
posibilidad de una casualidad, lo que significa que cree en las casualidades.
Pero no de manera absoluta. No acepta que todo sea casualidad ni que admitir la
existencia de las casualidades invalide las situaciones/hechos/acontecimientos/eventos
que se producen a causa de otros –o sea, por una causalidad. En definitiva, el
pelotudo se enrosca al pedo, porque cree en las dos cosas –casualidades y
causalidades. Pero esto fue una casualidad, supone. Dos amigas le contaron el
mismo día lo mismo. O sea: las dos le contaron el mismo día que les pasa lo
mismo -lo que encierra dos casualidades juntas: que las dos, sin saber una de
la otra, le cuenten a una misma persona una cosa y que a las dos les pase lo
mismo-: resulta que las minas están con tipos que no se las cogen. El caso –los
casos- es que ellas quieren que se las cojan, pero ellos no quieren cogérselas.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">(Es muy
probable que haya que cambiar definitivamente la forma de decir esto, y el
desarrollo de este texto podría validar esta conclusión. Acaso haya que
abandonar definitivamente el concepto de que los tipos se cogen a las minas y
que si eso no sucede -si no se produce el acto sexual- es porque los tipos no
se cogen a las minas, que es una idea machista y seguramente anacrónica,
surgida del mecanismo biológico de la penetración, de la introducción del pene
en la vagina como acción proactiva del hombre sobre la mujer, en el
entendimiento de que la acción de penetrar involucra una voluntad y la de ser
penetrada, en cambio, supone una actitud de pasividad, cuando, en rigor, la
mujer, al ser penetrada, expresa su voluntad de ser penetrada en una actitud
también proactiva que, además, habitualmente viene acompañada por otras
iniciativas que denotan la toma de decisiones –besos, caricias y otros
cachondeos. Será tiempo, entonces, de decir que los tipos quieren o no quieren
coger y que ellas quieren o no quieren coger –no que quieren ser cogidas o que
no quieren ser cogidas; no que quieren que se las garchen o que no quieren que
se las garchen).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La cosa es
que las amigas del pelotudo lo agarraron el mismo día para llorarle que están
con pelotudos que –digamos- no quieren coger con ellas. Y que ellas les piden
que se las cojan –perdón, les piden coger-, pero nada. Uno perdió el deseo
sexual en el revoleo de una tormenta de ataques de pánico y cosas tan del
pelotudo medio posmoderno –y parece ser que ya no lo encontró más. El otro
prefiere ver películas –siempre prefiere ver películas a coger, el pelotudo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Ahora bien:
¿será una casualidad o una causalidad que a las dos minas les pase lo mismo con
dos pelotudos diferentes? ¿Será casualidad o será causalidad que los dos
pelotudos ronden los 40 años? ¿Será casualidad o causalidad que las dos minas
quieran y los dos pelotudos no quieran? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Las minas
están espantadas. <i>No hay hombres</i>,
dicen cada vez con más énfasis y menos margen para la duda o la refutación. <i>Entre los que se animan a salir del placar y
se revelan putos y los que no son putos pero no quieren coger, estamos al horno</i>,
lloran. Y el pelotudo medio siente que está condenado al desprestigio porque
asegura, con rigurosa disciplina científica y ajustado lenguaje académico, que
a ellas <i>no hay poronga que les venga bien</i>
porque <i>si les queremos dar a todas somos
unos animalitos y si no les queremos dar, somos unos histéricos mariquitas.</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Frente al
lamento de las amigas, el pelotudo agravó la voz, se tomó la barbilla, frunció
el ceño y ensayó una explicación con pretendido espesor sociológico que no
escondía otra –vil- intención que la de escapar hacia tópicos que le ofrecieran
un descanso a sus oídos y a sus huevos saturados frente al parloteo
quejumbroso, desbocado, destemplado, cargado de sonoros esnifeos y de cambios
permanentes de tono y de volumen al ritmo del ida y vuelta constante de la ira
a la depresión, de los estallidos de furia a los sollozos asmáticos y flemosos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Les dijo,
el pelotudo –en rigor, con la primera de ellas balbuceó un poco porque iba
improvisando, pero ya con la otra fue más convincente porque medio que se había
aprendido el libreto y hasta se había convencido un poco de lo que decía- que
probablemente/quizá/tal vez la culpa sea de la libertad –dijo culpa sin una
carga negativa, como que quiso decir responsabilidad, consecuencia de. Que lo
que acaso esté sucediendo es que hombres y mujeres sean ahora más libres para
ser más honestos. Y que por ahí siempre hubo minas con ganas de coger y tipos
sin ganas, pero ni las minas podían verbalizar sus ganas de coger –decirle a un
tipo que se lo querían garchar, tomando ellas la iniciativa- ni los tipos
podían admitir que no tenían ganas, porque ellas quedaban como unas putas y
ellos como unos maricones aputasados; ellas, las
atorrantas/fáciles/trolas/ligeras de cascos; ellos, traidores de la causa del
macho argentino, ese implacable boiescaut siempre listo para servir a la Patria
femenina, semental proveedor de esperma en cataratas. Hoy –les dijo el
pelotudo- probablemente lo que esté pasando es que todo sea más transparente y
tengamos que aceptar que hay de todo en la viña del señor, como en botica. O
sea que el hecho de que a las dos minas les pase lo mismo podría tener algo de
casualidad, pero también un poco de causalidad.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- ¿Pero por qué me tocan a mí los que
no quieren?- le preguntaron casualmente las dos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- Una puta casualidad- las consoló
él, antes de que se pusieran a buscar causalidades en sus íntimos
comportamientos, empezaran a tirarse tierra encima y lo atormentaran –a él, al
pelotudo- con descarnados auto-flagelamientos sin final predecible.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-38106177236630578522012-06-01T11:51:00.002-07:002012-06-01T11:51:44.029-07:00CAPÍTULO 15 La invasión de los ratones<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 19px; line-height: 21px;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6fTnMqjqQdMFUtIQWM5dwM5A6Bf9riplRabRk3laXkOWj0wZ6sfYAVLVGiABiE1IenHD9HmIPw5KMSUl0lAE1VnUELEkOCrkFIinRQrQSsEtNfAM3dtdonCds6B9poyIAE-qmAyzAFzon/s1600/mickey.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6fTnMqjqQdMFUtIQWM5dwM5A6Bf9riplRabRk3laXkOWj0wZ6sfYAVLVGiABiE1IenHD9HmIPw5KMSUl0lAE1VnUELEkOCrkFIinRQrQSsEtNfAM3dtdonCds6B9poyIAE-qmAyzAFzon/s320/mickey.jpg" width="280" /></a><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo es un pelotudo todo el
tiempo. Siempre es un pelotudo. No es que a veces se hace el pelotudo. No es
que cada tanto se pone pelotudo. O sea: el pelotudo no pelotudea de a ratos. La
pelotudez no es un jobi, una manera de distraerse. El pelotudo –hay que decirlo
claramente- es un pelotudo fultaim: un pelotudo, digamos, con dedicación
exclusiva.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Un suponer: el pelotudo va por la
calle y observa, escruta el mundo, pero con ojos de pelotudo, con una mirada
muy pelotuda. Podría decirse que es un observador, pero un observador pelotudo,
que observa y fantasea. Hace de cualquier pelotudez una teoría, o una
hipótesis. O ficcionaliza la realidad y ve cosas raras detrás de pelotudeces
que a la mayoría de los pelotudos no le llaman la atención. Se apoya en cierto
fundamentalismo del pensamiento moderno que indica que el sujeto es el que crea
o constituye los objetos, con lo cual cada pelotudo podría tener una realidad propia,
cosa que no debe ser tan así porque, si así fuese, todo pelotudo podría crearse
para sí una bruta camioneta, una casa en la playa y una mujer con buen culo y
buenas tetas que no le rompiera las pelotas porque se va a la cancha todos los
domingos o se cuelga con cara de pelotudo a ver por la tele fútbol de
Inglaterra, de Italia, de España o de Kuala Lumpur los domingos al mediodía en
vez de prender el fuego y hacer un puto asado, que es lo único que le sale más
o menos bien; y toda pelotuda podría crearse para sí un tipo parecido a George
Clooney que encima no fuera <i>tan básico</i>
como para fantasear todo el día con una bruta camioneta, una casa en la playa y
una mujer con buen culo y buenas tetas que no le rompiera las pelotas porque se
va a la cancha todos los domingos o se cuelga con cara de pelotudo a ver por la
tele fútbol de Inglaterra, de Italia, de España o de Kuala Lumpur.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Lejos de ser una virtud que pueda
distinguirlo bien de entre el ejército de pelotudos que puebla las calles de
Buenos Aires, esta costumbre rebela, en el pelotudo, una tendencia a la
dispersión, a la evasión… cierta volatilidad de su capacidad de concentración y
una inclinación a fugarse hacia mundos inventados, acaso una forma de
escaparles un poco a su rutina de pelotudo medio y a las obligaciones
cotidianas que le corresponden por añadidura sin que pueda elegir no tenerlas,
porque, se sabe: el albedrío del pelotudo no es muy libre que digamos. Es un
albedrío restringido, angosto como las vereditas de la calle Perón entre Reconquista
y 25 de Mayo (el pelotudo se pregunta una y otra vez, sin querer la respuesta,
a qué pelotudo se le habrá ocurrido hacer en Buenos Aires tantas veredas de
medio metro de ancho, que generan feroces batallas entre peatones apurados que
se cagan a hombrazos y codazos cuando pasan de a dos, uno para cada lado, y
generalmente uno de ellos termina con uno de sus pies en la calle y es
arrollado por un motoquero que, después de matarlo, no se detendrá siquiera
para bajarle los párpados y evitar que el cadáver quede con esa expresión tan
desagradable, con la mirada perdida como la de un maniquí).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo ha notado con cierta
preocupación el aumento sostenido del número de pelotudos que andan por la
calle con esos auriculares gigantes en las orejas. Dice, el pelotudo, que son
una nueva versión de nerds que no temen al ridículo y andan por la vida lo más
chotos pareciéndose al ratón Mickey, que es el personaje más pelotudo de la
historia de los dibujitos animados (el pelotudo sueña con ir a Disney alguna
vez, pero en este caso no lo sueña igual que el pelotudo medio, sino que lo
sueña movido por la ambición de enfrentar alguna vez a un Mickey, embestirlo
con una patada voladora y, sin dejarlo reaccionar, mientras se halla indefenso
en el piso, propinarle una paliza revolucionaria al grito de <i>¡tomá, ratón imperialista hijo de puta! ¡A
Minnie se la garcha Larguirucho, que es sudaca, argentino y bien pijudo!).<o:p></o:p></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo ve a estos falsos Mickeys
tironeados por una contradicción: como buenos nerds, son pelotudos híper conectados,
pero desconectados. ¿Cómo? Sí, están habitualmente híper conectados, pero sus
auriculares gigantes los encierran a la vez que los transportan a un mundo
paralelo. Son pelotudos con música de fondo –pelotudos musicalizados-, lo que
debería convertirlos en pelotudos embargados por fuertes emociones, porque la
música de fondo es lo que hace que la vida de los protagonistas de las
películas sea tan emotiva. O sea, la música que llevan metida en el cerebro
estos falsos Mickey debería montarlos en un carrusel emocional, pero, lejos de
vérselos conmovidos, sus rostros, sus semblantes, sus ojos sólo expresan ausencia.
Van como idos, porque no conectan con su entorno inmediato sino con un entorno
remoto, que está más allá de lo que los rodea –las personas, los perros, los
autos, los sonidos-, en algún lugar incierto. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Acaso sea que andan dionisíacamente
enfiestados, piensa el pelotudo -y se asombra de lo que acaba de pensar. Un
filósofo que no se andaba con chiquitas porque anunció nada menos que la muerte
de Dios –no como el pelotudo de Pergolini, que anunció la (falsa) muerte del
pelotudo de Phill Collins- explicaba que las fiestas dionisíacas, que parece
que incluían chupi y frula a lo loco, ponían a los enfiestados en un estado de
embriaguez y éxtasis tal –quedaban re locos, digamos- que se abría <i>un abismo del olvido</i> que separaba el
mundo de la realidad cotidiana del mundo de la realidad dionisíaca. O sea, los
tipos quedaban como en una nube de pedos. Y <i>en
la conciencia del despertar de la embriaguez</i> los tipos ven <i>por todas partes lo espantoso o absurdo del
ser del hombre</i> y esto <i>les produce
náuseas</i> –les da un asquito, como los votantes de Macri a Fito Páez.
Entonces prefieren andar con esos auriculares gigantes, viviendo una realidad lejana,
casi irreal, aun pagando el precio de parecerse al pelotudo del ratón Mickey.</span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-81923431411420503742012-05-30T08:57:00.002-07:002012-05-30T09:05:44.447-07:00Capítulo 14,5 Hasta la garganta (brevísima reflexión de trasnoche)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9O0fCZwIyhxqBkWEP9B_W4TGR3y8V-sf9-d2KD1iqFagSXYovY2OXgRzZDpOAmM_1g0ELOm056rxRpBlls8ufruP_rb6hjC34q7I0XvdlkcOcQEcBC6D3DX1NayetyUS_jk8cNSiXwJch/s1600/leo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9O0fCZwIyhxqBkWEP9B_W4TGR3y8V-sf9-d2KD1iqFagSXYovY2OXgRzZDpOAmM_1g0ELOm056rxRpBlls8ufruP_rb6hjC34q7I0XvdlkcOcQEcBC6D3DX1NayetyUS_jk8cNSiXwJch/s1600/leo.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo se apoltronó en el futón que se compró para apoltronarse dispuesto a disfrutar de dos horas de sana parálisis cerebral, de 120 minutos de irreflexión que lo mantuviera a salvo de sus desvaríos inconducentes y de su conciencia de clase. O sea: el pelotudo se aprestaba a olvidarse por un buen rato de que es un pelotudo. Pero a medida que progresaba la segunda semifinal de la conferencia oeste de la NBA, en lugar de dejarse llevar por el soberbio espectáculo de destreza y eficacia del base de San Antonio, el francés Tony Parker (el que se macheteaba a la breve pero poderosa ama de casa desesperada), fue juntando bronca como Pink Floyd, la vista fija en el televisor, con una barrita de chocolate Águila derritiéndose entre sus dedos y chorreando el dulce de leche que le había puesto encima -al pibe de The Wall se le consumía un pucho entre los dedos, pero el pelotudo, se sabe, sólo es adicto al chocolate Águila- y casi termina cagando a patadas el televisor al grito de ¡¡Yanquis gou jome, putos!! Es que el pelotudo se indignó con preguntas que lo azuzaban como el aire del fuelle que aviva el fuego para el asado: ¿Por qué los relatores de basque ahora hablan como Flor Meléndez (N del A: entrenador boricua de destacada trayectoria en Argentina)? ¿Por qué dicen canasto en vez de aro? ¿Por qué dicen juego en vez de partido? ¿Por qué dicen banca en vez de banco? ¿Por qué el pelotudo de Leo Montero dice <i>ies! </i>en vez de <i>¡Sí!? </i>¿Por qué dice <i>yisus craist!</i> en vez de <i>¡Por Dios!</i> o <i>¡Maaaamita querida!</i> o <i>¡Maaamamdera!</i> o <i>¡Mierda lo parió!</i>? Como siempre, el pelotudo, como es un pelotudo, tardó en caer, pero cayó. ¡La penetración!, se iluminó. Y desarrolló la idea para sus adentros: En un deporte en el que la penetración de la defensa es clave para el éxito, nos han penetrado hasta la garganta, y hemos aceptado gozosamente la penetración a pesar de haber sido involuntaria, a pesar de que, como dijo el filósofo de la peluca descontrolada, un dedo en el culo deseado es una fiesta, pero un dedo en el culo no querido es una injuria.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-16532225334536751422012-05-29T12:27:00.001-07:002012-05-30T14:31:57.339-07:00CAPÍTULO 14 Pelotudo Las Pelotas<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSc_0rRfYSlCdl2K3NBnUO7Ak7GNjZYNYSBKnzhe_OFZm45Nt5e8lccWp-J1PLU6B628bOXnx7Nv9EKXglnhLiNnGmh3pSAOoMm8IKuOgQ7Ql05LdDwRDERs-lqgtxeVc_m1dt302_Zmq/s1600/pelotero.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRSc_0rRfYSlCdl2K3NBnUO7Ak7GNjZYNYSBKnzhe_OFZm45Nt5e8lccWp-J1PLU6B628bOXnx7Nv9EKXglnhLiNnGmh3pSAOoMm8IKuOgQ7Ql05LdDwRDERs-lqgtxeVc_m1dt302_Zmq/s320/pelotero.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y una noche… el pelotudo se rebeló.
Se rebeló de su condición de pelotudo. O, por lo menos, se desentendió de su
pelotudez, la negó. Se declaró un no pelotudo. Y quedó como un pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Fue a ver a Las Pelotas y encontró allí, en la pista de La
Trastienda de La Plata –la réplica platense del famoso café concert de San
Telmo, tan cul como su dueño, el afrancesado Pelado Telerman-, una oportunidad
para exorcizarse, para tratar de sacarse el pelotudo de adentro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Acaso embriagado por el vaho alucinógeno del humo de porro
que endulzaba el ambiente, al pelotudo se le ocurrió que él no era un pelotudo,
sino que alojaba uno en su cuerpo –que era, entonces, un cuerpo tomado. Que
tenía como huésped a un pelotudo que no era él. Uno que lo dominaba desde
adentro. Como el malvado Lucifer a la pequeña Linda Blair en el clásico de
William Friedkin, un pelotudo le había okupado mente y alma. Lo había
intrusado, digamos. Y lo había convertido en un pelotudo muy real, por cierto.
Así, el pelotudo convirtió al pelotudo en otro, distinto a él, lo que le
permitiría desmarcarse del pelotudo y exculparse.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo vio la luz cuando la hinchada –se sabe: algunas
bandas de rock tienen hinchada, con cantitos de cancha y trapos y todo- cantó <i>teque teque toca toca / esta hinchada está
re loca / somos todos peloteros / Divididos Las Pelotas</i> (el verso final
alude a la rivalidad histórica entre las dos formaciones salidas de Sumo). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En esa estrofa, el pelotudo encontró su grito libertario, su
camino a la redención. Así como hay ricoteros y piojosos, los fans de Las
Pelotas son peloteros, pero el pelotudo decidió reversionar la canción para
convertirla casi en un manifiesto. Y cantó: <i>teque
teque toca toca / esta hinchada está re loca / somos todos peloteros / ¡pelotudo
las pelotas!</i> <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y cantó y cantó y cantó. Cantó confundido en el pogo
pelotero, un rito de torsos desnudos y transpirados, cebados por la versión
frenética de <i>Shine</i> (<i>y ahora estás pintando / toda tu cara para
cambiar</i>, cantaba el cantante y el pelotudo alucinaba que le cantaba a él,
que el cantante había notado la transformación que progresaba en el pelotudo y
cantaba para él). Y cantó saltando sin parar, como el pelotudo de King África.
Y cantó también cuando todos cantaron otra cosa y cantó cuando el show terminó
y todos se fueron y él siguió cantando y saltando, cantando y saltando como un
pelotudo fuera de sí, hasta que dos muchachones lo tomaron amablemente de las
axilas y lo llevaron hasta la puerta con las patitas como pedaleando en el aire
y lo arrojaron a la vereda cual bolsa de basura y lo vieron cómo se incorporaba
y se alejaba saltando y cantando, con la yugular como una morcilla y lo’ojo
saliéndose de sus órbitas, sacudiendo convulsivamente sus brazos como si
tratara de lanzarles telarañas a los muchachones, gritándoles, como el Coco
Basile invitando a pelear a los hinchas que lo puteaban: ¡¡Pelotudo las
pelotas!! ¡¡Pelotudo las pelotas!! ¡¡Pelotudo las pelotas!!<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Media hora después, sentado solo en un banco en la ciudad,
como Carito, refugiado en la oscuridad piadosa de la noche, el pelotudo recobró
la conciencia y descartó amargamente la hipótesis del pelotudo invasor que lo
colonizaba desde adentro como una maligna metástasis cancerígena. El pelotudo
era él, aceptó, y se fue solo cantando bajito una de Divididos, que al cabo le
gusta más que Las Pelotas, y se sintió otra vez –una vez más- un pelotudo
importante.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="line-height: 19px;"><br /></span></span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-64593211732153451622012-05-23T13:51:00.002-07:002012-05-30T14:32:50.220-07:00CAPÍTULO 12 Híper conectados (o híper pelotudos)<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr8PVKr6ngPnvsxFTEEIAdleBVSU0Ww2YIrHxkvNMUAhX8MbkxfxXEkmqtiaDnCoEK0852qz6E_5SUFg7urQZWaTI0e-yAX4hOOhfJfm_9nUxAflxSOTymNCu7Y7d3abQWw6KhtJpT-Gje/s1600/hiper+conectado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr8PVKr6ngPnvsxFTEEIAdleBVSU0Ww2YIrHxkvNMUAhX8MbkxfxXEkmqtiaDnCoEK0852qz6E_5SUFg7urQZWaTI0e-yAX4hOOhfJfm_9nUxAflxSOTymNCu7Y7d3abQWw6KhtJpT-Gje/s320/hiper+conectado.jpg" width="311" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Sin darse cuenta casi, el pelotudo se
híper conectó. Con dilei –porque es un pelotudo con tecno-dilei, o sea un
pelotudo que se resiste a las novedades tecnológicas con cara de pelotudo retro
que anda diciendo <i>qué pelotudez andar
enchufado a todos esos aparatitos que te deshumanizan-</i>, el pelotudo terminó
siendo un pelotudo híper conectado que andaba todo el día entrando y saliendo
frenéticamente del mundo real por obra y gracia de todas las mierdas que
confluyen en su faquin blacberri, el invento más diabólico de la posmodernidad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo terminó rehén del maldito
aparato ése y sus dos chats, sus dos casillas de correo, sus mensajes de texto,
el tuiter y el feisbuc. Ya le dolía el cogote de tanto mirar para abajo y le
estaban saliendo callos arriba de las orejas de tanto ponerse y sacarse los
anteojos. Porque el pelotudo no ve de cerca y usa anteojos de leer, lo cual
resulta ser un contratiempo fatal porque le impide leer lo que sale en la
blacberri sin ponerse los anteojos. Entonces el pelotudo parece Mariano
Grondona, o el licenciado Gambeta –recuérdese la sátira de Mariano Grondona que
hacía Andrés Redondo, el de <i>Veladas
Paquetas</i>, en <i>Hiperhumor</i> o <i>Telecataplum</i> o alguno de los ciclos de
la entrañable trup de uruguayos que también integraban Espalter, Almada,
Dángelo, Carámbula y alguno más que al pelotudo se le pianta de la memoria. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Al pelotudo le entra un mail, se pone
los anteojos, lo lee y se los saca.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Al pelotudo le entra un mensaje de
texto, se pone los anteojos, lo lee, por ahí lo contesta y se vuelve a sacar
los muy putos anteojos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">A los 30 segundos le entra la
respuesta a su respuesta al pinche mensaje de texto, vuelve a ponerse los
anteojos, lo lee, quizá lo contesta y se vuelve a sacar los chingados anteojos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Al pelotudo le habla alguien por el faquin
chat o por el maldito mésenyer, se pone los recalcadísimos anteojos y chatea,
pero, como no puede controlar al otro –dat is de point-, al que chatea con él,
por ahí cree que cerró la conversación y se saca las reputísimas gafas,
pero el otro le sigue hablando y se las tiene que volver a poner y así
infinitas veces –el pelotudo se agarra unas calenturas machazas cuando ya se
sacó los puñeteros anteojos de mierda y le vuelve a sonar el mal parido aparatito
hijo de puta y se vuelve a poner los anteojos y el otro lo único que dice es… <i>ok</i>.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Hinchado los huevos, con los nervios como
un capullo de fideos cabellos de ángel -crudos, duritos, como una esponjita de
virulana-, el pelotudo es presa de una creciente y precoz fobia social: le
rompe las pelotas que lo interrumpan cuando lee, cuando escribe, cuando
trabaja, cuando mira una película arrancándose cueritos de las patas… lo ponen
patilludo los tipos que gustan de la conversación escrita con los pulgares
sobre unos botoncitos de mierda y son capaces de enredarse en interminables
disquisiciones sobre los nuevos desafíos de las economías emergentes en tiempos
de crisis global y la oportunidad de los países periféricos frente a la crisis
de las potencias tradicionales de occidente y, sobre todo, de los productores
de alimentos en virtud de la creciente demanda de los BRICs. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo siente que no controla la
comunicación con su entorno y que su entorno lo persigue, lo acosa, lo invade,
se le mete, lo penetra… casi que se lo empoma, digamos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo decidió, entonces,
desandar el camino de la híper conectividad, escaparse, fugar, salirse un poco
del laberinto. Silbando bajito, con su mejor cara de pelotudo, sin hacer
aspavientos, sin cargarle a esto ningún tono épico, sin hacer de su empresa una
causa neojipi, sin disfrazarse de salmón, empezó a desconectarse, a descolgarse,
a desenchufarse, a cortar, de a uno, con paciencia oriental, los hilos de la
red en la que, como buen pelotudo que es, había quedado atrapado.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Tomó, primero, algunas medidas de
bajo perfil, sutiles. No abre el mésenyer en la blacberri y cuando trabaja en
su notbuc se pone en estado ausente. De esa manera cree que está excusado de
atender cuando alguien, a pesar de la aclaración –le queda una marquita naranja
cuando está ausente-, le habla igual. Cree que, de esa manera, puede aprovechar
las ventajas de la herramienta sin sufrir sus efectos no deseados. Pero con el
chat de la blacberri hizo cirugía mayor. Tomó en este caso una medida drástica.
Hizo una masacre virtual. De un saque, eliminó a todos sus contactos. Chau. A
la mierda. ¡Sácate! De una. ¡San se acabó! (No hay consenso entre los
estudiosos sobre el origen de esta expresión ni sobre cómo se escribe, porque
hay quienes lo ponen todo junto: <i>sanseacabó</i>).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Resultado: la hecatombe, un escándalo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No fueron muchos los ofendidos, pero
los que se declararon asaltados en su buena fe le imputaron un concurso de
faltas morales que lo convirtieron en irrespetuoso, desconsiderado, maleducado,
grosero, impiadoso y otras cuantas enormidades del estilo. Y alguno al que le
explicó que no era nada personal le pidió mil perdones por el exabrupto y le
dijo que era un genio y esas otras desmesuras. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Hay gente que hace un tango de todas
las cosas. Es gente que tiene la emoción fácil, que ama y odia con sorprendente
facilidad. Que ama un día, de repente, y odia al otro, también de repente.
¿Cómo hacen estos campeones de la sensibilidad para amar tan rápido y para
odiar con la misma soltura? ¿No son, el amor y el odio, sentimientos que
requieren cierto tiempo de cocción, cierto estacionamiento, como los quesos, o
cierta maduración, como las frutas, o cierto vaya a saber qué carajo, como los
vinos o los uisquis? ¿Se puede construir un amor –fraternal, filial o del tipo
que fuere- en un día? ¿Estos eyaculadores precoces de sentimientos aman y odian
de verdad o se dejan llevar por pasiones efímeras, calenturas, emociones
violentas? ¿Y por qué, encima, te cuentan sus picos emocionales, te relatan el
devenir de su inestabilidad emotiva en tiempo real y en tono de telenovela? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Al pelotudo lo sacan un poco estos
comentaristas de emociones. Son comentaristas de sus emociones contradictorias,
atizadas por ráfagas de fiebre. Padecen convulsiones emocionales y verborragia
melodramática. Son manifestantes compulsivos de sentimientos súbitos. <i>Si hoy me amás de repente</i> –pide el
pelotudo- <i>tomate tu tiempo para
chequearlo antes de decírmelo</i>. Y<i> si
al otro día ves que te parezco un idiota</i> –reclama- </span><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">primero date cuenta de que el amor incondicional que sentías por mí
estaba un poquito flojo de papeles y, segundo, dudá del odio ése que ahora te
estremece las entrañas y no me lo manifiestes, por las dudas, hasta por lo
menos el día siguiente, porque no es descabellado suponer que ese sentimiento
profundo de desprecio se va a disipar también, como la bruma de la mañana o,
ponele, como un pedo en una canasta.</span><o:p></o:p></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="line-height: 115%;">* * * </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="color: orange; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">CAPÍTULO 13 </span></span><span style="line-height: 115%;"><span style="color: orange; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: large;">Un camino de ida</span> (híper
conectados II)</span><b style="font-size: 18pt; font-style: italic;"><o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: left;">
<span style="line-height: 115%;"><span style="color: orange; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghuP4kWtUl3ql-zycphyjOkVwawE6zn5do_HDN-tTSPeLEzaS0-tdcv2tboTWMHVq0s8o0rUcjmDYNr_thy7mAuN_LSIIIfpD-GXjV7AFX14WYBK9Hhe2pf1mhhganl1RCM7kvbxMcqqzE/s1600/hiper+conectados+2.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghuP4kWtUl3ql-zycphyjOkVwawE6zn5do_HDN-tTSPeLEzaS0-tdcv2tboTWMHVq0s8o0rUcjmDYNr_thy7mAuN_LSIIIfpD-GXjV7AFX14WYBK9Hhe2pf1mhhganl1RCM7kvbxMcqqzE/s320/hiper+conectados+2.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo se dio cuenta –tarde,
porque es un pelotudo- de que la híper conexión electrónica (su nueva obsesión,
ahora que se le pasó un poco el trauma de la quietud en la parada del bondi) es
una autopista de un solo sentido: te lleva como tiro, a toda velocidad, y no
tiene retorno, no te da opciones para volver. Apenas te deja salir cada tanto,
pero la salida es una trampa: un rulo que te vuelve a meter en esa cinta
transportadora que te lleva –junto a un tropel de pelotudos- casi sin
demandarte esfuerzo alguno, como si fueras a mil por hora pero quieto –uh, la
puta quietud en movimiento, otra vez. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La híper conexión, dice el pelotudo
–se dice, porque habla solo el muy pelotudo- es como una escalera mecánica: das
el primer pasito y, una vez que te montaste sobre el primer escalón, fuiste,
subís o bajás solito, y recular es como recular en chancletas: casi una misión
imposible –y más si la escalera está llena de otros pelotudos que suben o
bajan.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Para desandar el camino de la híper
conexión, el pelotudo híper conectado arrepentido sólo tiene dos opciones: la
banquina y el pasto y, obvio, a contramano. Las dos alternativas lo colocan en
una marginalidad ominosa y vergonzante, afuera de la ley, en el rol de un
maldito desubicado que será señalado con el dedo acusador de la multitud de
pelotudos que le hará ver, a coro, que el pelotudo medio no va a contramano
–que es un pelotudo precisamente porque va para el mismo lado que todos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo advirtió que había ido
demasiado lejos por esa autopista frenética una vez que estuvo hasta las
pelotas de conectividad: mésenyer, chat de la blacberri, dos casillas de
correo, mensajes de texto, chat de feisbuc y tuiter. Fue una noche, en la
soledad de su habitación, cuando, bañado en sudor frío, con la boca pastosa y un
temblequeo nervioso de su dedo pulgar derecho –si fuera una peli, la escena
arrancaría con un primerísimo plano de sus ojos inyectados en sangre y se
retiraría abruptamente, como en un brusco zoom al revés, hasta mostrarlo muy
chiquito, sentado en su cama rodeado por la inmensidad de una habitación que se
agranda y al mismo tiempo lo empequeñece a él hasta convertirlo en una suerte
de Nelson, el hombre rata de Susana Gímenez-, notó que había perdido el control
de sus relaciones sociales y que, por el contrario, sus relaciones sociales
estaban controlándolo a él. O sea: su dinámica de relacionamiento cotidiano con
el entorno social no nacía de decisiones soberanas de su voluntad –que había
sido como colonizada, podría decirse.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Es que, según se figuró el pelotudo
-en una asociación metafórica que le llenó el pecho de orgullo intelectual-,
vivir con todos los canales electrónicos de conexión abiertos es como vivir con
la puerta de la casa abierta y que todo el tiempo le caigan visitas sin
avisarle ni tocar timbre ni nada. O como convivir con un montón de gente que no
ha elegido para convivir sino para tratar eventualmente, cada tanto, de vez en
cuando. Y nadie quiere que le caigan visitas todo el tiempo sin avisar y menos
convivir con gente que no ha elegido para eso porque todo pelotudo pretende
ejercer el derecho de administrar su vida social, la potestad de elegir los
momentos en que se relaciona con el entorno para no tener que estar siempre
presentable y poder, en cambio, disfrutar, un suponer, de una buena yoguineta
vieja, de ésas que tienen el elástico medio vencido y se te caen como calzón de
puta y te dejan media raya del culo a la vista, a lo plomero, combinada con las
medias Pingüi con agujeros en los dedos gordos –ésas que aprendieron a caminar
solas en los noventas y, justamente por esa habilidad casi humana, han logrado
evadir los embates de tu mujer, que te las quiere tirar a la mierda desde hace
18 años- y las adilets –esas ojotas Adidas con la tira ancha, azules y blancas-
como las que usaba el Mencho Medina Bello en las concentraciones de River en la
temporada 86/87.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Porque, además, el pelotudo ha
advertido que el conversador de chat –en cualquiera de sus múltiples
versiones-, además de haber incorporado el gusto por las charlas interminables
escritas con los pulgares, se ha puesto últimamente muy prepotente –un pelotudo
imperativo, digamos. El tipo que te habla por el chat supone que lo asiste el
derecho a captar tu atención ya. Ahora. Y no espera. No acepta dilaciones. O
sea, si te hablan tenés que interrumpir todo (un laburo, una película, una
lectura, una charla con tu jefe cuando estás por arrancarle el aumento que el
faquin explotador te viene negando desde hace 36 años, una entrevista de
trabajo, una consulta con el dentista que te está metiendo el puto torno hasta
la garganta y querés que termine lo antes posible, el muy hijo de puta; la
siesta de 17 minutos que te reconoce el convenio colectivo de trabajo que un
sindicalista corrupto les legó a todos los pelotudos de tu gremio, el picado con
los muchachos en el preciso instante en que tu vida está por cambiar para
siempre porque estás solo frente al arco con el arquero revolcado a tres metros
y vas a dejar de ser el único pelotudo del barrio que jamás hizo un puto gol, y
hasta el polvo salvaje que te estás echando en el baño de la empresa con la
perra de Compras y Suministros que tiene caliente a todo el edificio y hoy se
le ocurrió que sos tan sexi pero sabés, estás convencido de que no va a tardar
en darse cuenta de que sos un pelotudo) y contestar ya. ¡¡¡Ya!!! Si no, el
chateador impaciente empezará a ametrallarte con reproches tipo <i>Eeeeeyyyy</i>, <i>Euuuu</i>, <i>¡Contestame!</i>, <i>Dale, puto, dame bolaaaaaa</i> o con una
sucesión de <i>hola, hola, hola, hola, hola,
hola</i> que te taladra la cabeza porque ahora el chat hace ruiditos como
patitos o como sapitos o unos chirridos como de grillos estrangulados. Y cuando
le preguntás qué le pasa que está tan loco –porque por ahí te preocupás- te
dice <i>nada, quería saludarte</i>, y
entonces te sentís como el Increíble Hulk, que no sos vos cuando te disgustás. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">O sea: todo es urgente, nada puede
esperar, lo que resulta una pelotudez que no resiste el menor análisis. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo vuelve entonces a la
metáfora de las visitas y se imagina a un pelotudo sacado colgado del timbre o
cagándole a patadas la puerta de su casa porque demora en salir y ni qué hablar
si decide directamente no atender. Y concluye que hay algo mal que no está
andando bien en esta comunidad de chateadores sobre-excitados, compulsivos,
enfermos de ansiedad. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">(El pelotudo ha notado también que
hay cada vez más pelotudos híper conectados que caminan por la calle
enchufados: con los auriculares metidos en las orejas para ir hablando por
teléfono sin parar, o sea que no sólo llevan consigo aparatos que los mantienen
conectados fultaim, sino que eso no les alcanza y van con el teléfono metido en
las orejas y no se lo sacan cuando cortan porque ponen música entre
conversación telefónica y conversación telefónica).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">(El pelotudo, es sabido, está con eso
de que no hay que hacer un tango de todas las cosas. Es una frase que le choreó
a Rolando Hanglin. O sea: que no hay que volverse loco, y la locura –cree- es
el destino inexorable del pelotudo medio híper conectado. Entonces anda en el
auto escuchando un disco de Jack Johnson, un pibe que camina la vida en ojotas,
con una guitarra criolla colgada en la espalda –<i>quiero tocar la guitarra todo el día y que la gente se enamore de mi
voz</i>, le habrá dicho alguna vez a la madre-, surfeando olas en un mar azul
como el mar azul y cantando buenas canciones de fogón playero –re pancho, o sea,
lo más choto. Y el pelotudo escucha esas canciones y las canta mal y va
llevando –mal- el ritmo con los deditos en el volante).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La cosa es que el pelotudo ahí anda
ahora, a contramano por el pasto, desandando el camino de la híper conexión
bajo una lluvia de insultos propinados por el pelotón de pelotudos que viajan
en la dirección correcta y lo ven venir de frente por el pasto y por el
parabrisas alcanzan a reconocer a un pelotudo medio –lo reconocen por la cara
de pelotudo- y entonces le imputan deshonestidad intelectual, ponele, y con
ademanes ampulosos cargados de furia y acusaciones de traición lo intiman a
retomar el camino en el sentido que marcan las flechas. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¡¿Eliminar a todos los contactos del chat de la blacberri?!
¡Habrase visto! Los reproches suben de tono. Los pedidos de explicaciones
trasuntan la sospecha de oscuras razones subterráneas. Alguien teje hipótesis
conspirativas. No le creen al pelotudo que no eliminó selectivamente sino que
eliminó a todos para eliminar un canal, para desenchufar al menos uno. <i>Me eliminaste, me cagaste, me borraste</i>,
canta Lucía Galán, y se arma la gorda y no hay forma de arreglarla y el
pelotudo va por el pasto, a contramano, con el parabrisas astillado por los
piedrazos, condenado al encierro en la leprosería, confinado al sótano de los
inadaptados de siempre. Eso sí, abajo hay uaifai, así que no tiene excusas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-25659219368463506082012-05-21T11:37:00.000-07:002012-05-21T12:55:04.721-07:00CAPÍTULO 11 Serás un pelotudo, o no serás una mierda<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTsnH7c_-vBqzgHP5gEdFgkBVrWN2sTqTOVfs0QVJP986FQ9pNeTK605vGp_9SAxY8WrRy3duqPlugBVDCEfQfGzZWxSgbYE_mZLWPVYEdCcyinNbc_uYUAybLfO37MB0oOissT2vqas7Q/s1600/HOMERO-BART.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="199" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTsnH7c_-vBqzgHP5gEdFgkBVrWN2sTqTOVfs0QVJP986FQ9pNeTK605vGp_9SAxY8WrRy3duqPlugBVDCEfQfGzZWxSgbYE_mZLWPVYEdCcyinNbc_uYUAybLfO37MB0oOissT2vqas7Q/s320/HOMERO-BART.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">He hablado en estas páginas de cómo un joven excepcionalmente optimista
experimentó el derrumbamiento de todos los valores</span></i><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">, escribía F. Scott Fitzgerald cuando
promediaban los 30 y él se acercaba a sus 40 –que serían sus últimos años- y el
mundo deprimido no lograba reponerse del crack y la burbuja de los años
felices, desmesurados y prósperos –prósperos en Estados Unidos a costa de la
miseria europea de posguerra- de lo que él llamaba la era del jazz era apenas
una evocación amarga y su cabeza, su corazón y todo el andamiaje de la estrella
literaria que había sido –los grandes novelistas eran las estrellas pop de
aquel tiempo- se desmoronaba para, seguro –él estaba seguro-, nunca volver a
reconstruirse porque <i>una fuga total es
algo de lo que uno no puede recuperarse, es algo irreparable porque el pasado
deja de existir, </i>advertía, y recordaba que, como ya no podía cumplir las
obligaciones que la vida y él le habían impuesto, seguiría siendo escritor
porque era de lo único que sabía (sobre)vivir, pero que, a sus 39, había
renunciado <i>a cualquier intento de ser
persona, a ser amable, justo o generoso</i>. Había llegado <i>por fin </i>a<i> ser sólo un
escritor, </i>se aliviaba, e iba por más –por todo-: <i>La persona que persistentemente he intentado ser, se convirtió en tal
carga que la he soltado con tan poco remordimiento como el de una negra que
suelta a su hombre el sábado por la noche.<o:p></o:p></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Como buen pelotudo que es, el
pelotudo tardó en entender por qué se había zambullido en esos relatos
autorreferenciales, desprolijos y oscuros que el aclamado novelista
norteamericano escribió cuando ya no pudo lidiar con el destino que parece
común a los novelistas norteamericanos aclamados –el alcoholismo, la insatisfacción,
el desencanto del sueño americano que antes los aupó, en algunos casos la
demencia. Entre libros viejos, el pelotudo encontró este volumen ajado, de
tapas arqueadas y páginas amarilleadas y se sintió inexplicablemente atraído
por ese título a priori enigmático: <i>The
Crack-Up</i>. El pelotudo no conocía esa expresión pero la entendió bastante
ajustadamente. Le sonó a crisis, a quiebre, a ruptura y la verdá, pensó, que
crisis, quiebre y ruptura van bien con lo que en realidad es, un
desmoronamiento, porque una crisis no es otra cosa que la ruptura y el
desmoronamiento de una estructura de pensamiento, de valores, de creencias… de
lo que fuere.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo, se sabe, no es original.
No rompe moldes. Su vida es más bien una colección de clichés. Él mismo es un
cliché. Entonces no tiene una crisis a los 33 ni a los 46. Si va a tener una
crisis, la tiene a los 40. El pelotudo medio, digamos –el regular, el estándar-
llega a los 40 y tiene una crisis. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-pagination: none; text-align: center;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
</span></span><br />
<hr align="center" size="2" width="100%" />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
</span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-pagination: none; text-align: center;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="line-height: 19px;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Anécdota ilustrativa al margen:</span></b><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> El otro día el pelotudo fue a la traumatóloga porque lo estaba
matando la cintura y, cuando la mina le preguntó qué le andaba pasando, en vez
de explicarle que le dolía la cintura, el pelotudo le hizo un atribulado: puso
los ojitos como el gato de Shreck cuando quiere convencer al ogro de que lo
lleve con él y le dijo que lo que le andaba pasando es que está viejo, a lo que
la facultativa, sin levantar la vista de su ficha, como despreciando tan
primario y pelotudo comentario –sólo le faltó, a la médica, soltar su fastidio
en un largo resoplido-, le dijo que todos los pelotudos de 40 años van a su
consultorio y le lloran que están viejos –no dijo pelotudos para no perder las
formas, pero lo pensó, seguro. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-pagination: none; text-align: center;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
</span></span><br />
<hr align="center" size="2" width="100%" />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
</span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Además del dramatismo funerario con
que vela a la juventud –<i>olvidate de que
una pendeja de 25 te dé bola… ¡olvidate!</i>, masacró y deprimió a un pelotudo
amigo que se separó y anda perdido como mirada de maniquí-, el pelotudo puso en
cuestión un puñado de creencias y valores de los que fue casi militante durante
décadas. Ponele: aunque se hace más marxista con cada porquería izquierdosa que
lee porque el muy pelotudo compra todo lo que lee, ya no cree aquello tan
marxista de que el trabajo dignifica al hombre y menos si el hombre sigue
laburando pa’l macho porque el tan mentado proletariado, al final, no fue
sepulturero de nadie (el pelotudo leyó un libro de un marxista que dice que
últimamente Marx se ha vuelto a poner de moda y entonces el pelotudo dice, con
voz grave, que, ya que el viejo garpa otra vez y que el capitalismo tiene la
imagen por el piso por los zafarranchos globales de estos años, vendría siendo tiempo
de hacer un casting de sepultureros para encontrar uno con ganas de cavar esa
tumba de una vez por todas, o por ahí algo no tan drástico, o distinto, algo
superador, por decirlo así, que permita que el pelotudo medio, aunque no
consiga zafar de la obligación de levantarse todos los días para ir a trabajar,
pueda aspirar a hacerlo con un poco más de onda por saber que, al menos, ya no
labura pa’l macho –que no le rompen tanto el orto, digamos). <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La cosa es que el pelotudo ya no
valora la hiperactividad laboral necesariamente como una virtud del pelotudo
que la ejerce. Consecuentemente, no condena al que no tiene demasiado apego por
el trabajo, o sea que ya no tacha de vago –casi que reivindica- al que prefiere
rascarse la guinda antes que laburar 12 horas por día –y más al que tiene éxito
en esa empresa. Tampoco la institucionalidad ni la legalidad están entre sus
preferencias y más bien le cae simpático el que se porta medio mal y consigue
escaparle al largo brazo represor del sistema –lo piensa así, en esos términos
grandilocuentes que, claro, también son un cliché. Y ya no enarbola la bandera
de la coherencia y reivindica al que puede cambiar, siempre –cambiar de todo,
menos de cuadro de fútbol- porque cambiar es consecuencia de aprender porque el
aprendizaje –la disposición a aprender leyendo, viajando, probando, sintiendo,
prestándole atención y tratando de descular el mundo- les da a las personas
herramientas para interpelar hasta a sus propias convicciones. El que no
aprende no cambia y el que nunca cambia está muerto y el que decide no aprender
nada más y no cambiar más decide morir, cree el pelotudo, que acaso esté en una
regresión al adolescente rebelde que no fue. Acaso esté cansado del que ha sido
con intensidad constante, a velocidad crucero. Está con eso de no hacer un
tango de todas las cosas, el pelotudo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Eso dijo la otra noche –que no hay
que hacer un tango de todas las cosas- y metió una nota discordante, disonante
en medio de una conversación de varios pelotudos amigos que discutían, con la
gravedad que los temas trascendentes, que las situaciones límite le imprimen a
la voz humana, qué hacer con el hijo de uno de ellos, que había repetido un año
de la secundaria, y barajaban opciones para que la criaturita de Dios no
perdiera el año y cursara el tercero en otro colegio. El pelotudo sabía que
acaso ardería Troya, pero en algo seguía siendo el mismo pelotudo de siempre:
no tenía filtro. Y soltó:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- No
hay que hacer un tango de todas las cosas… al fin y al cabo, un año en la vida
no es nada, che.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Cuando vio que un par de pares de
ojos se ponían como el dos de oro en señal de asombro rayano con el estupor,
intentó explicar lo que quería decir: que acaso no era bueno que el chico, por
no <i>perder</i> un año en la vida,
resignase la posibilidad de seguir formándose en un colegio que el pelotudo
valoraba por su enfoque humanista y por los valores progresistas que transmitía
a sus alumnos en un clima de promoción de la libertad como plataforma para la
formación de hombres y mujeres entrenados en el arte del razonamiento y el
pensamiento crítico como herramientas para poder después andar por la vida
decidiendo por ellos mismos qué corno hacer con ella –la voz también se le puso
grave al pelotudo, y al final de la parrafada la cara se le vino entre morada y
azul por la hipoxia.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; text-indent: -18pt;"><span style="font-size: xx-small;">- </span></span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">No
digas pelotudeces- lo increpó el pelotudo más exaltado. -Acá lo importante es
que el pibe se reciba a los 18 años- sentenció y, acercándosele muy cerca con
ojos inyectados en sangre y empuñando ademanes de una vehemencia acaso
desmesurada para una charla entre amigos íntimos en un asado organizado para
ver a Estudiantes por la tele en su presentación frente a los sanjuaninos de
San Martín, le preguntó sin esperar respuesta: </span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">-¿Vos sabés la carga sicológica
que va a llevar ese chico por ser repetidor?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo creyó oportuno retirarse
de la contienda y se quedó pensando que sí, que su amigo tenía razón: si
repetía el año, el pibe soportaría una fuerte carga sicológico porque todos,
por culpa de los adultos, le haríamos sentir que es, con 15 años recién
cumplidos, un vago o un inútil o un perdedor o un fracasado o un marginal o un
diferente. O todo eso.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Otra vez, al pelotudo se le llenó el
culo de preguntas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué es una tragedia que un pibe
no termine el secundario a los 18 años? ¿Por qué los adultos conducimos a los
pibes a los cachetazos por el estrecho y hermético pasillo de la
institucionalización sin admitir la más mínima mora ni dilación ni matiz, y en
muchos, tantísimos casos sin hacer el esfuerzo por persuadir en lugar de
imponer? ¿Qué catástrofe acontece ante la menor distracción? ¿Por qué queremos
estandarizarlos sin preguntarnos absolutamente nada? ¿Es más fácil ese camino? ¿Los
pelotudos medios con pretensiones intelectuales, que en estos días nos sentimos
re jipis levantando el puño cerrado o haciendo la V con los dedos en la cancha
de River en la maratónica misa <i>rogeriana </i><b>(*)</b>,
no hemos visto ya mil veces, durante 30 años, al perturbado y bueno de Pink
arañando el muro perimetral del sistema en busca de una grieta que le
permitiera salirse y zafar, al mismo tiempo, del abrazo sobreprotector y
castrador de la madre gorda y miedosa? ¿Qué curioso concepto del éxito les
inoculamos como un bicho que después les crecerá adentro y ya no podrán
controlar y los someterá a la lógica binaria del éxito y el fracaso, como si
algún reglamento de la vida nos obligara a ganarle a alguien, a conseguir
determinadas cosas –títulos, medallas, autos, casas, salarios- para ser
personas íntegras, plenas y felices?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué mierda ponemos a nuestros
hijos, a los que amamos <i>más que a nada en
el mundo </i>–el pelotudo y sus clichés: él siempre dice que ama a sus hijos <i>más que a nada en el mundo</i> y se siente
una buena persona-, en un desfiladero del que no parece haber escapatoria sin
caer por el barranco de la frustración?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué aspiramos a que nuestros
hijos sean lo que somos nosotros –dotores, ponele- o, peor, lo que no pudimos
ser, en vez de ayudarlos a ser lo que libremente, recorriendo un camino que
acaso sea sinuoso y no definitivo, permitiéndose avanzar y retroceder o salirse
y volver o inventar caminos alternativos, decidan ser a cada paso?<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Qué queremos? ¿Reclutar a nuestros
hijos en el ejército del pelotudo medio? ¿Eh? ¿Eh? ¿Qué queremos? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo, otra vez, tiene el culo
lleno de preguntas. Tiene un millón de preguntas, pero ninguna respuesta. Al
cabo, es un pelotudo.<o:p></o:p></span></span><br />
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
<b><span style="font-family: inherit;">(*) Este capítulo fue escrito en algún día de marzo, durante la maratón de recitales de Rogelio Aguas en Buenos Aires.</span></b></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-32919172867305212392012-05-17T12:30:00.000-07:002012-05-17T12:30:22.335-07:00CAPÍTULO 10 Morirse por las patas<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 19px; line-height: 21px;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qk9YFxRbcmUATZSL833EAS8XPsFrwEEexT-Bmlt6PlKGvF1m87qzR1zpUmq1Op-XjzTHaZ2rAeKO36T1vBuITIcAe4CIcIttNG0gexsQfOpPtF32BQZiXgvpfIacXhRE9iS9X0OfKcXu/s1600/zombi.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2qk9YFxRbcmUATZSL833EAS8XPsFrwEEexT-Bmlt6PlKGvF1m87qzR1zpUmq1Op-XjzTHaZ2rAeKO36T1vBuITIcAe4CIcIttNG0gexsQfOpPtF32BQZiXgvpfIacXhRE9iS9X0OfKcXu/s320/zombi.jpg" width="299" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo no tiene vicios. Podría
decirse que no es un vicioso. O sea: no es adicto al cigarrillo ni al alcohol
ni a los medicamentos ni a drogas ilegales. Se jacta de poder acercarse a ciertos
placeres sólo eventualmente –se jacta para adentro, no es que ande por ahí
gritando <i>aaahhh yo me acerco a ciertos
placeres sólo eventualmente, lero lero…</i> porque quedaría como un pelotudo-,
sin quedar atrapado en dependencias molestas ni dañinas en términos
sicofísicos, y de daños espirituales el pelotudo cree estar a salvo porque aún
no ha encontrado su espiritualidad -con lo cual no existe todavía el objeto
dañable-, aunque acepta que no se ha tomado el trabajo de buscarla porque
cagarse de risa viendo al desopilante Claudio María Domínguez en C5N no podría
ser admitido como un esfuerzo por encontrarse a sí mismo, digamos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No es adicto a la tele, tampoco,
aunque no llega a esa declaración de principios que algunos sueltan al pasar
-pero queriendo- con una arrogancia intelectual que los lleva a fruncir la naricita
como si estuviesen oliendo mierda y a sacudir de un lado al otro la manito
tiesa, con los dedos pegados unos con otros, como saludando pero sin mover todo
el brazo sino haciendo eje en la muñeca: <i>Yo
ni tengo tele.</i><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Lo que más se acerca a una adicción
de consumo, o por lo menos a una conducta compulsiva, es su debilidad por el
chocolate, lo que no lo convierte tampoco en un loco bárbaro ni mucho menos en
un reventado. El pelotudo se lastra todas las noches una barra de chocolate
Águila con un cucharón de dulce de leche encima –encima de la barra de
chocolate, no encima de él. Y últimamente es débil ante un tipo de maní que
algunos llaman cervecero y en el mercado donde él lo compra lo rotulan como
maní japonés. Denominaciones aparte, es uno que viene recubierto por una
corteza crocante y bien salada. El pelotudo le entra al maní nipón como loquito
al puré. Le mete antes de la cena mientras pica algo de queso con un vinito
–por ahí repite la ceremonia en la sobremesa- y se mata con esta porquería
mientras hace el asado y se clava varios fernés. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero lo que el pelotudo no puede no
hacer, y lo que no puede dejar de hacer cuando ya lo está haciendo, es
arrancarse cueritos de las patas. Es una adicción muy pelotuda y vergonzante,
inconfesable casi. Tanto, que el pelotudo no se imagina admitiendo su problema
ni siquiera en una reunión de arrancadores de cueritos de las patas anónimos, o
sea en la comunión íntima, secreta y condescendiente de los débiles, que son
como hermanos en el pecado. No cree que pudiera pararse y decir <i>soy un pelotudo y me arranco cueritos de las
patas. </i>Entonces se despelleja en el refugio de la soledad, como el perro
callejero que se lame las pelotas en un zaguán al resguardo de las sombras de
una noche impiadosa de invierno, o como el solitario que se inflige
satisfacción por mano propia con unos horribles azulejos fileteados como únicos
testigos involuntarios.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pasa que al pelotudo se le
descascaran las plantas de los pies y los bordes de las plantas de los pies –lo
peor son los talones y los bordes de los talones. Sobre todo le pasa en verano
y no sabe si es por la pileta o por andar tanto en pata o en ojotas, o sea por
andar tanto con los pies a la intemperie. Debe ser que se le reseca la piel de
las patas y con el agua –bien de la pileta, bien de la ducha- se le ablanda y
es ahí cuando los cueritos quedan a punto caramelo: tiernos, suaves,
irresistibles… ¡una mantequita!, diría el Bambi.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Los fines de semana son mortales,
porque el ocio es terreno fértil para el pecado. Los fines de semana el
pelotudo se despelleja a cuatro manos, con fruición, por momentos con sereno
placer y a veces, con desesperación. Una buena película, ponele, representa
mínimo dos horas a uña batiente –la película es peor que la lectura, porque el
libro le ocupa al menos una mano y eso le complica la faena. Con movimientos
más bien suaves, como sin querer, sin retirar la vista de la pantalla del
televisor, como haciéndose el pelotudo consigo mismo, el pelotudo recoge una
pierna hacia afuera y hacia atrás como cuando se realizan ejercicios de
estiramiento de cuádriceps, o bien hacia adentro como cuando se estiran los
aductores. Y la ceremonia empieza con un rápido estudio del terreno: el roce
ligero de las yemas de los dedos sobre esas mínimas pestañas de piel muerta que
se arquean separándose del pie, como ofreciéndose al sacrificio de un ritual
autodestructivo, produce en el pelotudo un estremecimiento que lo sobrecoge.
Inmediatamente pasa a la fase 2: el cuerito queda atrapado entre la uña y la
carne de su dedo mayor y alcanza un impulso leve, sutil para producir el primer
desprendimiento y la primera sensación de satisfacción y alivio. Pero la
saciedad no dura más que un par de segundos –recuérdese que el pelotudo es un
adicto, y ningún adicto se conforma con una dosis, como ningún niño se conforma
con un solo caramelo Sugus, una de las drogas más solapadamente adictivas que
el Estado aprueba alegremente. Entonces el pelotudo va por más: elige un
cuerito que sobresale por su turgencia prominente, obscena –casi sexual, podría
decirse- y lo atrapa entre las yemas de sus dedos pulgar e índice, como
haciendo un gestito de idea o la mitad de un gesto grosero para la parcialidad
visitante –este ademán se completa introduciendo reiterada, rítmicamente el
otro dedo índice en el redondel que se forma uniendo el pulgar y el índice de
la otra mano. Siempre sin dejar de mirar la tele, el pelotudo tira con fuerza
sostenida y va despegando una lonja de piel con la certeza mortificante de que
llegará eso que interrumpirá bruscamente el placer: ¡Tac! El pinchazo. El
pelotudo se va de mambo y se arranca piel sana y se provoca una lastimadura que
no ponderará ajustadamente hasta que se pare y sienta un ardor intenso que lo
hará cojear como un pelotudo pero no lo detendrá, porque el pelotudo, una vez
que inició esa cabalgata desbocada que cada vez se hace más y más frenética, no
podrá parar de arrancarse cueritos de las patas hasta que un estímulo externo
reviente la burbuja espesa en la que se ha metido (la entrada de alguien al
recinto o el fin de la película, un suponer).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">A veces, por la noche, cuando con el
cielo también se oscurecen sus pensamientos, el pelotudo cree que las patas se
le mueren. Que toda esa piel muerta es
el principio del fin. O mejor –pior, en realidad-: que él –o al menos su parte
de afuera- empieza a morirse por las patas, que una irreversible desolladura
por la muerte súbita de sus células epiteliales comienza por las patas y no se
detendrá hasta convertirlo en un esperpento en carne viva. Entonces se propone
sacar turno con el podólogo, aunque le parece mucho porque el podólogo es un
especialista en patas con formación universitaria. Es decir, es un médico
dedicado a las patas de la gente, lo que suele producirle al pelotudo cierta
estupefacción porque piensa, se pregunta, cómo llega una persona a tomar la
decisión de pasarse unas cuantas horas del día durante –un suponer- cuarenta
años revisándole y curándole las patas a la gente que tiene problemas importantes
en las patas (ponele deformaciones, juanetes y sabañones que pueden, para
colmo, venir acompañados por afecciones dermatológicas fuleras como
onicocriptosis, onicomicosis –los clásicos champiñones- e infecciones varias,
todas cosas que el pelotudo supone que deben dar mucho olor). Entonces le
parece que debería hacer una consulta de menor jerarquía con la pedicura de la
otra cuadra, que hace laburos menores –pero no por eso menos heroicos- como
desencarnarte una uña o limarte un callo meta y meta con la lima o cosas así. O
que más vale se compra una piedra pómez y se raspa él mismo, pero le da cosa
porque le viene la imagen de sus patas despellejadas mal, con la carne a la
vista, y se imagina arrastrándolas ensangrentadas, dejando una huella de un
rojo negruzco como los zombis de las películas y cayendo sobre la cama en
estado de semiinconsciencia sin tiempo siquiera para escribir una carta de
despedida explicando la razón de tan pelotudo final.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Entonces no hace nada de todo eso. Y
se levanta del sofá donde estuvo masacrándose con la inquietud de la tarea
inconclusa y dejando a menudo, por descuido, como prueba irrefutable de su
debilidad, un piloncito de restos cutáneos en el borde de la mesa ratona.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-26822211875390065992012-05-14T11:32:00.000-07:002012-05-14T11:32:27.503-07:00CAPÍTULO 9 Pelotudo Honoris Causa<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 19px; line-height: 21px;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHStPh5zQdEQcr45POJxBPgsg5HEAKIa6iXsYEC8YDW6SL_bH9IZ8pkw_Tca9B_5expJ8Dee-vxZOfjIUBRyeqjFpyNn8J1MsMGzjLLvzxAZZBdyfSFdGTFZReq0s10RuHqhhfF1j75Pel/s1600/cucarda.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHStPh5zQdEQcr45POJxBPgsg5HEAKIa6iXsYEC8YDW6SL_bH9IZ8pkw_Tca9B_5expJ8Dee-vxZOfjIUBRyeqjFpyNn8J1MsMGzjLLvzxAZZBdyfSFdGTFZReq0s10RuHqhhfF1j75Pel/s320/cucarda.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo se recibió de pelotudo
completo y espera que alguna universidad lo distinga con el titulo de Pelotudo
Honoris Causa. Es que <i>honoris causa</i>
es una expresión latina que significa “por sus méritos” y el pelotudo está
convencido de que, por tantos méritos que viene haciendo –y seguirá haciendo
indefectible y sistemáticamente porque es un pelotudo con destino de pelotudo,
o sea que fue, es y seguirá siendo un pelotudo por los siglos de los siglos-,
ya es hora de que el mundo solemne, recoleto y riguroso de la academia mensure
sin mezquindades la envergadura de su pelotudez y le clave una cucarda en la
sien, como a los toros campeones de la Rural, y lo eleve un poco por sobre las
cabezas del pelotón de pelotudos sin medallas –del pelotudo medio, regular,
estándar, digamos.</span><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%; text-align: justify;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
<hr size="2" style="text-align: center;" width="100%" />
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">UNA DIGRESIÓN.- </span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Al pelotudo, se sabe, hay palabras -y expresiones también- que le quedan
dando vueltas en la cabecita, como una laucha en un fuentón. Son palabras –y
expresiones también- de uso muy corriente pero de las que no se conoce mucho su
etimología –su origen, o sea. Pues <i>envergadura</i>
es una palabra que, por razones más bien obvias –el pelotudo, se sabe, tiene
fuerte apego por la obviedad, por lo vulgar, y está peleado con la
originalidad-, llama la atención del pelotudo y se queda resonando en su cabecita
afiebrada. ¿La <i>envergadura</i> es el acto
de <i>envergar</i>?, se pregunta el pelotudo
y suelta una risita como si se hubiera re zarpado, y se larga a la aventura de
la deducción a partir de un presunto sentido común que en su caso no suele ser
más que una larga cadena de errores basados en groseros baches conceptuales.
Allá va el pelotudo lanzado como un bólido: si la <i>envergadura</i> –razona- es el acto de <i>envergar</i> y <i>envergar</i> es
poner una <i>verga</i> en algún lado y la <i>verga</i> es el pene, entonces <i>envergar</i> es coger –al pelotudo le suena
a <i>empernar </i>o <i>empomar</i>-, o más bien el acto unilateral de penetrar, y la <i>envergadura</i> es, justamente, la
penetración en el acto sexual, aunque no el acto sexual completo, entendiendo
que en el acto sexual está la acción de penetrar y también la acción de ser
penetrado, que, por más pasiva que parezca, no deja de ser una acción, que es
la de aceptar ser penetrado –incluso incitar a que se produzca la penetración y
luego celebrar el acontecimiento con entusiasmo expresado en gemidos, gritos y
hasta palabrotas. Bueno, pero no, nada que ver. El pelotudo, como buen pelotudo
que es, le erró como a las bochas. En la jerga marítima, la <i>envergadura</i> es el ancho de una vela y
sí, viene de <i>envergar</i>, pero <i>envergar</i> es <i>sujetar o atar las velas a las vergas</i>, que, por ser <i>palos largos y delgados</i> (y sí, falos)
corresponden, en ese diccionario náutico, a una <i>percha labrada convenientemente a la cual se asegura el grátil de una
vela</i> –el grátil es <i>el borde u orilla
de la vela</i> o <i>la parte central de la
verga</i> (en fin, no va a faltar el pelotudo que, apegado a la obviedad, sangrando
vulgaridad, salga con una pelotudez tipo agarrame el grátil o soeces del
estilo).<o:p></o:p></span></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: center;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">
<hr align="center" size="2" width="100%" />
</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El grueso del pelotón de pelotudos
usuarios del sistema de transporte público de pasajeros –o sea, la marea de
pelotudos que suben cada día, más de una vez por día, sin poder elegir no
hacerlo, a un bondi o a un tren o a un subte o a dos de ellos o incluso a los
tres- debió padecer horas y horas de insoportable quietud –la dramática
inmovilidad que deja al pelotudo como muerto o en punto muerto- haciendo cola
para obtener la tarjeta magnética SUBE. El pelotudo, en cambio, no. La sacó sin
esfuerzo. Casi que se tropezó con ella una mañana de invierno de 2011 en el
vestíbulo del edificio en el que trabaja todos los días de su vida –al menos
cinco de siete días a la semana. Acaso por eso no valora debidamente ese pedazo
de plástico que le sirve para pagar el boleto de cualquier bondi, tren o subte
que tome en la llamada Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA) –al pelotudo
medio le encantan las siglas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo es un pelotudo
estructurado. Como pelotudo grande, también, resiste los cambios sin razón
aparente. Ni siquiera decide resistir los cambios y ensaya, elabora un sostén
argumental de esa resistencia. Se resiste sin darse cuenta. Por inercia se
resiste –la inercia, recuérdese, es la tendencia a seguir como se está, o sea a
mantener el propio <i>statu quo</i>… es
conservadora la inercia, mierda lo parió. Se pasó, el pelotudo, como ocho meses
con la tarjeta en la billetara al pedo. Aunque ya andaba, no la usaba. Todos
los días, a la salida del trabajo, compraba en el quiosquito de la parada un
boleto para volver a su casa y otro para tener a la mañana siguiente para ir al
trabajo. Todas las noches, dos boletos. Nunca uno porque a la mañana siguiente
podría pasarle que tomara el micro en una parada donde no hay quién le vendiera
el boleto o porque en otra a la que suele ir hay un quiosquito que suele
quedarse sin boletos. Entonces sí o sí compraba un boleto más para tener al día
siguiente. Y nunca tres. Ni cuatro. Dos, siempre dos. ¿No tiene plata para
comprar una montaña de boletos de una vez y olvidarse por -un suponer- un par
de semanas? Sí, pero el pelotudo, vaya a saber por qué corno –el pelotudo oyó a
la Presidenta decir <i>corno</i>, que <i>a las corporaciones no les importa un corno</i>
no se acuerda qué cosa, y le pareció que <i>corno</i>
sonaba bien- compraba dos. Uno para hoy y uno para mañana. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Un día (*) dijo –se dijo-: <i>Qué pelotudo… tengo la tarjeta y no la uso</i>.
Y se lanzó a la aventura de incorporar una novedad en su rutina, a darle
sepultura a una costumbre anclada en el itinerario de sus días, a hacer
rechinar una bisagra, a asomarse al despeñadero de lo desconocido. Y no se anduvo
con chiquitas, el pelotudo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- ¿Cuánto
es lo máximo que le puedo poner?- le preguntó al de la boletería del subte.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- 300-
le dijo el otro, seco como lengua’e loro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- Metele
que son pasteles- se agrandó Chacarita.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo salió como un cuete –con
el ímpetu del cuete que despega buscando el espacio exterior- por la boca del
subte buscando ganar la calle –se sentía capaz de ganar la calle- y sintió el
viento fresco que le refrescó la cara y le revolvió el pelo engelado –duro, el
pelo del pelotudo. (Nota del autor: lo del pelotudo que siente el viento fresco
en la cara después de cargarle crédito por primera vez a su tarjeta SUBE
pretende ser una metáfora de la sensación de renovación que sintió el pelotudo
por haber incorporado, después de ocho meses de resistencia inercial, una
novedad a su vida que, además, es una novedad tecnológica, lo cual le da doble
mérito al acontecimiento porque es sabido ya que el pelotudo juega para los
pelotudos con tecno-dilei).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero no tardó en caerle la noche
encima al falso uiner. Treinta metros y cinco minutos después, cuando subía al
bondi con su plástico en la mano y el pecho inflado de orgullo, el chofer, muy
orondo, les anunciaba a los pasajeros que, a partir del día siguiente, la
Costera no aceptaría más el pago magnético. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En estado de shock, con la sensación devastadora
de que le había caído un piano en la cabeza, alcanzó a soltar una amarga queja
de bandoneón que heló la sangre del resto del pasaje:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- Listo:
me meto 300 mangos en el orto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-pagination: none; text-align: justify;">
<b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">(*) </span></span></i></b><i><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El presente capítulo fue escrito un día de fines de febrero o principios
de marzo de este año, más o menos, cuando la Costera aumentaba su tarifa sin
autorización y por eso no podía aceptar el pago con la tarjeta SUBE.</span><o:p></o:p></span></i></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1970914928126760378.post-59051826039841570762012-05-10T12:10:00.002-07:002012-05-10T12:47:39.160-07:00CAPÍTULO 8 Un churrasco con ensalada<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-size: 19px; line-height: 21px;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfK3XQCqYK8T3DyliBjpN59yTLMr5stMJNsqPpy3ybKES24wErEwyv9wvNjDwzAb55xYJICwX2loj2BnJk4_hkJrfjddjuVAu23rE1NfsrfIY7-BDqX2pLAHTS5-CjxVCA2Z8_WDDOH-7m/s1600/truman.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfK3XQCqYK8T3DyliBjpN59yTLMr5stMJNsqPpy3ybKES24wErEwyv9wvNjDwzAb55xYJICwX2loj2BnJk4_hkJrfjddjuVAu23rE1NfsrfIY7-BDqX2pLAHTS5-CjxVCA2Z8_WDDOH-7m/s400/truman.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo no entiende. Será que es
un pelotudo y por eso no entiende. Pero la cosa es que no entiende. El pelotudo
no entiende por qué puta razón, por qué faquin motivo, por qué
maldita/extraña/curiosa/pinche circunstancia –el pelotudo vio una película
mexicana que era un rosario de puteadas y se le pegó pinche, una mala palabra
que sale a borbotones de las bocas más cloacales de los hermanos mejicanos- un
pelotudo -un pelotudo importante, que camina por los bordes del pelotón de
pelotudos y que no debería ser un pelotudo porque es un ministro y los
ministros, por su condición de funcionarios y de los grosos, no deberían ser
tan pelotudos, según la sentencia del más brutal sentido común de Hebe de
Bonafini- le cuenta al mundo, por el tuiter, que se va a comer un churrasco con
ensalada y chau, que después del churrasco con ensalada se va a apolillar. ¿Por
qué mierda el tipo decide hacerse un churrasco y antes de poner la plancha en
el fuego y antes de salar el bife y echarlo a cocinar agarra la blacberri y
tuitea su decisión de hacerse un churrasco? ¿Qué pulso electromagnético activa
en su cerebro la iniciativa de difundir tan
pelotuda/cotidiana/nimia/intrascendente/rutinaria decisión de hacerse un
churrasco? ¿Qué insondable proceso síquico progresa en su conciencia? ¿Es el
eco de un trauma de la infancia lo que lo lleva a sobrevalorar tan desafortunadamente
la entidad de un bife con mixta? O mejor –pior, en rigor-: ¿Qué chingado cuadro
de alienación lo empuja a pifiarle tan feo a la valoración de su persona como
para suponer –estar convencido, en realidad- que una decisión suya tan pelotuda
puede perforar las paredes del interés doméstico –o sea, que le caliente a la
mujer y, cuanto mucho, a los hijos, porque viven con él y el churrasco va a
llenar la casa de olor a churrasco por un par de horas mínimo- y constituir un
asunto de interés público? Un churrasco con ensalada, repite el pelotudo y se
rasca la cabeza. Un churrasco con ensalada un churrasco con ensalada un
churrasco con ensalada un churrasco con ensalada. El pelotudo le da vueltas y
vueltas a la cuestión y nada. Se odia por no entender. Debo ser muy pelotudo,
se flagela. ¿Dónde está la joda?, se rebana los sesos, pero no consigue
entender. Debe ser un mensaje cifrado, vuela de pronto el pelotudo. ¡Ya está!,
se ceba: una contraseña. Como las del súper agente 86. Como <i>el tractorcito rojo que silbó y bufó</i>,
como <i>siempre llovió al sur de Cincinnati</i>.
El tipo tuitea que se va a comer un churrasco con ensalada y un complejo plan
secreto se pone en marcha –el pelotudo se da rosca y se imagina una
conspiración, una grande que involucra a altos funcionarios del Gobierno,
espías locales con nombres de guerra como Simón o Sinclair o Larguirucho con
apoyo de agentes de poderosos organismos de la contrainteligencia saudí y topos
de la inteligencia rusa reclutados en las redacciones de grupos mediáticos hegemónicos
del tercer mundo, preferentemente periodistas con caras de feliz cumpleaños,
impensables habitantes del submundo del recontra espionaje, y empresarios
inescrupulosos y clérigos de votos débiles y mandamientos elásticos. El
pelotudo prefiere delirar y justificar al funcionario que tuitea que se va a
comer un churrasco con ensalada, porque Hebe tiene razón, piensa: un
funcionario –un ministro, para colmo- no puede ser tan pelotudo.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No entiende. El pelotudo no consigue
entender por qué un pibe –un pibe grande, que carga sus bolas en carretilla-
confiesa en el feisbuc que su adolescencia estuvo marcada por <i>Dawson`s Creeck</i>, una serie juvenil
yanqui que no te puede marcar porque si te marca te deja una marca brava, o sí
puede marcarte, porque de adolescente sos flor de pelotudo, pero, dice, cree
el pelotudo, lo que no da es que muchos años después, ya superada esa etapa de
pelotudez extrema, confieses alegremente, ligeramente, livianamente –lo más
choto, digamos- que sos un pelotudo marcado por <i>Dawson`s Creeck</i>. Que lo cuentes en una sesión de terapia grupal
como el tipo que confiesa que es alcohólico o drogadicto o golpeador de mujeres
o timbero mal y todos los demás le dicen <i>gracias,
Jorge</i> –ponele que se llama Jorge-, <i>por
compartir tu historia</i> –y hasta por ahí lo aplauden por abrir su corazón de
perdedor-, vaya y pase. Pero que lo publiques en el feisbuc… <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo no entiende.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">No entiende tampoco por qué un
diputado –un representante del pueblo no puede ser tan pelotudo, diría la
compañera Madre- cuenta en el tuiter que su hijito le dice no sé qué cosa
–seguramente nada importante, viniendo de una criaturita de Dios en edad de
destete- y se vuelve a jugar o por qué una periodista de la tele relata su
existencia más íntima en tiempo real y sólo para cuando duerme –el pelotudo
piensa por qué no dormirá más- o por qué una mina que vive colgando videítos
musicales en el feisbuc cuenta que está <i>soooooooo
tired, but still happy </i>–la mina es argentina y vive en Argentina, pero pone
que está <i>soooooooo tired, but still happy
</i>y cuando un zángano le pregunta por las razones de su bilingüidad, si es
que tiene amigos en una comunidad angloparlante o algo por el estilo, la mina
responde <i>por qué no?</i>, como revelando
que no es consciente de la criminalidad de sus actos sin siquiera darse cuenta
de que está haciendo esa revelación porque la pelotudez es un espiral infinito.<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo no entiende por qué el
tecno-pelotudo medio da en feisbuc o en tuiter los buenos días y las buenas
noches y cuenta sus estados de ánimo en el arranque y al cierre de cada
jornada. Y le da la sensación de que el tecno-pelotudo medio despierta cada
mañana a dos mundos: el real y el del tuiter y el feisbuc. Y sospecha que es
más amable con sus seguidores y sus amigos de tuiter y feisbuc que con la mina
con la que duerme –o el tipo con el que duerme, al que le pone cara de ojete
todas las mañanas y lo condena a dormirse cada noche escuchando una sarta de
reproches. (Recuerda, el pelotudo, a un pelotudo que una noche pidió perdón por
el tuiter porque era tarde y se había olvidado de saludar, como quien se olvida
de darle un beso a un hijo).<o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo tiene el culo lleno de
preguntas. <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué le contamos nuestra
intimidad a un montón de extraños en las redes sociales y no hacemos lo mismo,
pero cara a cara, con los extraños de la cola del banco o de la panadería? ¿Por
qué no entramos a la peluquería y nos ponemos a contarles a las viejas chotas
que se están haciendo el brayin o la toca que nos comimos un churrasco con
ensalada y que nuestro hijo dijo culo? ¿Por qué no entramos al cine megáfono en
mano y anunciamos que el nene hizo caca en la pelela?<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
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<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué ponemos en feibusc nuestros
álbumes de fotos íntimas? ¿Por qué involucramos a terceros en esa publicidad
sin pedirles permiso? ¿Por qué, entonces, no repartimos esas fotos en la cancha
entre cuanto extraño encontramos en la tribuna? ¿Por qué no repartimos fotos de
nuestros novios/esposas/amigos/hijos/parientes varios en los negocios del
barrio cuando hacemos los mandados?<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Por qué hacemos lo que hacemos en
las redes sociales? ¿Eh? ¿Eh? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Morbo? ¿Vanidad? ¿Exhibicionismo?
¿Alienación? ¿Soledad?<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">¿Queremos ser Ricardo Fort? ¿Tan
pelotudos como Ricardo Fort queremos ser?<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Se sabe: el pelotudo medio es chiquito
–tiene el aura entallada, ceñida a su cuerpecito. Flaco es el impacto de sus
acciones en el devenir de la Historia. Poco influyen sus actos en los procesos
políticos, económicos, sociales y culturales que agitan, modifican o estremecen
el mundo. El pelotudo medio rara vez hace una revolución o desafía al establiyment
o quiebra códigos culturales. No suele inventar nada, el pelotudo medio. Más:
por lo general, sus decisiones prácticamente no tienen repercusión alguna en la
vida de su comunidad, y son muchos los que ni siquiera tienen injerencia en el
reducido espacio de su casa –no deciden dónde se va la familia de vacaciones,
cuándo cambia el auto, dónde pasa la Nochebuena, de qué color se pinta la
piecita del fondo… ni el maldito nombre del faquin perro pulgoso de mierda
puede poner, el muy cero a la izquierda.<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El mundo, entonces –su universo- se
le hace estrecho y es como que las paredes lo oprimen, lo asfixian. El tuiter y
el feisbuc, pues, le han salvado la vida al pelotudo medio, que quiere fama y
no sabía –no tenía- cómo conseguirla. (Porque, otra cosa: el pelotudo medio
quiere lo que no tiene. Sí, lo que no tiene lo quiere. Tiene familia, quiere
salir de joda. Está solo y sale todas las noches, quiere una mina para sentar
cabeza. Tiene laburo groso y se queja del estrés y entonces quiere rascarse las
bolas todo el día. Labura poco y se rasca mucho y quiere más acción porque se
siente un parásito. Es un perfecto ignoto que camina lo más choto por la calle
sin que nadie le rompa las pelotas y quiere fama –fantasea con la gran vida que
se dan los famosos, sumergidos siempre en una locura re loca de sexo, drogas y
rocanrol. Pero resulta que los famosos –con carita de fastidiosos- se la pasan <i>todo el día escapando de los fans</i> porque
las hordas de acosadores <i>salen de los
taxis de la sopa del placard</i> y entonces preferirían <i>andar borrachos en el subte</i>. No es fácil la vida de la estrella de
rock, dicen los pelotudos tirados en un sofá rojo de tres metros cincuenta del
Faena clavándose un farol de Jonnhy Walker etiqueta azul mientras una modelito
de 22 les zarandea la papirola con fruición adolescente.)<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En el tuiter y el feisbuc el pelotudo
medio, digamos, se zambulle en un espejismo de notoriedad y protagoniza con
excitación primeriza un módico pero resarcitorio riálitiyou. </span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;">- ¡La
vanidad! ¡El tema es la vanidad!- teoriza con entusiasmo el pelotudo hablando
solo.</span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 0px;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 115%; text-indent: -18pt;"><br /></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La vanidad –desarrolla ahora para sus
adentros, después de consultar el diccionario- es la <i>arrogancia</i>, la <i>presunción</i>,
el <i>envanecimiento</i>, y es también la <i>capacidad de ser vano</i>, o sea <i>hueco</i>, <i>falto de sustancia</i>… hueco y también inútil. La vanidad –arriesga el
pelotudo- es un rasgo de la condición humana y, entonces, del pelotudo medio.
Ok: que nadie se haga el cancherito/superado/limpio de culpa y cargo porque la
vanidad es un bicho que todos llevamos adentro, se ataja, pero advierte: el
pelotón de pelotudos se divide en los que pueden reprimirla y los que no
-aunque para reprimirla primero hay que despreciarla, identificarla como un
rasgo patético, grotesco, y ahí está una división anterior, que aparta a los
que ni siquiera se dan cuenta y entonces lejos, a años luz de reprimirla. <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo cree, por ejemplo, que en
el universo de pelotudos están de un lado los pelotudos que reciben premios y
del otro, los que no. Que está el pelotudo que se gana una nominación al Martín
Fierro y se compra –o alquila- un esmoquin pensando que es Brad Pitt que va a
la entrega de los oscares del brazo de Angelina Jolie y va y se saca fotos en
la alfombra roja –que está medio ajada y medio arqueada y por ahí hasta se
tropieza en cámara, el pelotudo- y después gana el pinche premio y llora como
un marrano y sube al escenario y saca un papelito –o sea que antes escribió el
papelito- y, moqueando, dice que le dedica el premio a Mati y a Pili, que son
sus soles, y a Tito y Chola, que lo apoyaron siempre. Y el pelotudo vuelve a no
entender qué chingado cuadro de alienación empuja al premiado a pifiarle tan
feo a la valoración de su persona como para suponer –estar convencido, en
realidad- que su amor filial por sus soles Mati y Pili y su gratitud para con
Tito y Chola, o sea dos materias de su más íntima esfera privada, pueden
perforar las paredes del interés doméstico y constituir un asunto de interés
público que merezca ser ventilado… ¡¡¡por la televisión nacional!!!<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pelotudo está cansado de no
entender. Igual cree que, por más que no entienda, está buena su inquietud por
estos temas de la vida moderna. Es más: cree que alguien debería publicar sus
devaneos. Capaz que empieza por feisbuc. Sí, por ahí pone todo esto en feisbuc.
A muchos, cree –está casi seguro- les va a interesar. <i>Me gusta</i>, van a poner, seguro.</span><o:p></o:p></span></div>
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<div style="text-align: left;">
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.com0